Elon Musk habría consumido ketamina y portado una “caja de pastillas” mientras estrechaba lazos con Trump
En un reporte exhaustivo se detalla que el empresario habría abusado del uso de ketamina al punto de sufrir afecciones urinarias
Mientras destinaba decenas de millones de dólares para apoyar la campaña presidencial de Donald Trump y ganaba protagonismo dentro de su círculo más cercano, Elon Musk consumía drogas de forma intensa y frecuente. Según un informe, su uso crónico de ketamina llegó a afectar su vejiga.
El hombre más rico del mundo, quien esta semana dejará la Casa Blanca tras colocar a un ejército de leales en el gobierno federal para despedir empleados y reducir presupuestos, habría consumido éxtasis, hongos psicodélicos y Adderall. Según fuentes citadas por The New York Times, guardaba estas sustancias en una caja de medicación con unas veinte pastillas.
Las fuentes no pudieron confirmar si Elon Musk seguía consumiendo drogas cuando, semanas después, asumió como asesor principal del presidente en la recién creada Oficina de Eficiencia Gubernamental (DOGE).
Sin embargo, The New York Times destaca que mostró un “comportamiento errático” en los días anteriores y posteriores a la toma de posesión de Trump. Entre los episodios mencionados figuran gestos con referencias nazis durante la inauguración, múltiples enfrentamientos con altos funcionarios y miembros del gabinete, así como una vida familiar “cada vez más caótica”, marcada por disputas de custodia y el anuncio de su decimocuarto hijo.
El multimillonario atravesaba frecuentes cambios de humor y mostraba una fuerte obsesión por tener más hijos, según The New York Times. El diario sustenta esta afirmación con entrevistas, mensajes privados y fotografías que, según indica, muestran el supuesto alijo de drogas de Musk.
The Independent solicitó comentarios al abogado de Elon Musk.
El gobierno no respondió a las preguntas de The Independent sobre las acusaciones ni sobre si el presidente tenía conocimiento de ellas. Sin embargo, el vicesecretario de prensa principal, Harrison Fields, elogió el trabajo de Elon Musk por “reducir el despilfarro, el fraude y el abuso” en el gobierno federal.
“Pocos directores generales en Estados Unidos dejarían la comodidad del sector privado para asumir un cargo en el gobierno federal”, declaró. “En apenas cuatro meses, Elon ha logrado más por los contribuyentes estadounidenses que muchos políticos de carrera, un hecho que los medios tradicionales suelen ignorar”.
El vicejefe de gabinete de la Casa Blanca, Stephen Miller, aseguró que no le preocupan las acusaciones.
“Lo único que puedo decir es que el DOGE ha hecho un trabajo extraordinario al eliminar el despilfarro sistémico, los chanchullos, las estafas y la corrupción en el gobierno federal. Hoy el presidente expresará públicamente su agradecimiento a Elon Musk por liderar ese esfuerzo, que permitió ahorrar miles de millones de dólares a los contribuyentes”, declaró el viernes a CNN.
Elon Musk ha reconocido públicamente que consume una “pequeña cantidad” de ketamina, pero según The New York Times, habría usado la droga de forma diaria y combinada con otras sustancias. Personas cercanas al empresario, citadas por el periódico, aseguran que su consumo ha generado preocupación en su entorno.
Además, en el informe se indica que también habría ingerido éxtasis y hongos psicodélicos en reuniones privadas realizadas en distintos puntos de Estados Unidos y al menos en otro país.
En la misma época en que expresó públicamente su apoyo a Donald Trump, en julio pasado, Elon Musk consumía ketamina en niveles que, según The New York Times, le provocaron problemas de vejiga.
Semanas después de la toma de posesión, apareció en el escenario de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) en febrero, usando gafas de sol y un sombrero negro con la frase “Make America Great Again”, mientras blandía una motosierra. “Esta es la motosierra de la burocracia”, declaró ante el público.
Cuando un periodista le pidió describir su mente, Musk solo dijo: “Mi mente es una tormenta”.
El multimillonario destinó más de $300 millones de dólares a la campaña de Trump el año pasado. Entregó cheques de más de un millón de dólares a votantes en estados clave y luego invirtió millones adicionales en respaldar a candidatos conservadores en todo el país en 2025.
Antes de las elecciones al Tribunal Supremo de Wisconsin, en abril, apareció en mítines con sombreros en forma de cabeza de queso y prometió, en una maniobra de dudosa legalidad, entregar cheques de un millón de dólares a los votantes y ofrecer $50 dólares a quienes se tomaran una foto frente a una cabina electoral. Solía describir la contienda en términos apocalípticos y advertía que estaban en juego “el destino de la humanidad” y el futuro “del mundo”.
Sin embargo, los $20 millones de dólares que destinó a apoyar a un candidato conservador al Tribunal Supremo estatal no dieron resultado. La jueza liberal Susan Crawford derrotó con claridad al aspirante respaldado por Musk.
Durante la campaña, Musk advirtió sobre “dificultades” para los estadounidenses si se aplicaba la agenda económica de Trump.
Sin embargo, él y su equipo del DOGE recortaron la ayuda exterior, eliminaron protecciones al consumidor y redujeron drásticamente la financiación para bibliotecas, investigación en salud pública y programas contra la falta de vivienda. También recolectaron información de los contribuyentes y otros datos confidenciales.
En el pasado, Musk y Trump presentaron a DOGE (antes conocido como el Servicio Digital de EE. UU.) como un “soporte técnico” para acabar con el “despilfarro, fraude y abuso”.
Pero DOGE desmanteló organismos gubernamentales sin ninguna supervisión para remodelar —y aplastar— una burocracia que Musk desprecia. La rapidez y el alcance de esas primeras acciones desataron un fuerte escrutinio público y una avalancha de demandas, que llevaron al multimillonario a más de una docena de batallas legales y provocaron duras reprimendas de jueces federales en todo el país.
Esta semana anunció su salida del gobierno, tras 130 días como “empleado especial”, un puesto que podría retomar el próximo año.
Mientras tanto, DOGE permanece incrustado en todo el aparato federal con el mandato presidencial de impulsar recortes drásticos en el gasto público.
El jueves, en declaraciones a la prensa, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, aseguró que “todo el gabinete” mantiene su compromiso con DOGE.
“Por eso trabajaron codo a codo con Elon Musk y seguirán colaborando con los empleados de DOGE que ya ocupan cargos políticos en cada una de estas agencias”, afirmó. “Así que, indudablemente, la misión del DOGE continuará”.
Traducción de Leticia Zampedri