Gilberto Mora, la joya mexicana que acapara el foco de atención en Chile

La aureola que le proyecta como la futura gran estrella del fútbol de México no parece intimidar a Gilberto Mora.
“Trato de disfrutar cada momento con mis compañeros, mostrar en la cancha mi fútbol y ser feliz dentro del campo”, dijo Mora tras la goleada 4-1 que el Tri le propinó a la anfitriona Chile en los octavos de final del Mundial Sub20.
A sus 16 años, Mora despunta como una de las sensaciones del torneo juvenil.
El virtuoso volante ofensivo, que milita en el Xolos de Tijuana tiene todo para brillar en los grandes escenarios, y ya está en el radar de los grandes de Europa.
Figura y referente del Tri, Mora ha ganado aún más prestigio en Chile con sólidas actuaciones y un rendimiento hasta aquí impecable.
Durante la fase de grupos del certamen, la perla azteca disputó todos los tres partidos y anotó tres goles, que lo ubican entre los máximos goleadores del certamen. Asimismo, fue elegido el mejor jugador del partido con España al rescatar con un doblete un empate frente al seleccionado europeo.
Su actuación también fue crucial en el choque con Chile por los octavos de final, cuando su asistencia a Tahiel Jiménez permitió abrir la cuenta en lo que se convertiría en un verdadero paseo de México en Valparaíso frente a los anfitriones, eliminados tras una goleada por 4-1.
En lo que va de la competencia, acumula tres tantos y dos asistencias en cuatro partidos disputados.
"De Gilberto Mora puedes esperar cualquier cosa”, anunció en la previa de los octavos el centrocampista Hugo Camberos sobre su compañero de vestuario.
Mora lo ha demostrado con una mezcla de técnica, clase y personalidad dentro y fuera de la cancha.
También entra en los planes de la selección absoluta que dirige Javier Aguirre de cara al Mundial 2026, del cual México será coanfitrión junto a Estados Unidos y Canadá.
“Este muchacho no tiene techo, es un diamante en bruto, hay que pulirlo bien”, señaló Aguirre en una entrevista con la cadena mexicana TUDN. "Hay que llevarlo entre todos y proyectarlo a nivel internacional sin dudas”.
Nacido el 14 de octubre de 2008 en la sureña ciudad de Tuxtla Gutiérrez, capital del estado de Chiapas y que mezcla una moderna estética con tradiciones ancestrales, pocos nombres en la actualidad del fútbol latinoamericano han despertado tanto ensueño como el de Mora.
Ha tenido una ascensión meteórica.
Cumplió un sobresaliente papel con la selección que conquistó la reciente edición de la Copa Oro de la CONCACAF. En la liga nacional, hizo historia al convertirse en el anotador más joven de la primera división mexicana al convertir un gol el año pasado, a los 15 años. Es el goleador más precoz en anotar en esta edición del Mundial Sub20.
Las habilidades de Mora no han pasado inadvertidas. Ha sido vinculado a algunos de los gigantes europeos, entre ellos Real Madrid, Manchester United, Paris Saint-Germain y Barcelona.
Mora celebrará la próxima semana su 17mo cumpleaños — es uno de los jugadores más jóvenes de este Sub20— y de seguir con sus hazañas podría desembarcar el año que viene en Europa, una vez cumpla la mayoría de edad.
También destaca por su serenidad y lectura de juego que hacen ilusionar a los hinchas mexicanos. Su estilo le ha ganado comparaciones con figuras como los volantes creativos españoles Andrés Iniesta o Pedri: pequeños de estatura, pero gigantes en comprensión táctica y conducción del balón.
Con apenas 1,68 y una delgada composición corporal, cada vez que sale al campo “Gil” Mora sorprende con su asombrosa capacidad casi natural de leer los tiempos: sabe cuándo acelerar, cuándo frenar, cuándo comandar y cuándo finalizar.
“Estoy con algo excepcional y como excepcional lo tengo que tratar así”, afirmó Sebastián Abreu, el técnico de Mora en Tijuana y otrora internacional uruguayo.
La corta edad no opaca su desempeño, sino todo lo contrario: ostenta indiscutiblemente la titularidad entre los comandados por Eduardo Arce en el Mundial Sub20
“Va muy bien, no es fácil venir con toda la presión que le están poniendo, con el cansancio de los minutos en el campo. Es un chico maduro, le toca salir de cambio, lo acepta y lo trabaja como uno más”, dijo Arce. “Está muy enfocado y sabe lo que tiene que hacer dentro y fuera del campo”.