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La repulsión por el “perfume vaginal” es solo otra forma de demonizar los cuerpos de las mujeres

Mientras una nueva tendencia en las redes sociales alienta a las mujeres a usar sus fluidos corporales como fragancia para atraer al sexo opuesto, Olivia Petter examina lo que dice sobre la obsesión de la sociedad con los cuerpos de las mujeres

Miércoles, 03 de agosto de 2022 14:52 EDT
La vagina siempre ha sido una parte del cuerpo que sufre estigmatización
La vagina siempre ha sido una parte del cuerpo que sufre estigmatización (Getty Images)
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Otro día, otra cosa extraña que las mujeres necesitan hacer con su vagina. Si la pobre no humea, hospeda un huevo de jade dentro. O gastar cantidades innecesarias de dinero en un producto de ducha demasiado caro, sin darse cuenta de que las vaginas, de hecho, se limpian solas, y posiblemente contraer una infección en el proceso. Tal vez incluso hayas intentado poner un diente de ajo ahí dentro. O una ramita de perejil.

Pero deja un momento tus hierbas, porque hay algo nuevo para que pruebes: “vabbing”. El término en sí es un acrónimo que, en pocas palabras, significa perfume vaginal. Según TikTok, donde la tendencia se volvió viral hace poco, la idea es que las mujeres usan sus fluidos corporales como perfume para atraer a los demás. Sí, en serio.

En uno de los primeros vídeos que detallan la tendencia, que ya se eliminó, la usuaria de TikTok e influencer, Mandy Lee, elogió al vabbing como el último truco de citas para mujeres y afirmó que la ayudó a conseguir citas. “Te juro que atraerás a la gente, como una cita, o una aventura de una noche. O solo obtendrás bebidas gratis toda la noche”, dijo en el clip, que rápidamente acumuló más de 1,5 millones de visitas.

En otro vídeo con más de 850.000 visitas, publicado por un usuario que se hace llamar @palesamoon, una mujer recuerda una primera cita con un hombre que “no podía quitarle las manos de encima”. “Pero en cierto modo lo entendí”, dice, “porque hacía un experimento esa noche [...] Decidí usar el jugo de mi vagina como perfume”. Ahora hay miles de otros vídeos que discuten la práctica en la plataforma, con el hashtag #vabbingperfume, el cual tiene más de 12,9 millones de visitas hasta la fecha.

Al igual que con todas las tendencias de TikTok, es difícil precisar exactamente cuándo, o cómo, comenzó. Pero algunos lo han rastreado hasta un episodio de podcast de 2018 presentado por las comediantes Carly Aquilino y Emma Willman, en el que una oyente reveló que había comenzado a usar sus propios fluidos como fragancia.

La práctica también se dio como un consejo útil para mujeres solteras en el libro de 2019 de la sexóloga Shan Boodram, The Game of Desire. “Si las copulinas [sustancias químicas secretadas por la vagina] se usan como perfume, entonces atraerá a cualquiera que tradicionalmente se sienta atraído por las mujeres con vulva”, escribió Boodram.

La ciencia detrás de esto es cuestionable, por decir lo menos. Basado en feromonas, la idea de que el olor juega un papel integral en la atracción sexual, es un concepto muy controvertido que ha sido poco investigado y muy malinterpretado desde que se identificó por primera vez en 1959.

“Las secreciones corporales, como los fluidos vaginales, contienen feromonas que pueden transmitir una variedad de información sobre una persona, incluida su composición genética”, explican la Dra. Andrea Wahling y la Dra. Alexandra James de la Universidad La Trobe. “En el reino animal, diferentes feromonas pueden hacer cosas diferentes, como incitar una respuesta conductual. Si bien las feromonas juegan un papel importante en la forma en que los animales se comunican entre sí, la investigación está dividida en cuanto a si las feromonas juegan un papel importante en la compatibilidad sexual y romántica de los humanos”.

Hay algunos estudios que respaldan el fenómeno, pero en gran medida se han descartado por no ser concluyentes. Una revisión de 2012 describió los estudios anteriores como “débiles” porque no estaban controlados. Algunos psicólogos han argumentado que no hay evidencia de que existan las feromonas humanas.

“El inconveniente es que, si bien muchos investigadores están de acuerdo con las propiedades básicas de las feromonas, existe un debate considerable sobre qué señales olfativas [del sentido del olfato] representan las feromonas”, escribe Mark Sergeant, profesor titular de psicología en la Universidad de Nottingham Trent. No obstante, esto no ha impedido que innumerables marcas de fragancias utilicen esto en su comercialización, en la que afirman que los productos mezclados con feromonas pueden inducir la atracción sexual.

Pero aparte de la pseudociencia, hay algo más oscuro en juego aquí. Al parecer, el vabbing puede parecer una tendencia empoderadora, incluso feminista, que celebra a las mujeres y reescribe años de vergüenza social y sexual en torno al cuerpo femenino. Al menos, así es como algunas personas lo han enmarcado, como una escritora, quien afirmó que hacerlo durante una semana la hizo sentir “como una diosa sexy y salvaje”.

Sin embargo, con dar un vistazo a los miles de vídeos de TikTok que discuten la tendencia, esta narrativa se descarrila rápido. Actualmente, todos los vídeos de #vabbing más vistos se caracterizan por una sensación de asco y repulsión. En lugar de respaldar la tendencia, la mayoría de las personas la critican y, como resultado, perpetúan la opinión de que las vaginas, y su aparente olor, son repugnantes.

“Cuando la chica que hace vabbing quiere tocarme”, se lee en la descripción de un vídeo que va acompañado de una cara de llanto y un emoji con el pulgar hacia abajo. Otros vídeos similares se ilustran con emojis de vómito y cráneo. En un vídeo, una mujer sumerge sus dedos en una lata de atún antes de tocarse las muñecas y el cuello. Más tarde le dice a su esposo que ha intentado hacer vabbing y, después de olerla, él se apresura a rociarla con un spray para limpiar la cocina.

Todos estos vídeos envían el mismo mensaje: algunas personas de verdad odian las vaginas. De manera similar a las tendencias de limpieza vaginal y por vapor antes mencionadas, aprovechan la idea de que la vagina es un problema que debe solucionarse. Con esto en mente, el vabbing no parece una tendencia en absoluto, sino más bien una campaña de desprestigio contra el cuerpo de la mujer. Uno que se basa en la vergüenza social y sexual que atribuimos a nuestro físico.

También perpetúa algunos mitos bastante perjudiciales sobre la salud de la mujer. A pesar de lo que puedan sugerir los vídeos de vabbing, el sitio web NHS Go (del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido) afirma que es completamente normal que la vagina tenga un olor. “El olor vaginal puede cambiar en diferentes momentos del ciclo reproductivo y no siempre debe considerarse como un signo de infección o enfermedad”, dice la Dra. Sophie Elneil, consultora en uroginecología del University College Hospital de Londres. El sitio web agrega que aquellas personas preocupadas por el olor de su vagina, o que lo encuentren desagradable, deben consultar a su médico de cabecera.

Lo curioso es que hemos estado aquí antes. ¿Recuerdan la infame vela de Gwyneth Paltrow que decía: “Esto huele a mi vagina”? Por supuesto que sí. La vela de US$90, lanzada en 2020 en el sitio web de estilo de vida de la actriz convertida en gurú del bienestar, Goop, se describió como un “aroma divertido, hermoso, sexy y maravillosamente inesperado”. Combinaba geranio, bergamota cítrica y cedro con rosa damascena y semillas de hibisco; en otras palabras, aromas que no suelen asociarse con la vagina de una mujer.

Al igual que el vabbing, la intención detrás de la vela podría haber sido bien intencionada. Pero todo lo que en realidad hizo fue facilitar el ridículo, lo que provocó que el nternet se burlara tanto de Paltrow como de los cuerpos de las mujeres, ñp que destacó cuánta vergüenza social le damos a la vagina. Pero Paltrow no es tonta: las velas se agotaron rápido. Solo identificó un tabú y, sabiendo que causaría revuelo, lo convirtió en dinero. Genial, de verdad, incluso si era un poco deprimente ver a una mujer sacar provecho de la vergüenza vaginal.

El punto es que si bien el vabbing puede parecer nuevo, su ubicuidad en línea sugiere una verdad muy antigua, y muy triste, sobre cómo la sociedad ve el cuerpo femenino. La pregunta no es hacer vabbing o no, sino: ¿cuánto tiempo más tendremos que esperar las mujeres hasta que nuestros cuerpos sean aceptados tal como son?

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