Presidente de Costa Rica visita El Salvador para hablar de seguridad con Bukele y conocer megacárcel

El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, llegó el jueves a El Salvador en visita oficial para abordar con su homólogo Nayib Bukele temas sobre seguridad y cooperación, así como conocer el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), una megaprisión donde están recluidos los pandilleros más peligrosos del país.
Casa Presidencial de El Salvador informó que la visita del mandatario costarricense busca "fortalecer lazos de cooperación y diálogo, además de establecer una agenda estratégica de trabajo conjunto que beneficiará a ambas naciones y a la región centroamericana”.
Chávez dijo el miércoles que Bukele lo había invitado para que trataran sobre las políticas de seguridad y que también aprovechará para conocer el CECOT, la prisión de máxima seguridad inaugurada en 2023 para recluir a los miembros de la llamadas maras o pandillas.
Se espera que ambos mandatarios suscriban acuerdos en materia de cooperación y dar seguimiento a otros sobre seguridad y comercio alcanzados el año pasado.
Bukele visitó Costa Rica en noviembre de 2024 y recorrió la principal cárcel de ese país conocida como La Reforma, habló con Chaves sobre el fenómeno de las pandillas en El Salvador y lo instó a reformar el sistema penitenciario de ese país.
El ministro de Paz y Justicia de Costa Rica, Gerald Campos Valverde visitó luego en abril El Salvador para un encuentro con su par en el que repasaron la política de mano dura aplicada por el gobierno de Bukele en los últimos tres años. Costa Rica está interesada en replicar parte de esa estrategia en un intento por combatir la creciente violencia y el aumento de los asesinatos.
Bukele ordenó la construcción de la megacárcel mientras emprendía su campaña contra las pandillas en marzo de 2022. Se inauguró un año después en la localidad de Tecoluca, a unos 72 kilómetros (45 millas) al este de la capital salvadoreña.
Tiene capacidad para albergar a 40.000 reclusos y consta de ocho pabellones extensos. Sus celdas alojan a entre 65 y 70 prisioneros cada una. No reciben visitas y no hay programas que los preparen para volver a la sociedad después de sus condenas, ni talleres, ni programas educativos. Nunca se les permite salir al exterior.
Después que en un solo día las pandillas asesinaron a 62 personas en todo el país, a iniciativa de Bukele el Congreso aprobó el régimen de excepción que suspende varias garantías constitucionales, como el de ser informado sobre los motivos de la detención o el de tener acceso a un abogado. Además, las fuerzas de seguridad pueden intervenir las telecomunicaciones sin orden judicial y se extiende la detención sin audiencia judicial de 72 horas a 15 días.
Durante la vigencia del régimen de excepción, l as autoridades han detenido a más de 90.200 personas por presuntos cargos de pertener o estar asociados a pandillas.
El propio gobierno ha reconocido que la mayoría de los detenidos se encuentran en prisión a la espera de un juicio y que más de 8.000 han tenido que ser liberados por falta de pruebas. En tanto, organizaciones defensoras de los derechos humanos advierten que podría haber hasta 25.000 inocentes encarcelados.


