Representante demócrata compara las audiencias por disturbios en el Capitolio con Watergate
Miembro del panel anticipa audiencias públicas diarias a lo largo de 2022
Un miembro del comité de la Cámara que investiga la insurrección del 6 de enero dice que se esperan audiencias diarias del panel al estilo Watergate que serán públicas para que todos los estadounidenses las vean durante 2022: el peor escenario para muchos republicanos.
El congresista Jamie Raskin de Maryland hizo los comentarios en una entrevista con All in with Chris Hayes, con el conductor invitado Medhi Hasan, en MSNBC el lunes en la tarde.
“Contaremos la historia de cada dimensión de este ataque a la democracia estadounidense. El pueblo estadounidense aún no ha visto toda la evidencia presentada de esta manera. Así que vamos a tener audiencias para el pueblo estadounidense, que espero se parezcan un poco a las audiencias de Watergate, en el sentido de que serán un hecho diario para que la gente pueda seguir la narrativa conforme se desarrolle”, dijo a la cadena de noticias.
“Le daremos a Estados Unidos un informe y al Congreso un informe sobre lo que sucedió y lo que debemos hacer para fortalecer nuestra resistencia contra futuros ataques autoritarios como este”, agregó.
Los comentarios anticipan un 2022 que se desarrollará de la manera que los republicanos claramente temían cuando intentaron resistir todos los intentos de formar una comisión bipartidista para investigar el ataque al Congreso a lo largo de 2021. Un proyecto de ley que establecía dicha comisión especial fue anulado en el Senado el año pasado frente a una oposición republicana casi unificada, pero la medida parece haber hecho poco para mitigar los esfuerzos de la Cámara, controlada por la presidenta, Nancy Pelosi, de cumplir las promesas de una investigación completa.
Los republicanos pueden incluso estar en cierta desventaja gracias a la decisión del líder de la minoría de la Cámara, Kevin McCarthy, de retirar de la consideracióna todos sus nominados para el comité selecto después de que Pelosi rechazara a dos miembros de la Cámara para ser miembros; uno, el representante Jim Jordan, es ahora oficialmente un objetivo del panel mismo, y el otro, el representante Jim Banks, ha difundido información errónea sobre el ataque, así como sobre el propio comité.
Esa decisión dejó al comité selecto con solo dos republicanos, los representantes Liz Cheney y Adam Kinzinger, quienes han mostrado una hostilidad explícita a los intentos de McCarthy de retrasar u obstaculizar el esfuerzo de investigar el 6 de enero.
Raskin le dijo el lunes a Hasan que sus colegas legisladores no han decidido el destino de Jordan ni de otros miembros de la Cámara que, como el republicano de Ohio, rechazan las solicitudes voluntarias de entrevistas o información del comité. El representante Bennie Thompson, presidente del comité, dejó abierta la posibilidad de emitir citatorios del Congreso.
“El comité aún no ha decidido qué hacer con los diferentes niveles de interferencia y falta de cooperación que hemos recibido de varios testigos”, dijo Raskin.
“No queremos que nos arrastren a un proceso eterno sin final. Por otro lado, todos tienen la responsabilidad de cumplir las órdenes del Congreso con respecto a una investigación, y nadie lo sabe mejor que Mark Meadows o Jim Jordan, personas que en la investigación de Bengasi o cualquier otra investigación contra presidentes demócratas insistieron que hubiera cumplimiento absoluto”, agregó el congresista, quien dijo que el comité estaría obligado a mostrar “agilidad táctica” al tratar con sus compañeros del Congreso.
Los miembros del panel esperan publicar un informe que detalle todos o algunos de sus hallazgos para el verano, una medida que podría perjudicar los esfuerzos de los republicanos por retomar la Cámara y el Senado en las elecciones intermedias de 2022, ya que los votantes estarán sujetos a recordatorios diarios del papel del Partido Republicano en la mentiras sobre las elecciones de 2020 que provocaron el ataque al Capitolio.
Las audiencias de Watergate de principios de la década de 1970 energizaron a una audiencia televisiva internacional, ya que sacaron a la luz un escándalo que obligó a Richard Nixon a renunciar como presidente antes de que pudiera ser destituido.