El padre de Anna Delvey dice que la falsa heredera “quería vivir como Paris Hilton”

La falsa heredera Anna Delvey, o Anna Sorokin, es el tema de la exitosa serie de Netflix, ‘Inventing Anna’

Meredith Clark
Domingo, 03 de abril de 2022 15:22 EDT
La falsa heredera, Anna Delvey, niega ser una estafadora

El padre de Anna Delvey (cuyo nombre real Anna Sorokin) reveló detalles sobre su relación con su hija, quien ahora es el tema de la exitosa serie de Netflix, Inventing Anna.

Inventing Anna cuenta la increíble historia real de Anna Sorokin, interpretada por Julia Garner de Ozark, quien se hizo pasar por una rica heredera alemana y estafó con éxito a amigos y grandes bancos por cientos de miles de dólares bajo el nombre de Anna Delvey, antes de ser condenada por fraude y hurto mayor en 2019.

En una entrevista con el Daily Mail publicada el 21 de marzo, el padre de Anna, Vladim Sorokin, reveló que habla con su hija tres o cuatro veces por semana. Ella espera su deportación a Alemania en un centro de detención del ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas).

“Hablo con Anna tres o cuatro veces por semana desde el centro de inmigración de Nueva York y la conversación es siempre la misma: necesita dinero”, expresó el hombre de 58 años. “Le he enviado miles de dólares en el pasado. Por el momento los montos son pequeños porque está detenida… pero ni siquiera ahí ha aprendido a controlar sus finanzas”.

Agregó: “No creo que ella alguna vez haya dicho que me ama, en cambio me diría: ‘Soy tu única hija y tienes que ayudarme y darme dinero. No tengo forma de conseguirlo yo misma’”.

“Pero encontró una forma, una forma deshonesta y vergonzosa que la llevó a prisión y ahora a un centro de inmigración en espera de la deportación”, comentó Sorokin.

Anna Delvey, de 31 años, nació en Domodedovo, un suburbio de clase trabajadora al sur de Moscú. Creció sobre todo en Eschweiler, Alemania, donde su padre trabajaba como ejecutivo en una empresa de transporte.

A los 19 años, Delvey dejó Alemania para estudiar moda en París. Allí, ganaba solo US$440 al mes por su pasantía en Purple, una revista de moda francesa, y aún dependía económicamente de sus padres, le contó Delvey a The New York Times en 2019. Fue en París donde comenzó a usar el nombre Delvey, aunque sus padres dijeron antes que “no reconocen el apellido”.

Sorokin explicó que su hija se fue del pueblo de Eschweiler a ciudades más metropolitanas por su amor al arte y la moda. “La mayoría de las personas en Eschweiler no son muy conscientes de la moda y no tienen el mismo gusto por el lujo que Anna, razón por la cual fue a Londres, luego a Berlín y luego a París”, narró Sorokin. “Ella sentía que esta ciudad no era lo bastante buena para ella”.

“Ella quería vivir como Paris Hilton, pero no pudimos dárselo”, agregó.

Delvey se fue a Nueva York en 2013, donde se hizo amiga de personas ricas de la alta sociedad que pagaron sus hoteles y vuelos bajo la premisa de que ella les devolvería el dinero, pero luego se “olvidó” de hacerlo. Fue allí donde Delvey presentó su idea de la “Fundación Anna Delvey”, un club de miembros privados y una fundación de arte, a inversionistas potenciales adinerados. Cuando no logró conseguir inversores para su fundación, Delvey comenzó a crear estados de cuenta falsos que mostraban que tenía acceso a US$66 millones (€60 millones) almacenados en cuentas bancarias suizas. Después de registrarse en varios hoteles sin una tarjeta de crédito que funcionara y de no pagar sus cuentas en repetidas ocasiones, a Delvey la arrestaron por primera vez en julio de 2017. Ese octubre, a Delvey finalmente se le acusó de varios cargos de hurto mayor y robo menor de servicios. Se estimó que ella robó alrededor de US$275.000.

Se liberó a Anna Delvey de prisión en febrero de 2021, antes de que ICE la detuviera de nuevo por violar los términos de su visa. Desde entonces, ha negado ser una “estafadora” y hacerse pasar por una heredera alemana.

Sorokin se enteró del arresto de su hija a través de internet, pero no pudo asistir a su juicio de 2019 porque necesitaba quedarse en casa para trabajar. Sin embargo, su padre aseguró que Delvey todavía tiene un lugar en casa una vez que sea deportada de EE.UU. a Alemania. “¿Adónde irá si la echan de EE.UU.? Tenemos espacio para ella aquí en la casa familiar y aunque la apoyaremos, no permitiremos que repita sus errores anteriores”, comentó.

“Sin importar lo que haya sucedido, siempre se puede enmendar las cosas”, agregó Sorokin. "Cada día es un nuevo comienzo. No creo que sea mala por dentro, pero necesita, por primera vez, descubrir qué va a hacer con su vida”.

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