Ama de llaves revela el momento en que estuvo segura de que Alex Murdaugh había asesinado a su esposa e hijo
El abogado de Carolina del Sur, EE. UU., cumple actualmente dos cadenas perpetuas consecutivas por los asesinatos de 2021
Más de cuatro años después de que Alex Murdaugh matara a su mujer y a su hijo, y dos años después de que el abogado de Carolina del Sur, EE. UU., fuera condenado, la ama de llaves de la familia comparte ahora su historia.
El nuevo libro de Blanca Turrubiate-Simpson, Within the House of Murdaugh: Amid a Unique Friendship – Blanca and Maggie, escrito con Mary Frances Weaver, ofrece una mirada íntima al mundo de la familia antes, durante y después de los asesinatos que sacudieron el país bajo de Carolina del Sur en 2021.
El 7 de junio de 2021, Maggie Murdaugh (52) y su hijo Paul (22) murieron tiroteados cerca de las perreras de la finca de caza de 700 hectáreas que la familia posee en la localidad de Islandton.
Murdaugh fue juzgado por los asesinatos en 2023. Turrubiate-Simpson, que había trabajado para la familia durante 14 años y también era amiga íntima de Maggie, testificó en el juicio sobre las finanzas de la familia y la tensión que veía entre la pareja.
Pero fueron las grabaciones de la cámara corporal de la policía que vio después del juicio las que le confirmaron la culpabilidad de Murdaugh.

La grabación, reproducida en el juicio, mostraba una toalla de playa en el vehículo Suburban de Murdaugh.
Turrubiate-Simpson recordó que el día de los asesinatos había lavado esa misma toalla y la había colocado en un estante alto de la lavandería, dijo.
“Miré la toalla y dije: 'Dios mío. Él lo hizo'”, relata en el libro.
Murdaugh había afirmado que el día de los asesinatos había estado visitando a su anciana madre y a su padre moribundo. Cuando regresó a la propiedad, a las 10:07 p. m., dijo que había encontrado los cuerpos de su esposa e hijo y había llamado al 911.
En el libro, Turrubiate-Simpson dijo que creía que Murdaugh había utilizado la toalla de playa para limpiarse después de los asesinatos, pero al igual que la camisa que llevaba ese día, la toalla desapareció.
“¿Qué pasó con esa toalla?”, pregunta.

En el libro, Turrubiate-Simpson traslada a los lectores al momento en que se enteró de la noticia.
Hacia las 6:00 a. m. del 8 de junio de 2021, pocas horas después de los asesinatos, Turrubiate-Simpson recibió una llamada frenética de Murdaugh.
“Están muertos, B.”, recuerda que le dijo. “¡Están muertos!”.
Esa misma mañana, le pidió que limpiara la casa ubicada en la propiedad Moselle antes de que llegaran los padres de Maggie.
En el libro, recuerda los pequeños detalles en los que se fijó aquel día y que la inquietaron: el Mercedes de Maggie estaba estacionado en el lado equivocado de la entrada, su pijama y su ropa interior estaban perfectamente colocados, a pesar de que nunca dormía con ropa interior, dijo Turrubiate-Simpson, y añadió: “Supe automáticamente que no había sido ella”.
Turrubiate-Simpson también detalló sus propias teorías sobre lo ocurrido aquella noche.
Especula que Murdaugh trabajó con un cómplice que le ayudó a limpiar, conducir el todoterreno de Maggie hasta la casa y preparar la escena del crimen dejando su pijama en el suelo.
Aunque nadie sabe realmente lo que ocurrió excepto Murdaugh, aclaró.

Los escalofriantes detalles del día siguiente a los asesinatos la atormentaron, pero dice que cuando la policía empezó a investigar el caso, “nadie [le] preguntó nada”.
Cuando intentó ofrecer información que creía que ayudaría, nadie la escuchó, afirmó.
“Para ellos, yo no era más que el ama de llaves mexicana”, expresó.
Turrubiate-Simpson, que conoció a Murdaugh en 2002 cuando le ayudaba con sus clientes hispanohablantes, dijo que aún le cuesta creer que pudiera matar a su esposa y a su hijo.
Murdaugh fue condenado en marzo de 2023 por el doble asesinato. Fue condenado a dos cadenas perpetuas consecutivas sin libertad condicional.
“Al final, el apellido Murdaugh significó más”, dijo, y añadió: “Maggie y Paul eran solo pérdidas colaterales”.
Turrubiate-Simpson también habla de su vínculo con Maggie, que comenzó cuando fue contratada en 2007.


“Estábamos en peldaños diferentes de la escala social”, escribe, pero agrega que Maggie siempre la hizo sentir como una amiga, más que como una empleada.
“Me llamaba por teléfono y me decía: 'Amiga, tengo algo que decirte'”, recuerda Turrubiate-Simpson.
"Tengo muy buenos recuerdos de ella", dice, y añade: “Era considerada, generosa y muy divertida”.
Tras la muerte de Maggie, Turrubiate-Simpson adoptó a su querido labrador Bubba, el mismo perro que ayudó a los fiscales a situar a Murdaugh en la escena del crimen gracias a su voz en un video grabado con un teléfono móvil.


“Yo cuidé de Bubba, y él me cuidó emocionalmente”, dijo.
En última instancia, Turrubiate-Simpson dijo que espera que los lectores vean a la verdadera Maggie, y no solo un nombre en los titulares o una víctima en una saga delictiva ampliamente conocida.
“Estaba llena de vida”, dijo Turrubiate-Simpson, y continuó: “Siempre me cuidó. Quiero honrar su legado”.
Traducción de Sara Pignatiello




