El documental ‘Mi padre, el asesino BTK’ narra cómo Kerri Rawson enfrentó la verdad sobre su familia
“¿Te imaginas descubrir que tu padre es una de las personas más malvadas de la tierra?”, es la inquietante pregunta con la que abre el tráiler del nuevo documental de Netflix que se estrena el 10 de octubre. También es la pregunta con la que Kerri Rawson ha vivido durante 20 años. Andrea Cavallier se adentra en este espeluznante caso, relatado por su propia hija


Kerri Rawson estaba en la preparatoria cuando su padre le entregó las llaves de una camioneta familiar. No tenía ni idea del oscuro secreto que guardaba el coche.
Años más tarde, se enteraría de que había sido usado en una ocasión para transportar el cadáver de una mujer que fue estrangulada y escondida en el maletero. Además, se enteraría de que su propio padre, el hombre de familia que iba a la iglesia, que le construyó una casa en un árbol, le enseñó a pescar y le entregó las llaves del coche familiar, era en realidad uno de los asesinos en serie más conocidos de Estados Unidos.
Dennis Rader, también conocido como BTK, ató, torturó y asesinó a 10 personas en Kansas entre 1974 y 1991. Pero durante 31 años pasó desapercibido, libre para llevar a cabo asesinatos sádicos.
La última de sus víctimas conocidas fue Dolores Davis, asesinada en 1991 y cuyo cuerpo escondió en el maletero del mismo coche que Rawson conduciría pocos años después.
Es solo uno de los muchos recuerdos inquietantes que Rawson revela en Mi padre, el asesino BTK el nuevo documental de Netflix que se estrena el 10 de octubre.
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El documental está inspirado en el libro de Rawson de 2019, A Serial Killer's Daughter: My Story of Faith, Love and Overcoming (que en español sería, La hija de un asesino en serie: mi historia de fe, amor y superación). Contada desde su perspectiva de hija, víctima, sobreviviente y testigo, intenta encontrarle el sentido a una pesadilla que nunca vio venir.
“No sé quién es mi padre ni qué escondía”, expresa Rawson en el documental. “¿Estaba usando a mi familia para esconderse? ¿Nos estuvo usando todo ese tiempo? Es difícil saber quién soy si cada momento de mi vida fue una mentira”, plantea.

El documental, en el que se entremezclan imágenes de archivo, grabaciones de interrogatorios y reflexiones actuales de Rawson, relata al espectador no solo los horribles crímenes de Rader, sino que revela la silenciosa devastación que dejó.
Un periodista que aparece en el documental plantea la cuestión: “¿Te imaginas descubrir que tu padre es una de las personas más malvadas de la Tierra?”.
Es algo con lo que Rawson admite que sigue batallando. No se enteró de la otra vida de su padre sino hasta años más tarde, cuando todo cambió.
De padre amoroso a pesadilla viviente
Rawson recuerda una infancia típica y cariñosa.
Mientras crecía en Wichita, ella y su hermano jugaban en una casa del árbol que construyó su padre, pasaban horas pescando y acudían a la iglesia, donde Rader fue presidente de la congregación.
“Mi padre nunca me trató como a una niña”, cuenta Rawson. “Me trataba como a una marimacha y me dejaba hacer todo lo que él hacía. Así que en cuanto empecé a caminar, estaba siempre a su lado”.
Rawson describió a su padre como un hombre “apacible” desde fuera, pero también recordó “momentos de papá” en los que algo lo añteraba y “se volvía loco”.
Pero nada de eso daba un indicio de lo que ocurriría más tarde.

Entre 1974 y 1991, Rader aterrorizó en secreto a Wichita, Kansas, bajo el autodenominado apodo de “BTK”, que significaba “Bind, Torture, Kill” (atar, torturar y matar).
No solo asesinó al menos a 10 personas en una serie de sádicos asesinatos, sino que también provocaba a las fuerzas del orden y a los medios de comunicación locales con crípticas cartas en las que detallaba sus crímenes. A principios de los 90, los mensajes de BTK cesaron. El rastro se enfrió.
Luego, en 2004, el asesino desconocido reapareció a través de comunicaciones burlonas.
Al año siguiente, cuando el FBI pudo rastrear un disquete hasta un ordenador de la iglesia luterana Christ de Park City, se le cayó la máscara al fin. En el centro de la tormenta estaba Rader, el hombre al que Rawson siempre había llamado papá.

El 25 de febrero de 2005, Rader fue detenido y el mundo de Rawson dio un giro de 180 grados. En ese entonces tenía 26 años.
“Nunca olvidaré ese día”, aseguró.
Rawson recibió la noticia de un agente del FBI que fue a su domicilio horas después de la detención. “Y entonces me dijo: ‘Tu padre es BTK’”, recordó.
En junio de 2005, Rader se declaró culpable de 10 cargos de asesinato en primer grado y fue condenado a 10 cadenas perpetuas consecutivas, un mínimo de 175 años tras las rejas.
Para Rawson, los años siguientes fueron otro tipo de condena.

Rawson, una recién casada de unos 18 meses que estaba formando su propia familia en Michigan, intentó seguir adelante y llevar una vida normal. Pero se encontró, sin quererlo, en el centro de una espeluznante noticia nacional.
Así que, tras años de silencio, dio su versión. Y entonces comenzó su propia y larga investigación: sobre su identidad y el trauma que destruyó a su familia.
La matanza de BTK
La racha de asesinatos de Rader comenzó en enero de 1974, cuando cometió sus primeros asesinatos conocidos, los de Joseph Otero, de 38 años, Julie Otero, de 33, y dos de sus cinco hijos.
En abril de 1974, Rader mató a Kathryn Bright, de 21 años, del mismo modo que a la familia Otero, atándola y luego estrangulándola hasta la muerte.
Sus dos siguientes víctimas, Shirley Vian y Nancy Fox, fueron asesinadas en 1977. Se adjudicó los crímenes en una carta que envió a la cadena de televisión KAKE de Wichita.
Las cartas siguieron llegando y Rader exigió que le llamaran BTK mientras alardeaba de sus asesinatos.
Los asesinatos de Rader parecieron ralentizarse tras el nacimiento de sus hijos a finales de los años setenta.
“Papá dijo que se ocupó criando niños”, señala Rawson en el documental.
Luego, en 1985, mató a Marine Hedge y, en 1988, a Vicki Wegerle. Su décima víctima fue Dolores E. Davis, de 63 años, en enero de 1991.

En un video de interrogatorio que aparece en el documental de Netflix, Rader cuenta a los investigadores cómo llevó a cabo su último asesinato.
“Bueno, procedí a atarla y creo que ella se dio cuenta de que eso iba a salir mal”, afirmó y mencionó que ella le había suplicado: “No me mates, no me mates”.
“Le pasé las medias por la cabeza y la estrangulé”, continuó. Añadió que luego metió su cuerpo en la camioneta y lo arrojó bajo un puente, donde la encontrarían 13 días después.
Rawson recuerda enero de 1991. Su madre se enfermó de neumonía y pasó unos 10 o 12 días en el hospital.
“No mucho después, mató a la señora Davis”, relata en el documental. “Puso su cuerpo en la parte trasera de nuestra camioneta. Luego me la regaló para que la condujera en la preparatoria”.
Rawson sacudió la cabeza al recordar el viejo coche que tenía pintado “96 Grad” en la ventanilla trasera.
Le pareció muy incorrecto al reflexionar sobre el hecho de que le regalara el coche. “Pensar que la Sra. Davis había estado en ese vehículo”.

Enfrentar a un monstruo
A lo largo de los años, Rawson intercambió cartas con su padre, pero evitó el contacto cara a cara.
Eso cambió en 2023, cuando visitó a Rader en el correccional de El Dorado. Era la primera vez que veía a su padre en 18 años.
“Fue la primera vez que se quitó la máscara y se convirtió en BTK delante de mí”, dijo Rawson en una entrevista exclusiva con NewsNation en aquel momento.
Durante esa visita, Rawson confrontó a Rader por las desapariciones sin resolver y la posibilidad de que hubiera más víctimas, así como por sus propios recuerdos reprimidos de supuestos abusos. Al parecer, le dijo que nunca había tocado a la familia.

En enero de 2023, la oficina del sheriff del condado de Osage inició una nueva investigación sobre cientos de dibujos y escritos de Rader recuperados tras su detención en 2005.
Al descubrir nueva información, los investigadores registraron la antigua casa de Rader en Park City en relación con un caso de 1976 de Cynthia Dawn Kinney.
Kinney había desaparecido de una lavandería del condado de Osage a los 16 años.
Durante la búsqueda, los investigadores desenterraron un crucigrama con pistas escalofriantes. En 2004, Rader había enviado a los medios de comunicación locales un crucigrama con los datos de las mujeres que había matado.

En mayo de 2024, el sheriff del condado de Osage, Oklahoma, Eddie Virden, afirmó que el crucigrama hallado en la antigua propiedad de Rader conecta al asesino con la desaparición de Kinney.
Los investigadores también dijeron en 2024 que tenían pruebas que indicaban que Rader podría haber enterrado a Kinney en un granero cerca de la frontera entre Kansas y Oklahoma. Tampoco encontraron su cuerpo.
El sheriff Virden explicó que los agentes habían recibido una llamada anónima meses después de la desaparición de Kinney de un hombre que afirmaba que su cuerpo podía encontrarse en un viejo granero junto a la frontera entre Oklahoma y Kansas. Entonces, las fuerzas del orden interceptaron comunicaciones reciente de Rader en prisión que revelaron que podría haber algunos objetos ocultos en antiguos graneros, según el sheriff. Rader ha negado haber matado a Kinney.
Mientras tanto, Rawson sigue ayudando al Departamento del Sheriff del condado de Osage en su intento por vincularlo con otras posibles víctimas. En el momento del estreno del documental, no se han anunciado nuevas víctimas.

“Soy más que la hija de BTK”
Desde entonces, Rawson ha intentado reivindicar su historia y transformar su dolor en activismo con la esperanza de ayudar a otros.
Pero no ha sido fácil su camino hacia la sanación.
En una publicación de GoFundMe de 2025, Rawson, que tiene dos hijos, reveló que había estado hospitalizada durante meses, posiblemente por covid prolongado, y temía perder su casa.
Pero sigue contando su historia. A través de su propio relato, el nuevo documental de Netflix replantea la conocida narrativa de los asesinatos de BTK al intentar centrarse menos en el hombre que cometió los crímenes y más en la familia que destruyó, la comunidad a la que aterrorizó y la mujer que se niega a dejar que la historia del asesino defina la suya.

Aunque muchos titulares de prensa identifican a Rawson simplemente como la hija de BTK, ella dice en el documental que es “mucho más que eso”.
“Soy madre... Soy una persona normal. Y la mayoría de los días ni siquiera pienso en quién es mi padre”, añade. “Solo soy yo”.
Mi padre, el asesino BTK está disponible en Netflix a partir del viernes 10 de octubre.
Traducción de Michelle Padilla