Un tribunal en China se pronuncia contra el derecho de una mujer soltera a congelar óvulos
Un tribunal de Beijing ha fallado en contra del derecho de una mujer china soltera a congelar sus óvulos, poniendo fin a una lucha por unos servicios reproductivos que duró seis años y atrajo la atención nacional.
El Tercer Tribunal Popular Intermedio de Beijing confirmó el martes la sentencia según la cual un hospital no violó los derechos de Teresa Xu al denegarle el acceso a los servicios de congelación de óvulos.
Xu, de 36 años, anunció la sentencia el miércoles. “Esto no está fuera de mis expectativas”, dijo a los espectadores de su transmisión en vivo. “Todos estos años, por fin tenemos un final, y una respuesta”.
Xu acudió por primera vez al hospital cuando tenía 30 años, en 2018, para preguntar si podía congelar sus óvulos. Tuvo una primera consulta, pero le dijeron que no podía someterse a la intervención cuando el médico descubrió que no estaba casada.
En China, las normas hospitalarias exigen que una mujer esté casada para congelar sus óvulos.
“El médico siguió tratando de persuadirme: ‘Deberías tener un hijo ahora’”, dijo Xu en 2019. “Me dijo: ‘Tu carrera puede desarrollarse en cualquier momento, pero es más difícil tener un hijo más adelante’”.
La doctora fue amable, relató Xu, pero la experiencia la dejó enfadada. “Buscaba un servicio profesional, pero en su lugar obtuve este consejo de vida”.
Xu había buscado vías alternativas, como la congelación de óvulos en el extranjero, pero consideró que el coste era demasiado elevado. Mientras tanto, fueron necesarios múltiples intentos para conseguir que el tribunal aceptara su caso en 2019. El proceso se retrasó durante la pandemia.
El Tribunal Popular Intermedio de Chaoyang dijo en una sentencia de 2022 que el hospital no violó sus derechos al negarle el acceso a congelar sus óvulos. Xu decidió recurrir.
Xu dijo que sabía que tenía pocas probabilidades de éxito, pero quería seguir adelante por el posible impacto social.
Señaló que la sentencia tenía un lenguaje positivo a pesar de su veredicto: “A medida que se ajuste la política de nuestro país en materia de nacimientos, las leyes médicas y sanitarias pertinentes, los reglamentos, las normas de diagnóstico y tratamiento y las normas de ética médica también pueden cambiar en consecuencia”.