Marruecos debate cómo reconstruir tras el terremoto de septiembre que dejó miles de muertos
Cuando un terremoto histórico sacudió Marruecos en septiembre, Ahmed Aazab abrazó con fuerza a su mujer y a sus cuatro hijos mientras las paredes de ladrillo de su casa se derrumbaban a su alrededor.
El techo se derrumbó, haciendo añicos las ollas de barro de la cocina y atrapando marcos de fotos y tareas escolares bajo los escombros. Cuando por fin el suelo dejó de temblar, el trabajador de la construcción llevó a sus cinco seres queridos a un parque. Luego rescató a su padre, a su madre y a su tía, que estaban atrapados en la casa de su infancia.
Durante siglos, las familias de pueblos como Moulay Brahim, en el Alto Atlas marroquí, construyeron sus casas con piedra y ladrillos, apisonando puñados de tierra fangosa en moldes.
Ahora se enfrentan a la ingente tarea de reconstruirlas tras el seísmo, y los aldeanos y arquitectos debaten cómo hacerlo.
Desde México hasta Hawai, la cuestión de reconstruir comunidades sin cambiarlas para peor se plantea tras prácticamente todas las catástrofes naturales. En Marruecos, el gabinete del rey Mohammed VI se comprometió en una declaración la semana después del sismo a reconstruir “en armonía con el patrimonio y las características arquitectónicas”.
Más de 3.000 personas murieron en el terremoto de septiembre en Marruecos, y unos 1.000 pueblos resultaron dañados. El país tiene previsto gastar 11.700 millones de dólares en la reconstrucción tras el seísmo en los próximos cinco años, lo que equivale aproximadamente al 8,5% de su PIB anual. Marruecos tiene previsto asignar a los residentes ayuda en metálico para cubrir las necesidades básicas, con 13.600 dólares adicionales para reconstruir los hogares que quedaron completamente destruidos y 7.800 dólares para los que quedaron parcialmente destruidos.
Debido a la frecuencia de los terremotos en Marruecos, los habitantes y arquitectos están de acuerdo en que la seguridad debe ser una prioridad absoluta. Ello ha generado una demanda de materiales de construcción modernos y una ambivalencia respecto al compromiso declarado del gobierno de reconstruir respetando el patrimonio cultural y arquitectónico de Marruecos.
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Yassine Oulhiq contribuyó a este despacho.