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Algunos delfines australianos usan esponjas para cazar peces, pero no es tan fácil como parece

Christina Larson
Martes, 15 de julio de 2025 21:12 EDT
DELFINES-ESPONJAS DE MAR
DELFINES-ESPONJAS DE MAR (AP)

Algunos delfines en Australia han desarrollado una técnica especial para sacar peces del fondo marino. Cazan con una esponja de mar en la punta del hocico, como una nariz de payaso.

Usando la esponja para protegerse de las rocas afiladas, los delfines nadan con la punta del hocico cubierta y remueven el fondo de los canales arenosos para detectar la presencia de algunos peces para alimentarse.

Pero este comportamiento —transmitido a través de generaciones— es más complicado de lo que parece, según una nueva investigación publicada el martes en la revista Royal Society Open Science.

Cazar mientras se lleva una esponja en el rostro interfiere con el agudo sentido de ecolocación de los delfines nariz de botella, el cual consiste en emitir sonidos y chasquidos y escuchar su eco para navegar.

“Tiene un efecto de silenciador de la misma manera que lo haría una máscara”, señaló Ellen Rose Jacobs, coautora del estudio y bióloga marina de la Universidad de Aarhus en Dinamarca. "Todo se ve un poco raro, pero aún puedes aprender a compensar".

Jacobs utilizó un micrófono submarino para confirmar que los delfines de Shark Bay, Australia, seguían usando los chasquidos de ecolocación para guiarse. Luego modeló el alcance de la distorsión de las ondas sonoras provocada por las esponjas.

Para esos delfines salvajes que han dominado la búsqueda de alimento con esponjas, los científicos dicen que es una manera muy eficiente de atrapar peces.

La caza con esponjas “es como cazar con los ojos vendados —tienes que ser muy bueno, estar muy bien entrenado para hacerlo bien”, declaró Mauricio Cantor, biólogo marino de la Universidad Estatal de Oregón, quien no participó en el estudio.

Esta dificultad puede explicar por qué es algo tan inusual, y apenas alrededor del 5% de la población de delfines que estudiaron los investigadores en Shark Bay llevan a cabo esta práctica. Eso es aproximadamente 30 delfines en total, dijo Jacobs.

“Les lleva muchos años aprender esta habilidad especial de caza; no todos la siguen utilizando”, comentó Boris Worm, ecólogo marino de la Universidad Dalhousie en Canadá, quien no participó en el estudio.

Las crías de delfín suelen pasar alrededor de tres o cuatro años con sus madres, observando y aprendiendo habilidades vitales.

El delicado arte de la caza con esponjas “sólo se transmite de madre a cría”, señaló Janet Mann, coautora y bióloga marina de Georgetown.

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El Departamento de Salud y Ciencia de Associated Press recibe apoyo del Grupo de Ciencia y Medios Educativos del Instituto Médico Howard Hughes y de la Fundación Robert Wood Johnson. La AP es la única responsable de todo el contenido.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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