Ucranianos de la República Checa aprenden a manejar armas
Olha Dembitska dice que quiere estar lista para combatir “si Ucrania me necesita”
De los cuatro primeros tiros que hizo Olha Dembitska en su vida con un rifle de asalto AL-47, uno dio en el blanco. “Cuesta la primera vez”, expresó esta ucraniana de 22 años.
En esta ocasión, se encontraba en un polígono de tiro al blanco en la República Checa. La próxima vez podría encontrarse en medio de una guerra, en Ucrania, y el blanco podría ser uno de los soldados rusos que invadieron su patria.
Dembitska es una de al menos 130 hombres y mujeres que se han presentado hasta ahora en un polígono de tiro que ofrece clases gratis a ucranianos que viven en la República Checa y que quieren aprender a disparar para hacer frente al enemigo.
“Puede que regrese a Ucrania si me necesitan”, dijo la mujer.
Casi ninguno de los presentes tenía experiencias con armas. Pero desde que Rusia invadió Ucrania, ucranianos residentes en distintas partes del país e incluso del exterior se presentaron en la segunda ciudad más grande de la República Checa, Brno, para aprovechar los cursos sobre manejo de armas. Además de aprender a disparar, se les imparten clases básicas de cómo manejarse en un campo de batalla y cómo ofrecer primeros auxilios, algo que puede salvar vidas en caso de que regresen a Ucrania como voluntarios para pelear con los rusos.
Todos están muy motivados.
“Es horrible” lo que pasa en Ucrania, dijo Dembitska.
Se informa a través de las redes sociales y de llamadas a una amiga que vive en Jersón, ciudad del sur de Ucrania tomada por los rusos al comienzo de la invasión.
“Me cuenta todo lo que pasa. No han recibido ayuda humanitaria. Es un horror lo que están haciendo los soldados rusos. Me asquea”, expresó.
Michal Ratajsky, propietario de CS Solutions, una firma de seguridad que ofrece los cursos en su sede en las afueras de Brno, unos 200 kilómetros (125 millas) al sudeste de Praga, dijo que hacía “un aporte para ayudar a los ucranianos”.
“Lo consideramos un respaldo moral que les damos, un esfuerzo para demostrarles que los apoyamos y que haremos lo que podamos por ellos”, expresó Ratajsky. “Ese es nuestro objetivo, lo que nos motiva”.
Una campaña de recaudación de fondos permitió comprar la munición y su empresa suministra el resto, incluidos instructores expertos, armas y el polígono de tiro.
Ratajsky dijo que un curso de tres horas no puede obrar milagros, pero que es suficiente para transmitir conceptos básicos.
“Sabemos que en tres horas no formamos soldados”, manifestó. “Tratamos de hacer lo máximo en ese tiempo, enfocándonos en su seguridad”.
Algunos participantes regresaron para volver a tomar el curso. Los hay quienes vinieron desde Viena, en la vecina Austria. También quienes tomaron el curso camino a Ucrania desde Europa occidental, según Ratajsky.
Acotó que percibe en los ucranianos una firme determinación a combatir la agresión rusa.
“Se toman esto en serio. Quieren hacer algo”.
Señaló que, dado que el 80% de las bajas en una guerra como la de Ucrania son causadas por fuego de artillería y misiles, los conocimientos sobre primeros auxilios y sobre cómo manejarse en determinadas situaciones pueden ser más relevante que las aptitudes para manejar armas.
“Sabemos que tiene un límite lo que podemos enseñarles, no lo ocultamos”, dijo Ratajsky.
Yehor Nechyporenko, de 38 años y quien viajó 260 kilómetros (160 millas) desde la ciudad checa Mlada Boleslav para tomar el curso por segunda vez, dijo que está ayudando a los refugiados ucranianos que llegan a la República Checa y que quiere estar listo para volver a Ucrania a combatir.
“Esto me es muy útil”, aseguró, aludiendo al entrenamiento. “Me gusta mucho. Tengo que aprender esas cosas porque no hice el servicio militar”.
Nechyporenko dijo estar seguro de que los rusos jamás podrán tomar todo el país.
“Creo que la guerra se acabará en un par de meses”, declaró. “Y si veo que estamos perdiendo, volveremos a la patria”.