Los mexicanos elegirán en las urnas a sus jueces en tres semanas. Pero, ¿conocen a algún candidato?
¿Qué puede tener en común una activista que busca a desaparecidos con la exabogada del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán o con un profesor universitario más preparado que un “chicharrón” o con un funcionario judicial que se promociona en el Zócalo de la capital mexicana?
Que están haciendo campaña para darse a conocer entre la gente ahora que México decidió que los jueces del país deben ser elegidos en las urnas.
Las primeras elecciones judiciales serán en menos de un mes, el 1 de junio, y participan 2.682 aspirantes a jueces y magistrados. De ahí saldrán 881 cargos para posiciones clave como la Suprema Corte de Justicia o el Tribunal Disciplinario Judicial, así como para centenares de tribunales federales y estatales.
En 2027, habrá una nueva elección de otros 800 jueces y magistrados, según la polémica reforma aprobada en septiembre del año pasado cuando estaba a punto de concluir el gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
El nuevo sistema de elección judicial, impulsado por el partido gobernante Morena, fue cuestionado por Estados Unidos y Canadá, así como por organizaciones humanitarias locales e internacionales que expresaron su preocupación porque los cambios puedan politizar o afectar a la independencia de la judicatura mexicana.
La campaña judicial se inició a finales de marzo y concluirá el 28 de mayo, pero ya ha recibido cuestionamientos por las restricciones impuestas a los candidatos para promocionarse y por señalamientos contra algunos aspirantes por su bagaje profesional.
El listado final de candidatos salió de una tómbola, pero todos fueron preseleccionados por comités de evaluación de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, integrados en su mayoría por personas cercanas al gobierno.
Para entrar a la contienda se exige tener un título de licenciado en Derecho, con un promedio de calificaciones de 8 puntos, al menos cinco años de ejercicio profesional, y la entrega de ensayos y cinco cartas de referencia de vecinos y colegas que respalden su idoneidad.
Con todo, la desinformación ha imperado en el electorado y, a dos semanas de ir a las urnas, hay candidatos que siguen buscando cómo hacer resonar su nombre, como los siguientes cuatro.
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Delia Quiroa
Edad: 41 años
¿Qué se sabe de ella?: Es una “madre buscadora” con un hermano desaparecido desde 2014.
Cargo al que aspira: Juez de distrito en Sinaloa
A diferencia de muchos de los otros aspirantes a jueces, la activista Delia Quiroa se fogueó en los tribunales mexicanos desde el lado de las víctimas.
Tras la desaparición de su hermano el 10 de marzo del 2014 en el estado norteño de Tamaulipas, en la frontera con Texas, Quiroa asumió por su cuenta la búsqueda de su familiar —al igual que cientos de mexicanos— y conformó en ese estado el colectivo de buscadores de personas desaparecidas “10 de marzo” en recuerdo de ese fatídico día.
La “madre buscadora”, como se conoce en México a las mujeres que buscan a las personas desaparecidas, se topó poco después con un obstáculo: la falta de abogados para tramitar y agilizar los procesos de búsqueda.
Ante esa situación, Quiroa decidió dejar la carrera de ingeniería en mecatrónica —que era su pasión— y entró a estudiar Derecho, mientras continuaba con las actividades de búsqueda de desaparecidos.
Hace un par de años alcanzó notoriedad cuando propuso a los grupos criminales una tregua de paz para buscar a los desaparecidos en Tamaulipas y sacó a la venta una "Barbie buscadora” para reunir fondos para las labores de búsqueda.
A finales del año pasado la activista dio un nuevo paso en la lucha por su hermano y decenas de miles de personas desaparecidas en México. Decidió regresar a su estado natal de Sinaloa, asolado por una guerra intestina entre dos facciones del Cártel de Sinaloa, para competir por un cargo de juez de distrito.
Quiroa reconoce los riesgos que podría enfrentar si llegara a ser juez en la violenta Sinaloa, pero sostiene que hacen falta jueces que tengan empatía con el problema de las desapariciones.
“Si llego a ser juez, no voy a mandar oficios y esperar a que la autoridad conteste cuando le dé su gana. Voy a salir a buscar a las personas desaparecidas”, señaló.
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Arístides Rodrigo Guerrero
Edad: 40 años
¿Qué se sabe de él?: Profesor de la UNAM que se hizo viral como el “ministro chicharrón”
Cargo al que aspira: Ministro de la Suprema Corte de Justicia
Hasta el 30 de marzo, cuando inició la campaña para las elecciones judiciales, el abogado y profesor Arístides Rodrigo Guerrero no era muy conocido fuera de la comunidad de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde ha impartido clases por más de una década. Dirigió en 2021 el Instituto de Transparencia y Acceso a la Información de la capital mexicana y también trabajó en el Tribunal Electoral capitalino.
Pero un video doméstico que se viralizó en redes sociales lo sacó del anonimato: salía sosteniendo el popular platillo del chicharrón y decía que estaba “más preparado que un chicharrón” para ser ministro de la Corte.
Su eventual popularidad como el “ministro chicharrón” también le trajo duras críticas de algunos especialistas que lo han acusado de convertir la elección en un “circo”.
Guerrero se defiende asegurando que más afecta al alto tribunal “una ministra corrupta que un ministro que busca una analogía cómica”.
“Hay que ser coloquiales a veces en el uso del lenguaje”, afirmó Guerrero al reconocer que ha utilizado su formación como profesor universitario para tratar de llegar a sus electores con una “campaña disruptiva”.
Así como innovó en su campaña, Guerrero aseguró que si llega a la Suprema Corte de Justicia también introducirá cambios para hacer sesiones por todo el país y estar en contacto con la gente. No quiere ser “un ministro de escritorio, sino de territorio”.
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Silvia Delgado García
Edad: 51 años
¿Qué se sabe de ella?: Fue abogada del excapo Joaquín “El Chapo” Guzmán en 2016
Cargo al que aspira: Juez penal en el estado norteño de Chihuahua
Hace casi nueve años, Silvia Delgado García formó parte del equipo de abogados de uno de los capos del narcotráfico más conocidos de México, Joaquín “El Chapo” Guzmán, cuando estuvo temporalmente en una cárcel de la localidad fronteriza de Ciudad Juárez poco antes de ser extraditado a Estados Unidos. Allí fue sentenciado en el 2019 a cadena perpetua por conspiración masiva de drogas.
A pesar de los años, ese caso sigue marcando a Delgado García.
Algunos críticos del proceso electoral y la asociación civil local Defensorxs —que se dedica al litigio estratégico y a la defensa de los derechos humanos— han utilizado el proceso de “El Chapo” para identificar a la abogada como una candidata “altamente riesgosa” porque “defiende a presuntos narcotraficantes”.
Otros 17 postulantes también han sido catalogados por Defensorxs como de alto riesgo por haber enfrentado procesos judiciales, por integrar cuestionadas organizaciones cristianas y por presuntas violaciones a los derechos humanos y pactos con grupos criminales.
“Cualquier persona tiene derecho a una defensa técnica adecuada”, dijo Delgado García al justificar su decisión de representar a Guzmán en 2016.
Pero recordó que sólo lo asistió en una audiencia en la que se fue la luz y que su trabajo se limitó a visitarlo en la cárcel de Ciudad Juárez donde estuvo recluido antes de su extradición.
“Si a mí me dan un cliente de esa magnitud, yo sabía que curricularmente a mí me iba a beneficiar”, afirmó.
Entre sus propias cualidades para ser juez penal del estado de Chihuahua, la abogada resalta su experiencia como litigante por 18 años y su pasión por el área penal.
“Soy una ciudadana que cree en el Derecho, que estoy sumamente preparada para ejercer el cargo y que pretendo ser imparcial en las resoluciones que emita”, sostuvo.
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Mauricio Tapia Maltos
Edad: 30 años
¿Qué se sabe de él?: Joven abogado de la Suprema Corte que hace campaña en el Zócalo capitalino
Cargo al que aspira: Magistrado en materia administrativa por las alcaldías capitalinas de Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo
Cada tarde, de lunes a jueves, al concluir sus labores en la Suprema Corte de Justicia donde ha trabajado por once años, el joven abogado Mauricio Tapia Maltos acude a la principal plaza de la Ciudad de México, el Zócalo. Allí intenta darse a conocer con un atril donde coloca tres papeles sostenidos por unos ganchos de metal: tienen escrito a mano su nombre, el cargo por el que compite, su cuenta en las redes sociales y el número de identificación en la boleta electoral.
Aunque Tapia Maltos podría pasar desapercibido entre los vendedores callejeros y cientos de personas que transitan diariamente por el Zócalo capitalino, el espigado joven, vestido con una camisa blanca y corbata y un elegante pantalón oscuro, suele atraer la atención de algunos transeúntes que se detienen por curiosidad al leer su escrito y comienzan a preguntarle cómo votar en la elección de junio.
La simplicidad de su propaganda se ha convertido en el signo característico de la campaña de este abogado, de 30 años, que ha procurado distanciarse de otros competidores con campañas llamativas.
“Yo no pretendo hacer una gran producción de videos, ni bailar ni nada de eso... porque lo que se pretende es conocer dignamente a la gente”, agregó.
Por años Tapia Maltos ha trabajado tras bambalinas en la Suprema Corte en la elaboración de sentencias. Ahora gracias a las elecciones judiciales dice que ha encontrado una oportunidad para colmar su sueño de ser juez y traer sangre nueva a un poder judicial que por años ha sido señalado de enfrentar vicios y corrupción.