Opinión

La nueva entrevista a la verdadera “Martha” alimenta la obsesión de los fans con la historia de ‘Bebé reno’

El drama de la acosadora de Richard Gadd sigue dominando las listas de Netflix, y los detectives de sillón están desatados. Pero con la noticia de que la “verdadera Martha” compartirá su versión de la historia en el programa de entrevistas de Piers Morgan, Adam White se pregunta: ¿debió haber existido un mayor deber de protección?

Jueves, 09 de mayo de 2024 07:01 EDT
‘Bebé reno’ lleva semanas encabezando las listas de Netflix, pero ¿hasta qué punto es fiable Richard Gadd como narrador?
‘Bebé reno’ lleva semanas encabezando las listas de Netflix, pero ¿hasta qué punto es fiable Richard Gadd como narrador? (Ed Miller/Netflix)
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¿Quizás Richard Gadd fue ingenuo? Quizá no se imaginaba que Bebé reno, su miniserie para Netflix inspirada en su propio acoso, iba a causar tanto revuelo. Que podía tapar los hechos de sus traumas lo suficiente como para proteger a las personas implicadas. Tal vez pensó mejor de nosotros. El éxito de la serie de Gadd ha sido asombroso; las buenas críticas y los elogios de boca en boca la han convertido en un éxito internacional, que se ha mantenido en el primer lugar más de cuatro semanas después de su estreno. Sin embargo, en las tres últimas semanas, la serie se ha precipitado hacia su segundo acto inevitable. La llegada de los detectives de sillón.

La serie de siete episodios concluyó con una condena de nueve meses de prisión y una orden de restricción contra la acosadora de Gadd. Su personaje aspirante a comediante de monólogos, Donny, observa cómo escoltan a Martha (Jessica Gunning), la mujer que lo aterrorizó a él y a sus seres queridos durante cuatro años, esposada y con el rostro demacrado por la culpa. La ambigüedad sobre si esto ocurrió se ha mantenido oculta de manera deliberada.

Gadd se ha negado a hablar del paradero actual de la verdadera Martha y de cómo terminó su acoso. Mientras hacía prensa para Bebé reno, así como para su anterior monólogo en el Fringe de Edimburgo sobre sus experiencias, solo ha dicho que el acoso terminó.

El cómo no se sabe. “No quería meter a la cárcel a alguien que estaba tan perturbada mentalmente”, declaró Gadd a The Times a principios de este mes. Sin embargo, para algunos no ha sido un clímax aceptable. A pesar de que Gadd insiste en que la Martha de Bebé reno es “diferente por razones legales” a su acosadora real, los internautas encontraron cuentas de redes sociales supuestamente ligadas a la mujer que inspiró el personaje y las rastrearon en busca de información. 

Dos periódicos sensacionalistas afirmaron haber identificado a la mujer: una mujer de unos cincuenta años que se tituló en Derecho en la Universidad de Dundee y trabajó brevemente como abogada en prácticas. Luego, una abogada que había contratado a “Martha” contó que la mujer la persiguió después de despedirla tras una prueba de dos semanas por su actitud.

Pocas personas cercanas a este drama en pantalla han quedado indemnes de las consiguientes repercusiones fuera de la pantalla. La semana pasada, los representantes de Gadd enviaron un aviso legal a los medios de comunicación tras la preocupación suscitada por la presencia de miembros de la prensa en las inmediaciones de su domicilio y los acercamientos realizados en su propiedad y con sus padres.

Las súplicas de Gadd para no intentar adivinar identidades reales han caído en saco roto
Las súplicas de Gadd para no intentar adivinar identidades reales han caído en saco roto (Netflix)

La mujer identificada como Martha amenazó con emprender acciones contra Netflix y sus publicaciones en las redes sociales han sido maniáticas y preocupantes. Además, para consternación de muchos, esta semana aparecerá en el programa de entrevistas de Piers Morgan.

Por otro lado, se ha intentado identificar al hombre que violó a Gadd (en una agresión sexual que se recrea con horripilante especificidad en el cuarto episodio de Bebé reno) y que exploró en 2016 en su premiado monólogo Monkey See, Monkey Do.

Un actor y director llamado Sean Foley indicó que se puso en contacto con la policía por “mensajes difamatorios, abusivos y amenazadores” a raíz de las especulaciones que se han hecho sobre él en relación con la serie.

En su Instagram, Gadd ha instado a los espectadores a que se detengan. “Personas a las que quiero, con las que he trabajado y a las que admiro (incluido Sean Foley) se ven injustamente envueltas en especulaciones. Por favor, no especulen sobre quiénes podrían ser las personas de la vida real. Ese no es el objetivo de nuestra serie. Con mucho amor, Richard x X”.

Pese a la advertencia, el autor Richard Osman pareció haberla ignorado —o al menos malinterpretado—, ya que no hizo más que avivar el fuego de las especulaciones en su pódcast, The Rest Is Entertainment, la semana pasada. “[Gadd] ha sido muy abierto con la gente de la industria sobre quién fue [su violador], así que la gente de la industria sabe quién fue esa persona”, afirmó. Entonces, ¿es famoso el violador de Gadd? ¿Sigue trabajando? ¿Quién será? Era otro tentador rastro de información al que podían agarrarse los Sherlocks incipientes.

Una deducción equivocada en lo que se refiere a Bebé reno es que es bueno sacar a la luz a las personas implicadas en el pasado de Gadd. Que una denuncia digital es una forma de castigo kármico

Pero, ¿por qué, como espectadores, sentimos la necesidad de hacerlo? Me parece una respuesta predeterminada a muchos aspectos de la cultura pop actual. El trauma es contenido. Contar historias es un misterio que hay que resolver. Una historia de fondo es una pista. Se ha visto en las respuestas a Quiet on Set, la reciente serie documental estadounidense sobre abusos sexuales y mala conducta en Nickelodeon y otros canales infantiles de televisión.

También se ha visto en las respuestas a las acusaciones de mala conducta sexual contra estrellas de alto nivel como Sean “Diddy” Combs, y en las reacciones a la salud de Kate Middleton tanto antes como después del anuncio de su cáncer.

Vemos cuentas en las redes sociales que se empeñan en desenterrar más declaraciones que provocan escalofríos, exagerar experiencias reales de trauma hasta convertirlas en barrocas y fantásticas y despertar sospechas en torno a las personas que deciden —por el motivo que sea— no hacer comentarios. Más víctimas, más denuncias, más horror. Secuela. Secuela. Secuela.

Resulta deprimente que mucho de esto se exprese bajo la bandera de empatía. Una deducción equivocada en lo que se refiere a Bebé reno es que es bueno sacar a la luz a las personas implicadas en el pasado de Gadd. Que una denuncia digital es una forma de castigo kármico. Pero más allá de los peligros de equivocarse y acusar a personas totalmente aleatorias de ser violadores y acosadores, también es profundamente cruel con el propio Gadd. Su serie sirve como una exploración abierta y a menudo profundamente mortificante de sus peores experiencias.

Intentar perseguir a los implicados envía el mensaje de que no fue suficiente; de que, en realidad, abordó mal su trauma. ¡Necesitamos nombres! ¡Fechas! ¡Rendición de cuentas ruidosa, pública y a gritos!

La inquietante interpretación de Jessica Gunning como Martha ha sido elogiada
La inquietante interpretación de Jessica Gunning como Martha ha sido elogiada (Netflix)

En definitiva, es demasiado simplista culpar exclusivamente a Internet. Aunque quizá nadie de los implicados en Bebé reno podía prever su éxito, no justifica por completo la falta de preparación de todos en lo que respecta a la verdadera Martha.

En las entrevistas, Gadd ha evitado ligeramente las preguntas sobre ella: no sabemos quién era, dónde está ahora ni cómo terminó su relación. Ha dicho que se modificaron ligeramente los hechos de su caso para la televisión y que eligió a Gunning solo porque captaba “la esencia” de la mujer real.

Pero también son declaraciones increíblemente ambiguas, hasta el punto de que no es sorprendente como tal que la gente haya intentado indagar más en la historia. La brecha entre las intenciones de Gadd y la respuesta del público a la serie se refleja en la misma Bebé reno. El comediante ha dicho en repetidas ocasiones que escribió a Martha como un personaje simpático, en contraste con las típicas representaciones de “mujer fatal” de las acosadoras en el cine y la televisión.

“Sentí que [la verdadera Martha] era una persona vulnerable que de verdad no podía parar”, reveló a Variety. “Es una enfermedad mental y quería retratarla. Vi a alguien que me dio lástima”.

Pero Martha no está bien definida como personaje, debido a que Donny es el punto de vista central de la serie. Solo sabemos lo que Donny sabe de ella, y las afirmaciones de que la serie es una historia con un par de almas rotas como protagonistas parecen falsas.

Gadd como Donny, una versión ficticia de sí mismo
Gadd como Donny, una versión ficticia de sí mismo (Netflix)

Que sintamos empatía por Martha se debe enteramente a la destacable interpretación de Gunning, que oscila de manera magistral entre el dolor, la desesperación y el antagonismo violento.

Al menos desde el punto de vista teórico, no hay mucho más a lo que podamos aferrarnos. Donny tiene un monólogo interior, y la oportunidad en cada episodio de articular su propia irreflexión y crueldad: en una voz superpuesta, arremete contra sí mismo por la vergüenza que siente por salir con una mujer trans, y reconoce su ligera complicidad en las obsesiones de Martha consintiendo el hecho de que se convirtió en el centro de su universo.

Bebé reno está preparada para que veamos todas las partes desagradables de Donny, para que miremos con desaprobación sus fallos. Martha no puede permitirse el mismo lujo. Sí, es una mujer a la deriva de la enfermedad mental. Pero ante todo es una agresora demoníaca, que agrede a la novia de Donny, le inventa a los padres de él que está muerto e invade la casa de la madre de su ex. Diga lo que diga Gadd, la serie no es tan moralmente ambigua como él parece creer.

Esta tensión —sobre quién tiene la culpa, sobre Gadd como víctima de un horrible acto de acoso y como creador de su propia mitología— hace que, en última instancia, Bebé reno sea una de las series más fascinantes del año. Pero también requiere responsabilidad por nuestra parte como espectadores, y comprender que no es una serie que pueda encajarse en una simple categoría. Gadd no creó un documental de crímenes reales, ni un rompecabezas para que lo resuelvan detectives de salón. Reducirla a tal efecto disminuye su poder y perjudica a todos los implicados.

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