Hannity e Ingraham se defienden por sus mensajes de texto a Meadows durante los disturbios en el Capitolio

Los presentadores de Fox News, Sean Hannity y Laura Ingraham, desestimaron la publicación de sus mensajes al exjefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, durante los disturbios del 6 de enero en el Capitolio, calificándolos de “campaña de desprestigio” contra ellos.

El lunes, el Comité Selecto de la Cámara de Representantes que investiga la insurrección publicó un informe en el que se detallan las comunicaciones del señor Meadows, incluidas las pruebas del hijo del expresidente Donald Trump, de personalidades de Fox News y de legisladores, en las que se le instaba a conseguir que el entonces presidente detuviera los disturbios en tiempo real.

Entre las personalidades de Fox News cuyos mensajes fueron leídos por la congresista Liz Cheney, vicepresidenta del comité, estaban los de Hannity e Ingraham.

“¿Puede hacer una declaración? ¿Pedir a la gente que abandone el Capitolio?”, escribió Hannity en un supuesto texto dirigido a Meadows.

Más tarde, el lunes, Hannity invitó a Meadows a su programa para defenderse, pero no mencionó sus mensajes de texto al exfuncionario de la Casa Blanca instándole a pedir a Trump que detuviera los disturbios.

Bajo el fuego por no abordar los mensajes de texto en su programa el lunes, Hannity dijo el martes que los mensajes de texto solo decían lo que él ha dicho públicamente.

“En un intento de desprestigiar a su servidor (señalándose a sí mismo), así como al presidente Trump, la congresista Cheney presentó uno de mis mensajes de texto del 6 de enero a Mark Meadows”, expresó Hannity en su programa el martes.

“¡Sorpresa, sorpresa, sorpresa! Le dije a Mark Meadows exactamente lo mismo que estaba diciendo en vivo en la radio en ese momento y en la televisión esa noche ... Por cierto, ¡¿dónde está la indignación en los medios de comunicación por mis mensajes de texto privados que se han vuelto a hacer públicos?!”

“¿Creemos en la privacidad en este país? Parece que no”.

Hannity arremetió entonces contra Cheney por leer sus textos en público.

“Soy una persona honesta y directa. Digo lo mismo en privado que les digo a todos ustedes. Liz Cheney lo sabe. A ella no parece importarle”.

“A ella solo le interesa una cosa. Desprestigiar a Trump y purgarlo del partido. Y ahora se está asociando con la misma gente (es interesante que la gente le pregunte si alguna vez la entrevistan), la misma gente que es malvada asesina criminal de guerra y ladrona. ¿Para qué? ¿Disparar al expresidente?”.

También exigió que se hicieran públicos los mensajes de texto de Cheney con el expresidente para establecer su interés por ajustar cuentas personales a través de la comisión.

Más tarde, en su programa del martes por la noche, Ingraham también defendió sus mensajes de texto del 6 de enero.

En su mensaje a Meadows, Ingraham había escrito: “El presidente tiene que decirle a la gente del Capitolio que se vaya a casa. Esto nos está perjudicando a todos. Está destruyendo su legado”.

“Por supuesto, los medios de comunicación del régimen intentaron de alguna manera tergiversar este mensaje para desprestigiarme”, aseveró el martes, añadiendo que ella también había dicho en el mensaje de texto lo que ha dicho en público antes.

“Tanto en público como en privado dije lo mismo. Que la violación del Capitolio fue algo terrible”, expresó.

“Se cometieron delitos, algunas personas fueron injustamente acosadas y perseguidas y procesadas. Pero no fue una insurrección. Decir algo diferente es más que deshonesto e ignora los hechos de la época”.

Ingraham también arremetió contra la investigación del gobierno de Biden sobre la revuelta del 6 de enero en el Capitolio y dijo: “En la práctica, hay una verdad incómoda. Los demócratas han estado persiguiendo los disturbios del 6 de enero durante todo el año”.

“¿Qué pasó con unir al país? ¿Qué pasó con el cierre por covid-19?”, preguntó.

El 14 de diciembre, el pleno de la Cámara de Representantes votará la medida para avanzar en la remisión de Meadows al Departamento de Justicia de Estados Unidos por cargos de desacato al Congreso.