Melania Trump fue sentada a un lado de Putin durante la reunión del G-20 como una broma de Alemania
La experta Fiona Hill recordó el momento incómodo vivido en Hamburgo el 7 de julio de 2017, en un documental de la BBC
La llegada de Donald Trump a la cumbre del G-20 en Hamburgo el 7 de julio de 2017 se hizo aún más incómoda de lo habitual debido a una aparente broma que le hicieron sus anfitriones alemanes, según un nuevo documental sobre el historial de política exterior del expresidente estadounidense.
La doctora Fiona Hill, ex experta en Rusia del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos y testigo prominente durante el primer juicio político de Trump, afirma en un nuevo documental de la BBC que la colocación de los asientos para la cena de gala de la reunión fue ideada deliberadamente para sentar a la primera dama estadounidense, Melania Trump, junto al presidente ruso Vladimir Putin.
La cumbre fue la primera reunión en persona de Trump con Putin y se produjo después de meses de especulaciones de que el Kremlin había jugado un papel para interferir en las elecciones estadounidenses de 2016 y asegurar que el candidato republicana venciera a la favorita demócrata Hillary Clinton, asunto que entonces era parte de una investigación del fiscal especial del FBI, Robert Mueller.
"El objetivo principal del presidente era simplemente sentarse con Putin", declara Hill a la nueva serie documental de tres partes de la BBC, Trump Takes on the World.
"Él opinaba que, dada su propia personalidad, podría provocar una buena química".
Cuando se sentaron para una llamada de prensa, Hill recuerda: “El presidente estaba claramente incómodo al tratar el tema [de la intromisión electoral] de frente. Él asoció cualquier discusión sobre esto con su propia legitimidad como presidente”.
Su vergüenza solo se intensificaría en la cena formal de esa noche.
“Nos enteramos tarde que los alemanes habían tomado, para nosotros, la inconcebible decisión de sentar a la primera dama junto al presidente Putin”, recuerda la experta en política exterior.
“Podrían haberla colocado al lado de cualquiera en el G-20, pero no, tuvieron que elegir al presidente Putin, sabiendo muy bien que todos estarían escudriñando cada interacción y entonces el presidente Trump se acercó, como era inevitable, a hablar con su esposa."
Se sentó a platicar con la pareja durante más de una hora, para diversión de otros líderes mundiales, que sabían cómo se desarrollarían las imágenes a la luz de la investigación en curso en Washington sobre los vínculos del presidente Trump con Moscú.
En el mismo programa, Hill también recuerda haber encontrado la decisión de Trump de ponerse del lado de las negativas de Putin, por encima de la opinión de sus propios funcionarios de inteligencia en la cumbre bilateral del año siguiente en Helsinki, Finlandia, tan insoportable que consideró fingir una emergencia médica para salirse del cuarto.