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Copa Mundial 2026: ¿qué valor económico aportan los eventos internacionales a las ciudades anfitrionas?

Los políticos, las oficinas de turismo y los organizadores de eventos se apresuran a reclamar grandes beneficios económicos cuando licitan y acogen eventos.

Kelley A. McClinchey
The Conversation
,Frédéric Dimanche
Lunes, 03 de noviembre de 2025 13:29 EST
Ceremonia de inauguración de la Copa del Mundo
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Ya sea la Serie Mundial, la Copa Mundial de la FIFA o los Juegos Olímpicos, la esperanza de acoger megaeventos deportivos es que la economía salga realmente ganando.

Una búsqueda rápida muestra lo caras que son las entradas para la Serie Mundial, o lo que cuestan el alojamiento, la comida y el transporte. Se prevén patrones de gasto similares para la Copa Mundial de la FIFA 2026, que Canadá organizará junto con México y Estados Unidos.

El gasto de los visitantes proporciona beneficios económicos directos, lo que genera ingresos para las empresas y crea puestos de trabajo. También hay beneficios indirectos a través de los proveedores y el personal, y beneficios inducidos, ya que el personal gasta su salario localmente.

Los megaeventos también pueden brindar importantes beneficios para la reputación de las ciudades y países anfitriones, como una mayor exposición mediática mundial, una mejora de la marca nacional y una mayor confianza entre los inversores internacionales, que ven a la ciudad capaz de gestionar eventos a gran escala.

Estos resultados intangibles pueden traducirse en un crecimiento sostenido del turismo, una mayor vitalidad económica y un efecto duradero de “bienestar” que estimule el orgullo cívico entre residentes y visitantes.

Aunque acoger grandes acontecimientos deportivos parece ser magnífico para las comunidades, las investigaciones sugieren que los resultados financieros reales suelen ser más modestos de lo previsto. No obstante, muchos políticos siguen deseosos de acogerlos.

Los Dodgers de Los Ángeles ganan la Serie Mundial 2025 en Toronto
Los Dodgers de Los Ángeles ganan la Serie Mundial 2025 en Toronto (Copyright 2025 The Associated Press. All rights reserved)

Las cuentas no siempre cuadran

Los académicos del turismo y los eventos sugieren ser cautelosos con el llamado efecto multiplicador. Se trata de la idea de que los megaeventos repercuten en toda la economía y benefician a otros.

Los metanálisis de este tipo de eventos muestran resultados económicos muy variables y una frecuente sobreestimación de los beneficios a largo plazo. Se pierde mucho gasto debido a la fuga de exportaciones, donde la ganancia adicional va a parar a empresas no locales, organizadores de eventos y agencias de venta de entradas en lugar de a empresas locales.

A menudo, los megaeventos deportivos provocan el desplazamiento del turismo, ya que los turistas habituales evitan el destino debido a las aglomeraciones y los elevados precios, a veces incluso después de que finalice el acontecimiento.

Los políticos, las oficinas de turismo y los organizadores de eventos se apresuran a reclamar grandes beneficios económicos cuando licitan y acogen eventos.

About the authors

Frédéric Dimanche es profesor y ex director (2015-2025) de la Ted Rogers School of Hospitality and Tourism Management de la Toronto Metropolitan University y Kelley A. McClinchey es profesora de Geografía y Estudios Ambientales en la Wilfrid Laurier University. Este artículo se publicó originalmente en The Conversation y se distribuye bajo licencia Creative Commons. Puedes leer el artículo original aquí.

Sin embargo, algunos académicos advierten que “la mayoría de los estudios de impacto económico se encargan para legitimar una posición política y no para buscar la verdad económica”. En otras palabras, los estudios encargados por los gobiernos suelen estar sesgados hacia resultados positivos.

Un impulso a la Serie Mundial, ¿pero por cuánto tiempo?

La carrera de postemporada de los Toronto Blue Jays y las Series Mundiales produjo una explosión concentrada de gasto: partidos en casa con entradas agotadas, hoteles llenos a precios más altos, restaurantes y bares abarrotados para las fiestas de los espectadores y grandes ventas de artículos.

Los medios de comunicación locales y las encuestas a empresas suelen informar de aumentos mensurables en la hostelería y el comercio minorista durante las eliminatorias, y los propietarios de pequeños negocios citan un aumento de la afluencia de público y de los ingresos por mercaderías.

Sin embargo, los economistas deportivos recomiendan tener cautela a la hora de extrapolar los repuntes a corto plazo en ganancias duraderas. Califican de “exageradas” las previsiones de las eliminatorias, que apuntan a una duración limitada, importantes fugas y escasa creación de empleo más allá de los cambios temporales en la hotelería. Aunque la gente puede gastar más en una noche de juegos, a menudo gasta menos en otras cosas, lo que significa que el gasto neto suele ser menor de lo que sugieren las cifras.

Una Serie Mundial puede ser excelente para la moral cívica y un breve impulso comercial, pero rara vez transforma por sí sola la trayectoria económica de una ciudad.

El momento de Canadá en la Copa Mundial de la FIFA

La Copa Mundial de la FIFA es un acontecimiento de varias semanas de duración, televisado en todo el mundo, con millones de espectadores y una enorme atención internacional. Para el papel de coanfitrión de Canadá en 2026, las evaluaciones oficiales y municipales prevén importantes beneficios económicos.

Una evaluación del impacto realizada por la ciudad de Toronto prevé unos 940 millones de dólares en resultados económicos positivos para el área metropolitana de Toronto, incluidos cientos de millones en PBI y varios miles de puestos de trabajo entre junio de 2023 y agosto de 2026.

Columbia Británica también estima una importante producción provincial y miles de puestos vinculados al alojamiento en Vancouver. Se trata de impactos significativos a corto plazo que reflejan el gasto de los visitantes y los gastos operativos.

Pero, ¿añadirá mucho la organización de la Copa del Mundo a ciudades ya conocidas? Algunos lo dudan, pero la visibilidad puede ayudar a alcanzar objetivos de marketing turístico y apoyar las candidaturas a futuros acontecimientos internacionales, a menudo fundamentales en las estrategias de los destinos.

Contabilizar los costos reales

Los megaeventos suelen acarrear importantes costos financieros y medioambientales. Aunque pueden crear empleo, suele tratarse de puestos de corta duración y salarios bajos, concentrados en los sectores de la hotelería y los servicios.

Los fondos públicos destinados a la organización de eventos o a la mejora de los estadios podrían financiar viviendas asequibles, transporte público o servicios sanitarios con un rendimiento social potencialmente mayor para los residentes locales. También se repitieron casos en los que los legados prometidos en megaeventos no se materializaron.

Desde el punto de vista medioambiental, los megaeventos dejan una importante huella de carbono debido a los desplazamientos de los aficionados, las construcciones temporales, el consumo de energía y los residuos. Esto es especialmente relevante en el caso de los torneos transnacionales que atraen a viajeros de larga distancia y de las remodelaciones temporales de estadios.

Las ciudades que deseen maximizar los beneficios deben dar prioridad a los beneficios para la comunidad local y medir el impacto económico neto, no los ingresos brutos, teniendo en cuenta los desplazamientos y las fugas de exportaciones.

En el caso de la Serie Mundial, eso significa aprovechar el entusiasmo a corto plazo para repetir las visitas y acumular hábitos de gasto local. Para la FIFA 2026, el objetivo debe ser convertir la atención mundial en flujos turísticos y comerciales a largo plazo, garantizando al mismo tiempo los beneficios para la comunidad y limitando los costos medioambientales.

Solo entonces la ganancia de reputación se traducirá en un valor económico duradero.

Medir el impacto real de los megaeventos

Los acontecimientos deportivos pueden generar importantes ingresos a corto plazo, exposición de la reputación y beneficios a largo plazo, pero estos resultados no son automáticos ni se distribuyen uniformemente.

Un diseño meditado de las políticas, una evaluación transparente y unas salvaguardias comunitarias y medioambientales vinculantes determinan si una carrera de la Serie Mundial o una semana de la Copa del Mundo se convierten en un titular fugaz o en un activo duradero de la ciudad.

El principal beneficiario de la Copa del Mundo será la FIFA, no las ciudades anfitrionas. Como señalaba The Economist en su reseña del Circus Maximus del economista Andrew Zimbalist, hay “pocas dudas de que, en las condiciones actuales, los gobiernos municipales prudentes deberían evitar los concursos a toda costa”.

Canadá está de suerte, ya que la Serie Mundial vuelve a Toronto. Queda por ver cómo se desarrolla, pero como mínimo, seguro que organizaremos una buena fiesta.

Traducción de Olivia Gorsin

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