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Bliss: Filme de ciencia ficción protagonizado por Owen Wilson y Salma Hayek es una mezcolanza de ideas

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El director Mike Cahill se compromete a crear un mundo rico y expansivo, pero luego no logra encontrar nada significativo en él

Clarisse Loughrey
Viernes, 05 de febrero de 2021 14:25 EST
Bliss trailer
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Dir: Mike Cahill. Protagonizada por: Owen Wilson, Salma Hayek, Madeline Zima, Nesta Cooper, Joshua Leonard. 15, 103 minutos

El director Mike Cahill se nutre de la incomodidad. Sus visiones de ciencia ficción siempre se han basado en un elemento de confrontación: cómo sería cruzar caminos con un doble perfecto o descubrir los secretos de la reencarnación al mirar a los ojos de otra persona, como se abordó en Another Earth de 2011 y I Origins de 2014. Pero la escala de su ambición a veces sobrepasa la practicidad de su presupuesto o la lógica de su guion, por lo que su trabajo es más una mezcolanza de ideas. Bliss, por desgracia, ve a Cahill sucumbir por completo a este impulso.

Se compromete a crear un mundo rico y expansivo, pero luego no encuentra nada significativo en él. Greg (Owen Wilson), sentado en su oficina, pasa las horas dibujando vistas del Mediterráneo que son, en su mente, concretamente reales. “Tiene un sentimiento y el sentimiento es real”, se asegura. Hay una mujer en algunos de los dibujos; un día, de repente, entra en su vida.

Isabel (Salma Hayek), quien inexplicablemente se viste como Helena Bonham Carter, insiste en que ella y Greg son una de las pocas personas reales en este mundo. Todo lo demás es una ilusión. Justo antes de que él la descarte como nada más que una loca inofensiva, ella le muestra que, con un movimiento de muñeca, puede manipular tanto personas como objetos. Isabel es en parte superhéroe, en parte la chica de ensueño, en parte Morfeo de Matrix. A partir de ahí, los dos inician un alboroto por la ciudad, convencidos de que no hay consecuencias ni víctimas.

Hay un placer fugaz en los días de anarquía de Greg e Isabel. Wilson encaja perfectamente en el papel, ya que siempre ha tenido la habilidad de crear personajes que actúan como emocionados cachorros golpeados repentinamente por el peso del mundo. Saltará alegremente sus líneas, siempre reaccionando con un “Wow” cuando Greg descubre algo nuevo y mágico. Pero el resto de él, sus expresiones y su cuerpo, tienen un peso decadente que sugiere que Greg se siente perdido, en lugar de rendirse ansiosamente a lo desconocido.

Pero Bliss se tambalea cada vez que trata de ser profunda, incluso si el científico Bill Nye y el filósofo Slavoj Žižek hacen breves cameos, creando una cortina de humo de influencia intelectual. Se esfuerza por ofrecer con claridad sobre qué es exactamente lo que quiere tratar, o las preguntas que quiere hacer a su audiencia. También seguimos las vidas de los dos hijos abandonados de Greg, Arthur (Jorge Lendeborg Jr) y Emily (Nesta Cooper). Pero el guion de Cahill nunca aborda la pregunta obvia: si los hijos de Greg no existen más allá de su imaginación o de los códigos de algún programa de computadora, ¿por qué preocuparse por su futuro? ¿Qué han arriesgado? ¿Qué peso tiene su dolor?

Cerca de su final, Bliss parece sugerir que existe una posibilidad real de que, si hacemos demasiado bien y cambiamos demasiadas cosas, nos volvamos demasiado felices. ¿Cómo podría ser eso la verdadera preocupación de alguien?

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