Val Kilmer sobre una vida en ilusión y el documental "Val"
El documental “Val” incluye videos caseros y entre bambalinas de Val Kilmer, como era de esperar
Val Kilmer estuvo en películas en las que no apareció.
El nuevo documental “Val”, repleto de imágenes que Kilmer grabó de sí mismo durante sus 61 años, incluye videos caseros y entre bambalinas, como era de esperar. Pero lo más notable es ver las audiciones que Kilmer se hacía a sí mismo. No son sólo algunas escenas aquí y allá; capturan a Kilmer metido de lleno en papeles, incluso algunos que nunca llegó a interpretar (oficialmente).
Hay un clip de él como Henry Hill en “Goodfellas” (“Buenos muchachos”). A Hamlet lo abordó en privado durante años. Estaba tan consumido por la idea de estar en “Full Metal Jacket” (“Nacido para matar”) de Stanley Kubrick que Kilmer hizo que un amigo le disparara mientras caminaba penosamente por un pantano de California ataviado en ropa de combate. En otro video, dispara un arma en su patio trasero.
“Soy un firme creyente en el realismo mágico DENTRO y FUERA de la pantalla”, dijo Kilmer en una entrevista realizada por correo electrónico. “La transformación y/o manifestación de cada personaje es realmente sólo PLEGARIA”.
“Val”, que a24 estrena en cines el 23 de julio antes de que llegue a Amazon Prime el 6 de agosto, debutó recientemente en el Festival de Cine de Cannes. En Francia para celebrar la ocasión estaban sus hijos, Mercedes y Jack Kilmer, y los directores Ting Poo y Leo Scott. Kilmer, que tiene dificultades para hablar después de un cáncer de garganta y numerosas cirugías de tráquea, no pudo asistir.
Pero en un intercambio por correo electrónico desde Los Ángeles dijo que se sentía “bendecido y agradecido” cuando “Val” hizo su esperada llegada. Durante años, las horas de video habían estado en cajas. Pero perder la voz ha hecho que el actor sólo quiera contar su historia -- una vida ilimitada de abandono total -- aún más.
El mismo Kilmer tiende a ver su vida con una armonía mística y un sentido del destino. Que el documental haya sucedido, a través de una confluencia de personas y acontecimientos, es algo que ocurre “una vez en la vida”.
“Debo SABERLO”, dijo Kilmer. “Es mi V I D A”.
Y durante gran parte de ella, Kilmer estuvo documentándola. Comenzó con cortometrajes de 16 mm y parodias de películas con su hermano Wesley, quien murió en la infancia tras sufrir un ataque de epilepsia en un jacuzzi. Por siempre, como un hábito solidificado por el dolor, Kilmer a menudo tenía consigo una cámara. En “Val” lo vemos filmando a Sean Penn y Kevin Bacon tras bastidores en la obra de Broadway “Slab Boys”; en su tráiler mientras rueda “Top Gun” (“Top Gun: Pasión y gloria”); incitando a Marlon Brando y peleando con el director John Frankenheimer en “The Island of Dr. Moreau” (“La isla del Dr. Moreau”).
“Mi hermano Wesley y mi madre están vivos en las películas”, dijo Kilmer. “Ver esas imágenes y las películas y el arte creado por Wesley dentro del contexto del resto de la historia es extremadamente significativo. Perdí a mi madre durante el rodaje, así que me emociono más y más cada vez que la veo. Hay risas. Hay lágrimas”.
Escenas como la que hizo en “The Island of Dr. Moreau” ayudaron a darle a Kilmer una reputación de actor “difícil”. Pero en “Val”, vemos a un actor impulsado menos por el ego que por una dedicación extrema, incluso maníaca.
“He vivido en la ilusión casi tanto como he vivido fuera de ella”, dice en “Val”. “Me he portado mal. Me he portado con valentía. Me he portado de manera extraña con algunas personas. No niego nada de esto y no me arrepiento porque he perdido y encontrado partes de mí mismo que nunca supe que existían”.
Kilmer, el actor más joven que haya sido aceptado por Julliard cuando estudió en esta escuela de artes, experimentó los altibajos de la fama de una manera más dramática que la mayoría. Su gran oportunidad llegó en 1984 con “Top Secret!”, una de las relativamente pocas películas que aprovecharon su talento para la comedia. Otra, décadas después, fue “Kiss Kiss Bang Bang” (“Entre besos y tiros”).
“Es la persona más chistosa que conozco”, dijo Jack Kilmer, de 26 años, sentado junto a su hermana, de 29, en Cannes. “Todos los que lo conocen piensan que es muy divertido. Debería hacer más comedias. Con todos sus mejores amigos, las bromas no cesan. Sin embargo, es conocido como un actor dramático y serio”.
“Val” es narrado por Kilmer pero en la voz conmovedora de su hijo. Jack se parece y suena como Kilmer, quien escribió la narración esporádicamente, en mensajes de texto y cuadernos. Aproximadamente a la mitad de la película, los directores dicen que se les olvidó que no era Val. En una escena, capturan a Jack en una cabina de grabación haciendo una pausa para preguntar si una de las historias de su padre, que era nueva para él, realmente ocurrió.
“Nuestro papá tiene tantas historias”, dice Jack. “Nunca sabes lo que vas a oír cuando sales con él. Simplemente te contará una historia. Es como la experiencia de ver esta película”.
Para Jack y Mercedes hubo otras epifanías. Sólo habían visto algunas de las cintas caseras.
“Nunca había visto imágenes de la boda de mis padres antes de que Leo me las mostrara”, dijo Mercedes, quien vive al lado de su padre.
“Hemos estado sentados sobre esta película durante mucho tiempo”, agregó Jack. “Definitivamente toda nuestra vida”.
El mayor éxito de Kilmer, por supuesto, fue “Top Gun”, una película que recuerda que inicialmente no quiso hacer. “Pensé que el guion era una tontería y no me gustó el belicismo de la película”, narra en el documental. En el plató de Tony Scott, estaba más energizado. Por el resto de su vida, dice, “todos los pilotos me llaman Iceman en cada aeropuerto al que voy”.
Pero la resistencia de Kilmer a ser encasillado y etiquetado duró por siempre. Hizo films tan diferentes como “Willow” (“Willow, en la tierra del encanto”), “Batman Forever” (“Batman eternamente”), “The Doors”, “Tombstone”, “The Saint” (“El Santo”), “Heat” (“Fuego contra fuego”). Scott conoció a Kilmer mientras trabajaba con él en un cortometraje de Harmony Korine, en el que Kilmer hacía de sí mismo, para el proyecto de VICE de 2012 “The Fourth Dimension”.
Scott, cautivado por la energía libre de Kilmer para crear (recuerda que el actor envió videos de sí mismo desde Home Depot), siguió trabajando con él. Juntos montaron uno de los proyectos más grandes de Kilmer: la obra teatral unipersonal “Citizen Twain”, en la que interpretó a Mark Twain.
“Deambulé por mi rancho hablando conmigo mismo durante años antes de salir a hacer el espectáculo unipersonal”, dijo Kilmer, quien recientemente vendió su rancho de más de 2.400 hectáreas (6.000 acres) en Nuevo México.
Su perspectiva, como siempre, entusiasta. Continúa creando de innumerables maneras: collages, un próximo libro de poesía que publicará a24. Mantiene un estudio en Hollywood que brinda espacio a un programa de teatro en el centro de la ciudad. ¿Y Hamlet? “No me descarten”, dijo Kilmer. “Lo mejor está por venir”.
“No me arrepiento de nada”, añadió. “He atestiguado y vivido milagros”.
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