La disculpa poco sincera de Joe Rogan te recordará a tu peor ex
¡Él es solo un espíritu libre, hombre! ¡Él solo entabla conversaciones! ¡No le gustan las etiquetas!
El hombre más admirado por los otros hombres y aparente fanático de Neil Young, Joe Rogan, se disculpó de la misma manera que tu exnovio sin disponibilidad emocional por el que lloraste durante seis meses en 2017. El video de Instagram, que dura poco menos de 10 largos minutos, presenta todos sus mejores éxitos. “No soy médico y no soy científico; Solo soy una persona que se sienta y conversa… ¿Cometo equivocaciones? Claro que sí. Pero no me interesa hablar con pura gente que podría tener una sola perspectiva”, dice al principio de su acto calentamiento que mostrará su nulo arrepentimiento.
Nos desviamos un poco hacia el territorio de las conspiraciones: “Estoy seguro de que hay muchas cosas detrás de escena en estas controversias”, y después regresamos al terreno de los malos novios: “Lo lamento mucho por quienes se sientan de esa manera”. ¿Quiénes son esos “quienes” en este caso? Neil Young y Joni Mitchell, por supuesto, quienes protestaron contra el podcast de Rogan después de que invitara a personas como Peter McCullough, quien declaró sin fundamentos que la pandemia fue planificada, que las vacunas causan daño y que las personas asintomáticas con covid no pueden propagar la enfermedad, y Robert Malone, quien afirmó que las personas creen en las vacunas porque sufren de “psicosis masiva” y que los hospitales tienen incentivos financieros para fingir que los pacientes murieron de covid cuando en realidad murieron de otra cosa.
El discurso continuo de Rogan revela lo poco que entiende sobre ciencia o sobre el daño que puede causar al proporcionar una plataforma para tales teóricos de conspiraciones en un podcast millones de fieles seguidores. Afirma que “serías vetado de las redes sociales” hace un año si dijeras que aún se puede contraer y propagar el covid después de haber sido vacunado. Es obvio que ningún veto así se llevó a cabo, y ningún científico afirmó que alguna vacuna sea 100 por ciento efectiva. Afirma que el mismo veto hubiera sido llevado a cabo si hubieras dicho “los cubrebocas de tela no funcionan”, lo cual ahora cree que es una verdad establecida, cuando en realidad más personas solo se dieron cuenta de que los cubrebocas N95 son el mejor estándar para la protección contra el virus por la variante extremadamente contagiosa ómicron. Es por eso que los cubrebocas N95, y no los cubrebocas de tela, son utilizados de forma estándar en las salas de enfermedades infecciosas por el personal médico y siempre lo han sido. En otras palabras, Rogan cree que las cosas han cambiado durante el último año, cuando en realidad se han mantenido igual, y usa ese pensamiento erróneo para justificar por qué las afirmaciones descabelladas de personas como McCullough o Malone podrían por arte de magia convertirse en correctas dentro de otro año.
Una mejor comparación para McCullough o Malone podría ser Andrew Wakefield, el médico británico en deshonra que afirmó en los años noventa que la vacuna MMR causaba autismo. Wakefield, a quien en última instancia se le prohibió ejercer la medicina por difundir desinformación al mundo y someter a los niños a procedimientos invasivos innecesarios, se ha convertido desde entonces en una especie de celebridad antivacunas en los EE.UU. Le gusta afirmar en sus discursos que es víctima de algún tipo de “establecimiento” nefasto. La verdad es que es posible que se haya propuesto investigar de forma genuina algo que creía que era cierto, pero fue incapaz de aceptarlo cuando su propia investigación no pudo encontrar ningún vínculo, y optó por redoblar sus esfuerzos y comprometerse con teorías de conspiración en lugar de seguir la ciencia.
“Si hay algo que hice que podría hacer mejor es tener más expertos con diferentes opiniones justo después de tener las controversiales”, continúa Rogan en su disculpa, como si hubiera una equivalencia entre la ciencia revisada por pares y las creencias infundadas de un tipo de que el mundo entero es víctima de la psicosis. “Yo mismo hago toda la programación y no siempre lo hago bien”, agrega. “A menudo no tengo idea de cuál va a ser el tema [durante un episodio]” y “no están debidamente preparados o estudiados, ya que literalmente hablamos en tiempo real, pero hago lo mejor que puedo”. ¡Él es solo un espíritu libre, hombre! ¡Él solo entabla conversaciones! Estos tipos solo llegaron y él no tenía ni una idea de lo que iban a decir: podrían haber comenzado a dar consejos de relaciones para divorciados o a reflexionar sobre si dejar semillas para pájaros para los petirrojos en el invierno, pero, en cambio, ¡ups! ¡Negacionismo del covid! ¿Qué vas a hacer con un tipo normal yo? No le gustan las etiquetas. Es demasiado genial para comprometerse con el pensamiento popular.
Luego, Rogan nos dejó saber que es fanático de Neil Young y que “Amo a Joni Mitchell: “Chuckie's in Love” es una gran canción”. “Chuckie’s in Love”no es una canción de Joni Mitchell, pero bueno. ¿A quién le importa si no es verdad? Es solo una persona que se sienta y tiene conversaciones. ¿Importa si su opinión es que es la canción de otra persona? ¿Qué es la verdad de todos modos? Tal vez la creencia mundial de que Rickie Lee Jones escribió e interpretó “Chuckie’s in Love” es en realidad solo un producto de la psicosis masiva.
“Es una responsabilidad extraña tener tantos espectadores y gente que te escucha, es muy extraño y no es nada para lo que me haya preparado y no es nada que haya anticipado”, agrega Rogan. Lo lamenta sobre todo por Spotify, que en estos momentos planea poner una advertencia antes de su podcast y que proporciona una gran parte de sus ingresos. “Siento mucho que les suceda esto y reciban mucha presión por ello”, dice, como si hablara de un acto de Dios en lugar de una consecuencia directa de sus propias decisiones de programación.
Y para finalizar: “Si te hice enojar, lo siento, y si te gustó el podcast, gracias. Muchas gracias, gracias Spotify, gracias a todos los seguidores e incluso gracias a los que odian porque es bueno tener algunos que te odien, te hace reevaluar lo que haces y poner las cosas en perspectiva y, eh, creo que eso es bueno también. Voy a dar el mejor esfuerzo que pueda”.
El problema de decir “haré su mejor esfuerzo” cuando le acabas de decir a todos que difundes información errónea sobre el covid mientras haces lo mejor que puedes es que está claro que lo mejor que puedes hacer no es lo suficientemente bueno. Y si solo eres un tipo que tiene conversaciones, las cuales no puedes controlar y de las que no sabes nada, entonces tal vez la desinformación acerca de la vacuna contra el covid no sea el tema que deberías elegir abordar en el episodio de tu podcast “que no intenta perpetuar teorías de conspiración”.