Argentinos piden trabajo a San Cayetano en una jornada de movilizaciones contra Milei
Cientos de argentinos hicieron largas colas para ingresar el miércoles al santuario de San Cayetano, el patrono del trabajo, en momentos en que una recesión económica atenaza a su país mientras sindicalistas y organizaciones sociales marcharon en reclamo al gobierno del ultraliberal Javier Milei de políticas que reduzcan la creciente pobreza.
Decenas de fieles se congregaron hace varios días en las cercanías del templo con sillas para asegurarse un lugar en la fila de personas que esperaba a que se abrieran las puertas del santuario. Luego rezaron al defensor de los pobres y enfermos que fue canonizado en 1671 y es venerado en Argentina, para pedirle trabajo o agradecerle el ya conseguido.
En la primera celebración del Día de San Cayetano desde que Milei asumió en diciembre, los principales sindicatos y las organizaciones sociales de izquierda se volcaron a las calles para expresar su malestar por las políticas de ajuste que aplicó el gobierno para reducir el déficit fiscal. También exigieron la reactivación de la economía y del empleo y la reducción de la pobreza, que según datos privados ha trepado y afecta al 55% de la población de unos 47 millones de habitantes.
Algunos de los participantes en la movilización que partió del santuario y culminó en la Plaza de Mayo, frente a la casa de gobierno, fueron la Confederación General del Trabajo (CGT), la Central de Trabajadores de Argentina, el peronismo y partidos de izquierda. Marcharon bajo el lema “Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo” y denunciaron "la emergencia alimentaria, social y laboral” en el país.
Pablo Moyano, uno de los secretarios generales de la CGT, afirmó que la protesta “es la continuidad del plan de lucha que se va a ir profundizando si el gobierno sigue viendo sólo su realidad”.
Rodolfo Aguiar, titular de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), destacó que el paro que ese gremio realiza durante la jornada busca "exigirle a Milei que nos devuelva los puestos de trabajo que nos quitó y la plata que nos robó para tener ese superávit fiscal construido bajo el sufrimiento del pueblo".
El portavoz presidencial Manuel Adorni cuestionó por su lado que la marcha está encabezada por “figuras políticas que son responsables del desastre económico que este gobierno heredó el 10 de diciembre” y señaló que la actual gestión “vino a erradicar los males que azotan a los argentinos desde hace décadas”.
Reducir la inflación —que se ha desacelerado pero aún está en una tasa anual de 271%—y recuperar el equilibrio fiscal ha sido la principal meta del mandatario ultraliberal. Para ello recortó el gasto público reduciendo las subvenciones al transporte y la energía, congelando las obras públicas y achicando al máximo el Estado. Esas recetas dispararon los costos de servicios como la luz y el gas y dejaron sin trabajo a miles de empleados estatales.
La consecuente recesión impactó en el mercado laboral y aumentó la desocupación hasta 7,7% en el primer trimestre de 2024.