La historia detrás del discurso de aceptación de los Óscar más largo de todos los tiempos
En 1943, la actriz inglesa Greer Garson ganó el Premio de la Academia a la Mejor Actriz y habló durante cuatro minutos sin interrupción. Clémence Michallon revisita esta página en la historia de los Óscar
El 4 de marzo de 1943, Greer Garson se paró detrás de un podio en el club nocturno Cocoanut Grove dentro del Ambassador Hotel en Los Ángeles. Garson, de 38 años, aceptó el Premio de la Academia a la Mejor Actriz por su trabajo en Mrs Miniver, un drama bélico romántico dirigido por William Wyle. Ella fue solo la decimoquinta actriz en la historia de Hollywood en llevarse a casa el trofeo. Eso fue un logro en sí mismo, pero Garson hizo historia de otra manera más inesperada esa noche.
Su discurso de aceptación sigue siendo, hasta el día de hoy, el más largo en la historia de los Premios de la Academia. Si bien a los ganadores de hoy se les pide que se limiten a 45 segundos (aunque con frecuencia van más allá, momento en el que una señal musical les permite saber que es hora de terminar), Garson habló durante siete minutos bastante generosos en comparación.
Por desgracia, el discurso no se conservó en su totalidad. Incluso la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, que organiza los premios Óscar cada año, dice que tiene imágenes de noticieros con “solo partes” del discurso de Garson, con un total de tres minutos y 56 segundos.
Garson, de origen inglés, dedicó parte de su discurso a su experiencia como inmigrante. “Vine a este país como una extraña hace cinco años. He estado muy feliz y muy orgullosa de ser miembro de esta comunidad y de esta industria todo ese tiempo”, le comentó a la multitud. “Y de todas las personas a las que conocí o con las que trabajé, en verdad recibí tanta amabilidad que durante mucho tiempo no podía creer que fuera cierto, pero esta noche me hicieron sentir que de verdad me abrieron la puerta de su amistad por completo y esa bienvenida está es sincera, y es por eso que estoy tan feliz”.
El tema era relevante: en Mrs Miniver, Garson interpreta a un ama de casa inglesa cuya vida es muy afectada por la Segunda Guerra Mundial, sobre todo cuando su esposo Clem (Walter Pidgeon) se ofrece como voluntario para ayudar en la evacuación de Dunkerque con su propia lancha motora. El papel, señaló The Associated Press en su obituario de Garson en 1996, “reunió a los estadounidenses para apoyar al Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial”.
El discurso de Garson también incluyó sus reflexiones sobre la naturaleza subjetiva de las ceremonias de premiación. “Siempre he sentido que ser nominada solo significa que tienes la gran suerte de que se te haya confiado una de las mejores asignaciones del año en curso, y eso es motivo de regocijo en sí mismo”, comentó. “Y no hay un solo buen artesano en esta industria a quien, si se le presenta esa oportunidad, no se pueda contar con él para estar a la altura”.
También se preguntó por qué los artistas “todos anhelan ganar el premio” y postuló: “No es una cuestión de superioridad porque estamos comparando diferentes excelencias y son variadas en su naturaleza y no se pueden comparar de manera justa. No hay rivalidad en esta sala esta noche. No hay competencia. Como le dijo el Dodo a Alicia en el País de las Maravillas: ‘Todos han ganado y todos tendrán un premio’”.
Garson nunca ganó otro Premio de la Academia, aunque estuvo nominada a siete, todos en la categoría de Mejor Actriz, a lo largo de su carrera. Sus dos primeras nominaciones llegaron antes de Mrs Miniver, por el drama romántico de Sam Woods de 1939 Goodbye, Mr Chips, y por su papel como la defensora de los derechos de los niños Edna Gladney en la película biográfica de Mervyn LeRoy de 1941 Blossoms in the Dust. Cuatro más siguieron después de Mrs Miniver: una por su interpretación de Marie Curie en la película biográfica de 1943 Madame Curie, una por el drama de Tay Garnett de 1944 Mrs Parkington, una por el drama de Garnett de 1945 The Valley of Decision y otra por su papel de Eleanor Roosevelt en la película biográfica de Vincent J Donehue de 1960, Sunrise at Campobello.
Su Óscar a la Mejor Actriz se destruyó, junto con muchas otras pertenencias, durante un incendio en su casa de Los Ángeles a fines de la década de 1980. La Academia le proporcionó un trofeo de reemplazo. Su discurso no ha sido superado durante 78 años, aunque siempre existe la posibilidad de un nuevo récord en los Óscar de este año el 28 de marzo.