Biden apuesta a eventos pequeños para tratar de conseguir gran triunfo en elecciones de noviembre
El presidente Joe Biden opta por una presencia discreta para tratar de conseguir una gran victoria en noviembre.
Diez meses antes de que se celebren las elecciones presidenciales, el demócrata ha apostado a eventos minimalistas —como visitas a casas de té, a la cocina de una familia y a una barbería, por ejemplo— en lugar de llevar a cabo grandes mítines.
Biden, que nunca ha sido un gran orador, está apoyándose en su fortaleza como un político minorista que se ha perfeccionado a lo largo de más de 50 años en cargos públicos. Pero la estrategia también refleja lo que su equipo considera que es un panorama mediático distinto, en el que los videos de TikTok y las historias de Instagram pueden llegar a los votantes de una forma más efectiva que los anuncios de televisión y los discursos.
El mes pasado en Raleigh, Carolina del Norte, Biden fue a recoger hamburguesas y papas fritas de la cadena de comida rápida Cook Out y compró alimentos para llevar en lo que su campaña describió como una “conversación familiar” en la vivienda de Eric Fitts, que trabaja en el sistema escolar local y se benefició del programa de condonación de préstamos estudiantiles del gobierno estadounidense.
La campaña de Biden grabó la visita, que estuvo cerrada a los periodistas, y más tarde publicó algunos fragmentos en internet. Pero lo más destacado para el equipo del presidente fue algo que no estaba planeado. Uno de los hijos de Fitts, Christian, compartió un video de 57 segundos en TikTok, en el que ofreció un vistazo detrás de cámaras de la visita de Biden, incluido cuando el presidente admiró las fotografías en el refrigerador de la familia y cuando su limusina salió de su entrada.
La publicación tuvo millones de reproducciones, y la campaña de Biden estaba contenta de dirigir a los reporteros a ella, pese a que la campaña no utiliza TikTok a causa de inquietudes de seguridad nacional.
“Tienes que ir a los lugares donde está la gente”, dijo el subdirector de campaña de Biden, Rob Flaherty. Añadió que en una época en la que la gente consume las noticias en distintas plataformas que satisfacen los gustos personales, es más complicado que nunca para las campañas llegar a todos los votantes que necesitan.
Para Biden, esos votantes suelen ser los menos involucrados en el proceso político: más jóvenes y más diversos racialmente que el país en general y poco entusiasmados con la probable revancha entre Biden y el expresidente Donald Trump.
“Tenemos que ampliar la apertura para lo que vale el tiempo del presidente, y a quién le esta hablando y por qué”, dijo Flaherty.
Biden arrancó el año electoral con un par de grandes discursos cerca de Valley Forge, Pensilvania, y en Charleston, Carolina del Sur, dirigido a plantear la elección para los votantes en noviembre. Su campaña dijo que seguirá realizando eventos planeados, sobre todo a medida que se aproxime el verano y una vez que los votantes empiecen a involucrarse en el proceso, pero consideran que hay mucho valor en las pequeñas interacciones.
El estilo escasamente dramático de Biden y sus discursos en ocasiones incoherentes en los eventos más grandes han sido aprovechados por Trump y los críticos del Partido Republicano para impulsar la noción de que el presidente de 81 años de edad ya no es apto para otros cuatro años en la Casa Blanca. Trump, por el contrario, rara vez hace eventos pequeños, y prefiere sus característicos mítines ante grandes multitudes de simpatizantes —muchos de los cuales esperan horas para poder ingresar— o asistir a eventos deportivos.
La campaña espera que la estrategia de eventos pequeños de Biden sea una forma de mostrarle al pueblo estadounidense un costado diferente del presidente que le ayude a impulsar sus rezagados números en las encuestas.
Comenzó de lleno este año con una serie de visitas a pequeños negocios de Emmaus, Pensilvania, donde el presidente se asombró ante la selección en una tienda de bicicletas y platicó con el dueño de una tienda especializada en productos para correr mientras trataba de destacar los efectos de sus políticas económicas. Aficionado a los dulces, Biden preguntó a un empleado de una cafetería cercana si hacían batidos y en seguida le prepararon uno.
Pero no todo es sobre el lado más amable de la política. Los asesores de Biden señalaron que su objetivo es que el presidente —o aquellos con los que se reúne— transmitan el mensaje del mandatario.
En Emmaus, Biden relató a los reporteros que uno de los propietarios de negocios con los que habló le había dicho que “puedo ver a mi hijo ahora y decirle: ‘Va a estar bien. Lo vamos a lograr’”.
“Salí de esto realmente confiado en que lo que hemos hecho ha tenido un impacto no sólo aquí en el este de Pensilvania... sino en todo el país. Y vamos a hacer más”, dijo el presidente. “El trabajo aún no ha terminado”.
Dos semanas después, en un bar de Superior, Wisconsin, el abstemio Biden convivió con más de una veintena de clientes, varios de ellos con cerveza en la mano, luego de pronunciar un discurso en una cervecería aledaña sobre el cambio de la economía.
“Hacer estas paradas permite que la campaña muestre este lado de Biden que siempre ha resonado entre los votantes que no están pegados a los noticieros”, dijo Kate Berner, exdirectora de comunicaciones de Biden en la Casa Blanca.
En la barbería Regal Lounge de Columbia, Carolina del Sur, —que es propiedad de afroestadounidenses— Biden recientemente platicó con los barberos, miembros del personal y patrones previo a las primarias demócratas del estado celebradas el 3 de febrero. El Servicio Secreto pidió a un barbero que dejara su navaja de afeitar mientras el presidente estuviera al alcance de su mano, provocando algunas miradas de reojo y algunas risas.
La semana pasada en Michigan, previo a las primarias del estado el 27 de febrero, la campaña de Biden llevó a un empresario local a bordo de la limusina presidencial blindada de la pista junto al avión presidencial a un restaurante local.
Y el lunes, un día antes de las primarias de Nevada, Biden visitó una tienda de té de burbujas con perlas de tapioca de propiedad asiático-estadounidense en Las Vegas y un hotel en la emblemática avenida de la ciudad The Strip y saludó a un pequeño grupo de trabajadores del influyente sindicato culinario del estado.
El estratega demócrata, Teddy Goff, veterano de las campañas presidenciales de Barack Obama, dijo que el equipo de Biden reconoce que “estás peleando por la atención de la gente y no sólo luchas contra Donald Trump”.
“También estás jugando contra ESPN y cada persona chistosa en TikTok y lo que sea que la gente podría ver en su tiempo libre”, añadió. Comentó que los candidatos pueden alejar a los espectadores si no son fieles a sí mismos.
“Tienes que encontrar una forma que funcione para ti, y eso va a hacer que alguien quiera prestarte atención en un entorno en el que literalmente pueden hacer cualquier otra cosa que escuchar a un político”.
Biden siempre se ha destacado en la política minorista, que Flaherty llamó una “ventaja específica” sobre Trump que la campaña quiere capitalizar. Esos momentos virales —e incluso aquellos que son compartidos en círculos más pequeños— suman a la campaña, dijo Flaherty.
“Prefiero tener 100 voces externas diciendo que Joe Biden es genial que una pieza nuestra diciendo lo mismo", aseguró
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Los periodistas de The Associated Press Colleen Long, Seung Min Kim en Emmaus, Pensilvania, y Darlene Superville en Las Vegas contribuyeron a este despacho.