Se normaliza paulatinamente el abastecimiento de combustible tras cambio de gobierno en Bolivia

La provisión de combustible comenzaba el jueves a normalizarse en las principales ciudades de Bolivia a cinco días de que el presidente Rodrigo Paz asumió el gobierno y mientras aún diseña sus medidas anticrisis.
Las filas de vehículos en las estaciones de servicio —que en algunos casos duraban días— se han reducido en La Paz, la sede del gobierno.
El desabastecimiento de combustible fue reflejo de la peor crisis económica en 40 años en la nación andina y desgastó al gobierno socialista que durante casi 20 años impuso un modelo estatista.
La escasez fue producto de la falta dólares para importarlo ante la caída de las ventas al exterior de gas, el principal producto de exportación de Bolivia, por la falta de inversión y una menor producción de los yacimientos desde la nacionalización de los hidrocarburos en 2006. También influyó el fuerte subsidio a la gasolina y el diésel que el gobierno importa a precios internacionales y vende a un valor muy inferior en el mercado local.
“Nuestro presidente (Paz) trajo recursos... que permiten abastecer de gasolina y diésel al país”, señaló el ministro de Hidrocarburos Mauricio Medinacelli, quien explicó que se aumentó en un 40% la importación de combustible mediante la regularización de los contratos firmados por el expresidente Luis Arce (2020-2025).
Bolivia importa cerca del 60% de la gasolina y casi el 90% del diésel que consume, lo que le demanda anualmente al Estado cerca de 3.000 millones de dólares, una de las mayores causas del déficit fiscal que bordea el 10% del Producto Interno Bruto (PIB), según informes oficiales.
En la región de Santa Cruz, el motor económico del país, la normalización es más lenta, por lo que los empresarios han pedido que se garantice su provisión para el sector agrícola.
Paz prometió durante su campaña eliminar gradualmente el subsidio a los carburantes, pero hasta ahora no ha anunciado medidas concretas.
Medinacelli explicó que se espera que en un par de semanas el combustible llegue a las poblaciones más alejadas.


