Japón detiene reservas de vuelos, variante ómicron se expande
Japón mantiene su férrea postura contra la nueva variante del coronavirus: pide a las aerolíneas internacionales que dejen de aceptar reservas para vuelos al país hasta finales de diciembre, mientras refuerza unos controles fronterizos ya de por sí estrictos
Japón mantuvo el miércoles su férrea actitud contra la nueva variante del coronavirus y pidió a las aerolíneas internacionales que dejen de aceptar reservas para vuelos al país hasta finales de diciembre, mientras refuerza unos controles fronterizos ya de por sí estrictos.
El pedido es una medida de emergencia ante la alarma global por la propagación de la variante ómicron, reportada por primera vez en Sudáfrica la semana pasada, dijo el ministerio de Transporte. La decisión de la tercera mayor economía del mundo, junto a su reciente prohibición a la entrada de visitantes, está entre las más estrictas del mundo, y concuerda más con las de la hermética China que con las de las democracias de la región. Y todo esto mientras los científicos trabajan de forma frenética para determinar el nivel de amenaza real que supone la variante.
Quienes ya tengan su boleto reservado no se verán afectados, aunque los vuelos podrían cancelarse por falta de viajeros, explicó el Ministerio de Tierras, Infraestructura, Transporte y Turismo. Los pasajeros en tránsito tampoco se verán afectados, añadió. Japón es un principal punto de conexión de vuelos con origen y destino en Asia
La medida se anunció coincidiendo con la confirmación de un segundo caso de ómicron en una persona que llegó procedente de Perú, un día después del primero, un diplomático de Namibia.
Por el momento se desconocen muchos aspectos sobre la nueva variante, incluyendo si es más contagiosa — como sospechas algunas autoridades sanitarias_, si hace que los enfermos desarrollen cuadros más graves o si puede frenarse con la vacuna.
Estados Unidos trabaja también para endurecer las pruebas que exige a quienes vuelan desde el extranjero, tanto para quienes hayan completado la pauta de vacunación como para los que no.
Los protocolos concretos seguían ultimándose en las horas previas al discurso que ofrecerá el presidente del país, Joe Biden el jueves. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades señalaron en un comunicado que se está baraja exigir que todos los que lleguen en avión se hayan sometido a un test un día antes de embarcar. Actualmente, las personas completamente vacunadas pueden presentar uno realizado hasta tres días antes del viajar.
Japón prohíbe desde el martes la entrada de visitantes extranjeros como medida de precaución contra la variante. El veto estará en vigor hasta final de año. Los ciudadanos nipones que regresen al país tendrán que hacer cuarentena por 14 días.
La Organización Mundial de la Salud advirtió el lunes que, según las primeras evidencias, el riesgo global de la ómicron es “muy alto” y podría provocar repuntes con “graves consecuencias”.
Los últimos hallazgos indican que la mutación del coronavirus estaba ya presente en Europa cerca de una semana antes de que Sudáfrica hiciese sonar las alarmas.
Y el instituto nacional de salud pública de Nigeria anunció el miércoles que detectó la ómicron en una muestra de octubre gracias a la “secuenciación retrospectiva de casos confirmados previamente entre viajeros" que llegaron al país del oeste de África desde el extranjero.
Arabia Saudí se sumó también a la lista de naciones con casos de la nueva variante tras el positivo de un ciudadano de un “país del norte de África”, reportó la agencia noticiosa estatal Saudi Press, añadiendo que tanto él como sus contactos cercanos están en cuarentena.
Es la primera vez que se detecta la nueva variante en Golfo Pérsico. Países como Australia, Canadá, Gran Bretaña o Israel también han conformado contagios.
Por otra parte, Japón comenzó a ofrecer el miércoles la tercera dosis de la vacuna contra el COVID-19 a trabajadores de la salud ante la creciente preocupación que despierta la ómicron.
La campaña de vacunación japonesa arrancó a mediados de febrero, y algunos sanitarios que recibieron las inyecciones hace más de nueve meses están deseando obtener una protección extra ante una posible nueva ola de contagios.