Bryan Kohberger exhibió conductas extrañas a raíz de los asesinatos de Idaho
Durante un periodo de vigilancia, los investigadores observaron que el estudiante de criminología se comportaba de manera sospechosa: usaba guantes quirúrgicos, desechaba basura en secreto y limpiaba su automóvil minuciosamente
Se reveló que el presunto asesino Bryan Kohberger fue sorprendido tirando basura en los contenedores de sus vecinos en la oscuridad de la noche en las semanas posteriores a que cuatro estudiantes de la Universidad de Idaho fueran brutalmente asesinados.
El estudiante de doctorado en justicia penal de 28 años fue acusado de los asesinatos del 13 de noviembre de Kaylee Goncalves, Madison Mogen, Xana Kernodle e Ethan Chapin que sacudieron a la pequeña ciudad universitaria de Moscow, Idaho.
Kohberger llevaba varias semanas en el punto de mira de las fuerzas del orden, que lo vigilaron durante cuatro días antes de su arresto en la casa de su familia en Pensilvania el 30 de diciembre.
El equipo de vigilancia debía vigilar al sospechoso para que las autoridades pudieran arrestarlo tan pronto como se obtuviera una orden judicial y obtener una muestra de ADN que los investigadores pudieran usar para tratar de compararlo con el ADN que encontraron en la escena del crimen.
Durante este periodo de vigilancia, los investigadores observaron que el estudiante de criminología se comportaba de manera sospechosa: usaba guantes quirúrgicos, desechaba basura en secreto y limpiaba su automóvil por dentro y por fuera minuciosamente.
Una fuente policial le dijo a CNN que se vio a Kohberger usando guantes quirúrgicos en múltiples ocasiones afuera de la casa familiar cerca de las montañas Pocono.
En una ocasión, también se le vio limpiando su Hyundai Elantra blanco “por dentro y por fuera, sin descuidar centímetro alguno”.
En otra ocasión, Kohberger fue visto saliendo a escondidas de la casa de su familia alrededor de las 4 am para echar bolsas de basura en los contenedores de sus vecinos.
Los agentes que lo vigilaban luego incautaron las bolsas de basura de los contenedores de los vecinos, así como la basura de los de la casa de la familia Kohberger y envió los artículos al Laboratorio Estatal de Idaho, explicó la fuente.
La declaración jurada, publicada el jueves, revela que los investigadores habían usado ADN obtenido de la basura en casa de sus padres para compararlo con la evidencia de ADN que quedó en la escena del crimen.
El asesino había dejado una funda de cuero color marrón de un cuchillo Kabar, que mostraba el símbolo del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos, dentro de la casa ensangrentada, sobre la cama de Mogen junto al cuerpo masacrado de la víctima.
El ADN masculino en la funda coincide con el de Kohberger, afirma la declaración jurada.
Todavía no está claro si se encontraron pruebas en el Hyundai Elantra del sospechoso que las autoridades incautaron en el momento de su arresto.
Desde principios de diciembre, los investigadores habían estado pidiendo la ayuda del público para rastrear un Hyundai Elantra blanco que había sido visto en la escena del crimen en el momento de los asesinatos.
Los investigadores finalmente rastrearon el vehículo hasta Kohberger, debido a imágenes de vigilancia que capturaron el automóvil dirigiéndose desde su casa en Pullman, estado de Washington, a la casa de King Road en las primeras horas del 13 de noviembre, y luego de regreso, señala la declaración jurada.
Kohberger conducía el vehículo cuando viajó 2.500 millas (4.023 km) desde Washington a Pensilvania a mediados de diciembre para pasar las vacaciones con su familia.
Durante el viaje a través del país con su padre, la policía de Indiana detuvo al sospechoso dos veces por conducir demasiado cerca del vehículo de enfrente. Las imágenes de la cámara corporal de esos incidentes revelan la sorpresa del sospechoso en ambas ocasiones.
No está claro si el sospechoso se asustó por los encuentros con la policía y fueron el motivo de su comportamiento inusual cuando llegó a casa de sus padres.
Todavía no se ha encontrado el arma homicida, un cuchillo de hoja fija.
También se revelaron en la declaración jurada otros detalles escalofriantes sobre los asesinatos. Por ejemplo, el hecho de que los registros del teléfono celular contribuyeron a vincular a Kohberger con el crimen.
Los investigadores creen que Kohberger apagó su celular la noche de los asesinatos para tratar de evitar ser detectado.
Sin embargo, los datos del teléfono muestran que Kohberger parece haber acechado la casa al menos 12 veces antes del ataque del 13 de noviembre.
Los datos también indican que regresó a la escena del crimen alrededor de las 9 am del 13 de noviembre, unas cinco horas después del frenesí de apuñalamiento.
Por primera vez, el informe policial también reveló que una de las dos compañeras de cuarto sobrevivientes se encontró cara a cara con el asesino enmascarado dentro de la casa y escuchó sus escalofriantes palabras finales a las víctimas.
Había otras dos compañeras de casa presentes en la residencia en el momento del ataque de la madrugada, pero resultaron ilesas.
En el aterrador testimonio de una de las compañeras de casa para los investigadores, se reveló que una de las inquilinas tuvo suerte de escapar del asesino cuando pasó junto a ella en el segundo piso de la casa después de que acababa de asesinar a cuatro de sus amigos.
La superviviente, identificada únicamente como D.M. en los documentos, dijo a los investigadores que las cuatro víctimas habían regresado a la casa de King Road después de sus respectivas salidas nocturnas alrededor de las 2 am y para las 4 am ya se habían metido a sus habitaciones.
D.M. dijo a los investigadores que se había ido a dormir a su habitación en el segundo piso de la casa de tres pisos y que la despertó algo que sonaba como Goncalves jugando con su perro en una de las habitaciones del tercer piso.
Señaló que, poco tiempo después, escuchó a alguien que parecía ser Goncalves o Kernodle diciendo algo como “hay alguien aquí”.
D.M. narró que, minutos después, se asomó desde su habitación por primera vez, pero que no vio nada.
Luego abrió la puerta por segunda vez cuando escuchó lo que pensó que era un llanto que provenía de la habitación de Kernodle, según los documentos.
En ese momento, dijo que escuchó la voz de un hombre que dijo algo como “no te preocupes, voy a ayudarte”.
Cuando abrió la puerta por tercera vez minutos después, dijo que vio “una figura vestida de negro y con una máscara que cubría la boca y la nariz de la persona caminando hacia ella”.
Al quedarse “paralizada en estado de shock”, dijo que el hombre, a quien no reconoció, pasó junto a ella y se dirigió hacia la puerta trasera de vidrio corrediza de la casa. La testigo dijo que luego se encerró en su habitación.
Horas más tarde, Mogen y Goncalves fueron encontrados asesinadas a puñaladas juntas en la cama individual de Mogen en su habitación en el tercer piso.
Los cuerpos de la joven pareja Kernodle y Chapin fueron encontrados en la habitación de Kernodle en el segundo piso de la propiedad, y la mujer de 20 años estaba en el piso.
Recientemente, surgió la inquietante revelación de que Murphy, el perro de Goncalves fue encontrado ileso en la habitación de Goncalves, que también está en el tercer piso, escribió el agente.
Alrededor del momento en que la compañera de casa vio al sospechoso, una cámara de seguridad cerca del domicilio captó el sonido de un quejido seguido de un fuerte golpe. También se escuchó a un perro ladrar en numerosas ocasiones a partir de las 4:17 am, según los documentos,
El 30 de diciembre, más de seis semanas después de los asesinatos, Kohberger fue arrestado en una redada matutina en casa de sus padres.
Lo extraditaron a Idaho el miércoles para enfrentar los cargos y compareció ante la corte al día siguiente acusado de cuatro cargos de asesinato en primer grado y un cargo de robo, donde se le ordenó permanecer detenido sin derecho a fianza.
Si bien los padres de Goncalves sollozaron en la sala, Kohberger miró al frente y no mostró ninguna emoción.
Al sospechoso, que planea defenderse de las acusaciones de cuádruple homicidio, no se le pidió que se declarara culpable en la audiencia.
Kohberger enfrenta cadena perpetua o la pena de muerte por cada cargo de asesinato.
Como estudiante de doctorado en justicia penal en la Universidad Estatal de Washington, vivía a solo 15 minutos de las víctimas en la frontera entre Idaho y Washington en Pullman.
Se había mudado allí desde Pensilvania en agosto y acababa de terminar su primer semestre.
Antes de esto, estudió criminología en la Universidad DeSales, primero como estudiante universitario y luego terminó sus estudios de posgrado en junio de 2022.
Mientras estuvo allí, estudió con la renombrada psicóloga forense Katherine Ramsland, quien entrevistó al asesino en serie BTK, con quien coescribió el libro Confession of a Serial Killer: The Untold Story of Dennis Rader, the BTK Killer.
También llevó a cabo un proyecto de investigación para “comprender cómo las emociones y los rasgos psicológicos influyen en la toma de decisiones a la hora de cometer un delito”.
Traducción de Michelle Padilla