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“Una semana después esto se ve horrible". Tras las lluvias, pueblos mexicanos siguen en el lodo

Por Flix Mrquez
Miércoles, 15 de octubre de 2025 16:17 EDT

El olor a podrido se extendía el miércoles varios kilómetros alrededor de Poza Rica, una de las localidades más afectadas por las lluvias torrenciales que anegaron el centro y este de México la semana pasada.

En el centro de esta ciudad petrolera del Golfo de México, una persistente nube de polvo flotaba sobre la avenida principal donde los militares trabajan sin parar. Más al este, cerca del río Cazones que se desbordó el viernes, varias calles tienen todavía un metro de agua y lodo sobre el que se acumulan otros dos metros de basura, muebles y escombros.

“Una semana después esto se ve horrible, peor, no hay paso”, lamentaba Ana Luz Saucedo, que huyó como pudo con sus hijos, uno de ellos ciego, cuando les llegó el agua “como mar". La mujer señaló que "pareciera que fue un tsunami”.

Ahora le preocupan las infecciones porque, según denuncio, además de la basura y el lodo, cerca de su casa hay un cadáver que todavía no ha sido recogido. “El difunto ya se reventó y no han venido por él”.

Los daños causados por las lluvias de la semana pasada no dejan de aumentar. Hasta el martes, el gobierno tenía contabilizados 66 muertos, pero la cifra de desaparecidos siguió subiendo y ya llega a 75 personas. Además, 191 localidades siguen todavía incomunicadas, la mayoría en Hidalgo, en una zona montañosa del centro del país donde los helicópteros tienen problemas para llegar debido a la nubosidad constante.

Las autoridades han atribuido lo ocurrido a la confluencia de varias situaciones atmosféricas —dos sistemas tropicales y un frente frío y uno cálido— justo al final de una fuerte temporada de lluvias que dejó ríos a toda su capacidad, los mantos freáticos totalmente cargados y cerros debilitados.

Pero hay vecinos, como Saucedo, que creen que las alertas llegaron tarde, al menos en Poza Rica.

“Hay mucha gente que falleció porque no avisaron, la verdad no avisaron”, se quejó la mujer. “Vinieron cuando ya el río ya se estaba saliendo... pero no fue antes como para que la gente se fuera”.

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha insistido esta semana en que en estos casos no funcionan las alertas como las que se pueden poner en marcha cuando hay huracanes. Pero reconoció que, una vez concluida la fase de emergencia, tendrán que revisarse los protocolos para ver “qué funcionó, qué es lo que necesitamos mejorar y... saber si hay mejores mecanismos todavía de alertamiento”.

La falta de mantenimiento de los cauces de los ríos también se ha convertido en motivo de polémica. La Comisión Nacional del Agua, una entidad del gobierno federal, indicó el martes en un comunicado que hay un “programa integral y permanente de desazolve de ríos, canales y la conformación de bordos de protección en las entidades del país con mayor vulnerabilidad”.

Pero entre las obras realizadas no se habla del río Cazones, que llegó a cubrir algunas zonas de Poza Rica con hasta cuatro metros de agua, una situación que la presidenta Sheinbaum se comprometió el miércoles a revisar.

El despliegue de emergencia de soldados, marinos y equipos civiles continuaba en los estados más perjudicados, así como la ayuda de cientos de voluntarios.

En Poza Rica, por ejemplo, con un grupo de mujeres llegadas del Puerto de Veracruz que repartían ropa y mil tamales que habían preparado para los damnificados.

Mientras tanto, las autoridades trabajan en el restablecimiento del paso por las decenas de carreteras que siguen cortadas, así como el de la electricidad mientras controlan también el estado de las presas, muchas de ellas al máximo de su capacidad.

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