Guinea: Pudo ser modelo democrático, terminó con otro golpe

Muchos esperaban que Guinea pasase a ser un modelo democrático para África occidental tras las elecciones del 2010, que pusieron fin a décadas de corrupción.

El presidente Alpha Conde, no obstante, decidió modificar la constitución para poder buscar un tercer mandato.

Su propuesta generó violentas manifestaciones de protesta en la capital, Conakry, el año pasado y terminó provocando un golpe militar.

Fue así que militares uniformados con ropa de fatiga se presentaron esta semana para emitir un comunicado —como han hecho tantos otros en África occidental en el pasado— y denunciar a lo que describieron como un presidente corrupto que se negaba a abandonar el poder tras cumplir sus dos mandatos, como estipula la constitución. Vistazo a la situación y al historial de golpes en la región:

¿CÓMO FUE QUE SE REPITIÓ LA HISTORIA EN GUINEA?

Todo empezó con unos disparos cerca del palacio presidencial, como en otros golpes del pasado. Los guineanos, que ya vivieron otros dos golpes e igual cantidad de intentos de asesinato del presidente, permanecieron en sus casas, a la espera de ver quién controlaba el país. Después de varias horas de incertidumbre, un pequeño grupo de soldados poco conocidos se presentó ante la televisión estatal y habló de reconciliación, aunque sin decir cuándo devolverían el poder a los civiles. Acto seguido circularon imágenes de un Conde desaliñado, con jeans y una camisa a medio abotonar, vigilado por soldados alzados.

Si parece algo conocido, es porque en la vecina Mali se dio un golpe muy parecido hace un año. Allí también una junta decidió que era hora de reemplazar al presidente Ibrahim Boubacar Keita a pesar de que todavía no había completado su mandato. Prometieron convocar elecciones en 18 meses, pero da la sensación de que no se cumplirá ese plazo.

¿LA GENTE ACEPTARÁ EL GOLPE?

La televisión estatal, controlada ahora por la junta, muestra imágenes de guineanos jubilosos que salen a la calle a vitorear a los militares. Pero resta por verse si las fuerzas leales a Condo aceptarán el cambio de gobierno o lo resistirán.

El bloque de naciones de África occidental conocido como ECOWAS condenó el alzamiento y todo el mundo, desde Estados Unidos hasta Rusia, expresó alarma por lo que se viene.

¿QUÉ SE PUEDE HACER PARA QUE VUELVA LA DEMOCRACIA A GUINEA?

La Unión Africana generalmente suspende a un país tras un golpe de estado. En África occidental, por otro lado, la antigua potencia colonial, Francia sigue teniendo mucho peso en la economía y puede fijar costosas sanciones.

En el caso de Mali, la amenaza de sanciones a nivel regional hizo que los golpistas aceptasen gobiernos de transición en el 2012 y el 2020.

El bloque de África occidental, sin embargo, tiene problemas de credibilidad. Permitió que tanto Conde como el presidente de Costa de Marfil Alassane Ouattara buscasen un tercer período, para lo que tenían que cambiar la constitución.

Y a pesar de las amenazas iniciales, ECOWAS terminó dando a la junta de Mali más tiempo para programar elecciones: 18 meses en lugar de un año, como había dicho en un primer momento.

¿ESTO TERMINARÁ MAL PARA GUINEA Y ÁFRICA OCCIDENTAL EN GENERAL?

El sector minero de Guinea fue muy golpeado por la pandemia del COVID-19 y la inquietud en torno a la estabilidad política podría espantar a las firmas extranjeras. Los líderes de la junta se esforzaron el lunes por dar garantías de que cumplirán con los compromisos contraídos, en un esfuerzo por evitar que se corte el flujo de dinero del sector minero, vital para el país.

Los antecedentes de los militares hacen que muchos teman que se produzcan violaciones a los derechos humanos.

Después de todo, en el 2009, abrieron fuego contra manifestantes que protestaban los planes del líder del golpe de entonces, Moussa “Dadis” Camara, de permanecer en el poder. Más de 150 personas murieron y al menos 100 mujeres fueron violadas en un estadio de fútbol. Ya ha pasado más de una década y todavía nadie ha sido juzgado

La mayor inquietud de muchos analistas es que el golpe aliente a otros gobernantes que quieren conservar el poder y aumente la inestabilidad política de la región.