Sigue estos 5 consejos para prevenir la adicción a los videojuegos reconocida por la OMS
Después de un largo debate sobre los efectos nocivos de los videojuegos, la OMS determinó que sí existe una condición que puede ser considerada adicción con consecuencias físicas y psicológicas para niños, adolescentes y adultos
Hace unos días la OMS (Organización Mundial de la Salud) anunció que comienza a considerar la adicción a los videojuegos dentro del catálogo de enfermedades mentales, el referente para los profesionistas de la salud en el mundo. La noticia sorprendió, pues como es común en el tema de las adicciones, los límites de lo que se puede considerar una adicción son subjetivos y varían a lo largo de los años.
La adicción está definida como una enfermedad crónica y recurrente del cerebro que se caracteriza por una búsqueda patológica de la recompensa o alivio a través del uso de una sustancia u otras acciones.
Entre las adicciones más comunes podemos reconocer el tabaquismo, el alcoholismo, la adicción al sexo, la ludopatía, o algunas más recientes como la adicción al teléfono móvil o nomofobia. En el caso de los videojuegos, se define como un comportamiento compulsivo de juego continuo durante horas que afecta la vida de la persona en diferentes áreas, como la social, la escolar o laboral, que de forma drástica deteriora su condición de salud por el número de horas que dedica frente a las pantallas.
Expertos en el tema como el doctor Nicholas Kardaras, autor de Glow Kids, llevan décadas advirtiendo sobre la creciente exposición de los niños y adolescentes a los videojuegos y sus efectos perjudiciales a nivel tanto neuronal como social. El aumento tan drástico del consumo de este tipo de entretenimiento en los últimos 5 años, generó nuevas medidas restrictivas por parte de gobiernos como China que limitó su uso en menores de edad a no más de 5 horas semanales, en un horario de 8 a 9 de la noche, en fines de semana.
Aunque las restricciones a menores de edad son cuestión de mucho debate, la prevención de una adicción recae en los propios juegos. En el contexto de la pandemia vimos a muchos streamers profesionales cerrar sus canales de Twicht debido a la fatiga extrema que sufrieron por sus jornadas maratónicas de transmisiones ininterrumpidas y el desgaste que ello les ocasionó.
Prevención, antes que atención
Lo primero es reconocer que hay una afectación continua y real por una conducta, que se torna compulsiva y obsesiva.
1. Auto regulación: la primera acción preventiva es poner límites claros al uso de los videojuegos, en relación a las horas de juego, los lugares de juego, el tipo de videojuegos considerando su clasificación y edad recomendada.
2. Supervisión y acompañamiento adecuado: en el caso de los menores de edad hay que atender el entorno en que se desarrollan para que el uso de videojuegos no interfiera con sus actividades académicas, deportivas o recreativas.
3. Relaciones positivas: es importante tener un grupo de personas que ayuden a encontrar nuevas formas de relacionarse con el entorno y al mismo tiempo permitan disfrutar de los videojuegos sin que se conviertan en un problema.
4. Recursos en la comunidad: encontrar actividades fuera de las pantallas, como clubes deportivos, centros de recreación o centros culturales para limitar la interacción con los videojuegos.
5. Apoyo psicológico: la evaluación y atención especializada cuando se detectan síntomas como agresividad, cambios de humor inexplicables, problemas para manejar la frustración, problemas para dormir, entre otros, es importante para contar con un tratamiento oportuno y óptimo.