¿Qué es findom? Un hombre sumiso explica el fetiche de dominación financiera

[Este artículo se publicó por primera vez en 2017]

De todos los fetiches sexuales del mundo, la dominación financiera es tal vez uno de los que tienen una imagen más glamorosa.

Mujeres hermosas reciben dinero y obsequios caros de hombres que aparentemente no quieren casi nada a cambio; se trata de someterse a la mujer dominante y renunciar al control.

Al igual que las formas físicas de BDSM, es esta renuncia al poder lo que excita. Pero en la mayoría de los casos, la dominatriz (domme) y el sumiso nunca se encuentran, todo se hace en línea.

Algunas relaciones de dominación financiera (o findom) consisten en pagos únicos, otras son estrictas transferencias periódicas de dinero y algunos hombres incluso entregan contraseñas y el control total de sus cuentas bancarias a una domme, pidiéndole que también diseñe un presupuesto mínimo.

Pero, ¿cuál es el atractivo para los hombres? Le pedimos una explicación a un sumiso autoproclamado.

“El factor de excitación proviene de la idea de que la domme invade el espacio personal de sus finanzas”, dice Steve* a The Independent. “La gente mide su autoestima a través de su dinero”.

“La dominación financiera recoge esta noción de los seres humanos y la vuelve un arma kinky. Es intimidad, en un sentido muy capitalista y masoquista”, explica Steve.

Steve opina que la mayoría de los sumisos se involucran en el findom debido a su baja autoestima, y tienen una “incapacidad para lidiar con el rechazo, la humillación, la soledad, el miedo a no ser deseados y prescindible en la sociedad acelerada de hoy.”

Según Steve, cuando un sumiso discute la transferencia de dinero con su domme, entra en “la zona” que es “donde está libre de todas sus aflicciones y preocupaciones” y se excita.

"Pero tan pronto como eso termina, vuelve a la tierra con un agujero en la billetera y la cabeza llena de pesar", dice Steve.

“Findom es simplemente otra forma de escapismo para quienes batallan a diario en esta rara sociedad moderna obsesionada con el dinero”.

Otra razón por la que algunos hombres se involucran en este fetiche es simplemente para hablar directamente con una mujer y mantener su atención. Un sumiso típico sería un joven menor de 35 años, pero también hay hombres mayores, dice Steve.

La mayoría de los hombres encuentran sus dommes a través de sitios web como findom.com y Twitter, donde mujeres jóvenes anuncian sus servicios.

"Lo único que necesitas es una cuenta de Twitter, un medio para aceptar pagos, algunas selfies tuyas actuando de manera rebelde y desafiante y la confianza para lanzar algunos insultos a desconocidos en internet", explica Steve.

El hombre señala que hoy en día el findom se define por la multitud de mujeres jóvenes que alardean agresivamente en Twitter, pero agrega que “hay una gran diferencia entre una dominatrix financiera y una chica mala que exige dinero.

“La primera es mucho más difícil de encontrar, a pesar de que muchas declaran que son una.”

Es cierto que las mejores dommes pasan años desarrollando su personalidad y perfeccionando las habilidades que hacen que los hombres quieran enviarles dinero y que eso les excite.

En los últimos años, el findom es visto cada vez más como una forma de empoderar a las mujeres y manipular a los hombres débiles, pero Steve no cree que sea así.

“En última instancia, un sumiso entrega su dinero a una domme porque quiere usarla como una herramienta para acceder a emociones que le proporcionan un subidón químico que solo obtiene al alimentar su adicción al comportamiento autodestructivo”, explica.

Pero, por supuesto, también existen riesgos para los sumisos: ruina financiera, adicción, pérdida de propiedades, mayor endeudamiento, ansiedad, y daño psicológico y físico (principalmente a través de prácticas de auto-tortura, según Steve).

Y también está el impacto en las relaciones interpersonales de la vida real.

A pesar de esto, Steve cree que el findom se está volviendo cada vez más común y las dommes están haciendo cada vez esfuerzos más estrafalarios para atraer la atención de los hombres sumisos.

*El nombre ha sido cambiado