Corea del Sur impone récord con 4.000 nuevos casos de COVID
Corea del Sur rebasa las 4.000 nuevas infecciones diarias de coronavirus por primera vez desde el inicio de la pandemia, mientras los contagios por la variante delta siguen asediando al país después de que relajó las medidas de distanciamiento social en las últimas semanas para mejorar su economía
Corea del Sur rebasó las 4.000 nuevas infecciones diarias de coronavirus por primera vez desde el inicio de la pandemia, mientras los contagios por la variante delta siguen asediando al país después de que relajó las medidas de distanciamiento social en las últimas semanas para mejorar su economía.
La Agencia para el Control y la Prevención de Enfermedades de Corea del Sur señaló que la mayoría de los 4.116 casos reportados el miércoles provienen de la capital, Seúl, y el área metropolitana, donde el incremento de hospitalizaciones ha desatado temores de una posible falta de disponibilidad en las unidades de cuidados intensivos.
El número de decesos en el país llegó a 3.363 luego de que 35 pacientes de coronavirus perdieron la vida en las últimas 24 horas. Los 586 pacientes que se encuentran en condición grave o crítica también representan un nuevo máximo histórico.
Corea del Sur es el más reciente en una larga lista de país en donde el número de infecciones y hospitalizaciones ha ido en aumento después de relajar las medidas de distanciamiento social debido a una alta tasa de vacunación. Los contagios también incrementan en Estados Unidos de cara al feriado del Día de Acción de Gracias, mientras que Austria entró a un confinamiento riguroso el lunes, en momentos en que Europa registra una nueva oleada del coronavirus.
Las autoridades en Corea del Sur relajaron las medidas de distanciamiento social a partir de este mes y reabrieron por completo las escuelas el lunes, en lo que describen como los primeros pasos hacia la reanudación de cierta normalidad. Al permitir mayores concentraciones y un servicio más prolongado de restaurante en interiores, las autoridades tenían esperanza de que las altas tasas de vacunación mantuvieran bajos los números de hospitalizaciones y decesos incluso si el virus seguía propagándose.