“Ya eso no es defender a las mujeres, ni siquiera es feminismo”: AMLO a un día del 8M
En 2021, hubo 1.004 feminicidios en el país, la cifra más alta en el Gobierno de AMLO
Desde el viernes 4 de marzo, el gobierno de la ciudad de México y el gobierno federal comenzaron a “blindar” los monumentos históricos de la capital, así como el Palacio Nacional donde vive y desde donde despacha Andrés Manuel López Obrador, en “preparación” al 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. En esta fecha, desde hace varios años, las mujeres mexicanas salen a tomar las calles reclamando justicia, seguridad y un alto a los feminicidios, de los cuales, se cometen más de 10 al día en el país.
El gobierno actual tiene una deuda pendiente con los mujeres, a quienes prometió igualdad, equidad y apoyo, pues desde que inició la administración, los programas que se han visto afectados por el recorte presupuestal fueron, precisamente, aquellos dirigidos a las mujeres. Los refugios para aquellas que han sido violentadas han desaparecido, igual que las estancias infantiles en donde las madres trabajadoras podían dejar a sus hijos mientras laboran. Lo último fue que el programa de escuelas de tiempo completo, en donde niños y jóvenes de las zonas más marginadas de México podían recibir un alimento y permanecer hasta las 5 o 6 de la tarde, fue eliminado la semana pasada por la Secretaría de Educación Pública.
Los colectivos feministas unen sus voces cada año para pedir al gobierno una solución al problema de inseguridad en que viven las mujeres, sin embargo, lo que han recibido desde la tribuna de la conferencia matutina del presidente es descalificación. López Obrador ha acusado a las mujeres que protestan de ser parte del movimiento “conservador”, de estar infiltradas por sus “opositores” y de buscar desestabilizar su gobierno.
“Ya eso no es defender a las mujeres, ni siquiera es feminismo. Esa es una postura conservadora, reaccionaria, en contra nuestra, en contra de la política de transformación. Es una postura totalmente política”, sentenció la mañana del 7 de marzo, cuando hacía un llamado a la “no violencia” en la marcha.
“Y. ¿saben de quién? De los que enarbolan, supuestamente, la igualdad de género, la igualdad ante la ley, la igualdad ante dios, pero se les olvida, porque no les conviene, la igualdad económica”, puntualizó.
Al tiempo de lo que eso sucedía, un dirigible surcó las calles de la Ciudad de México para llamar la atención sobre los feminicidios, con el mensaje “Ninguna en el olvido”.
Cada año, se organizan diferentes tipos de protestas, desde un “altar” gigante a todas las desaparecidas en los muros metálicos que rodean la casa presidencial, la proyección con luz sobre los muros de Palacio Nacional de la frase, “México feminicida”; hasta los nombres de las mujeres asesinadas escritos en la plancha del Zócalo. Todas estas manifestaciones son borradas con inmediatez la madrugada del 9 de marzo.
Conforme pasa el tiempo, el 8 de marzo se unen a los colectivos mujeres y niñas de todas las edades, desde aquellas que han experimentado la violencia en carne propia, hasta las madres de las hijas que no han vuelto a sus hogares. Y también cada 8 de marzo, la respuesta de las autoridades es represiva y evasiva, encontrando la culpa en las “feministas radicales” que quieren resolver “la violencia con la violencia”. Sin embargo, al inicio, la marcha fue enteramente pacífica, pero la situación en el país no logró cambiar sino, más bien, empeorar, pues la pandemia puso de manifiesto la desigualdad en el trabajo.
El 2021 fue el año más violento para las mujeres en México con más de mil feminicidios, la cifra más alta del gobierno de López Obrador.