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Chloe Cherry, de ‘Euphoria’, perdió amigos debido a su trabajo sexual. Sé lo que es eso

“Mi mamá me dijo que el trabajo sexual es lo más bajo que una persona puede hacer”, dijo Cherry sobre su empleo anterior

Victoria Gagliardo-Silver
Lunes, 14 de marzo de 2022 14:35 EDT
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La estrella de Euphoria, Chloe Cherry, mejor conocida como Faye, se ha apoderado de la pantalla chica en las últimas semanas, acumulando cada vez más fans en todas las plataformas de redes sociales habituales. Eso incluye uno en el que quizá no esperabas ver a tu actriz favorita de HBO: PornHub.

Para quienes no lo sepan, Cherry es una ex trabajadora sexual. En el podcast “Call Her Daddy”, detalló recientemente cómo dejó la industria del prono para actuar en Euphoria, pero no se arrepiente de la época que pasó ganando dinero como trabajadora sexual. Sin embargo, dice que ha habido consecuencias sociales y emocionales: hacer porno le hizo perder bastantes amigas. En sus propias palabras: “Lo único que apesta de trabajar en el porno es la forma en que la gente te trata fuera de la industria”.

Como trabajadora sexual que soy, entiendo lo que experimentó Cherry. Casi todas las trabajadoras sexuales lo entendemos.

Las mujeres fuera de la industria sexual muchas veces ven a las mujeres en ella como víctimas degradadas que necesitan ser salvadas, ya sea del tráfico o de nuestra propia pobre moral. Cuando no queremos ser salvadas, nos volvemos “indignas de ser salvadas de todos modos”, y somos retratadas como personas sin educación, desesperadas por atención, o como “traidoras de género”. E incluso si dejamos el trabajo sexual, nunca nos deshacemos del estigma. Uno solo tiene que ver cómo tratan a Mia Khalifa para darse cuenta, o quizá leer comentarios debajo de muchos de mis artículos, donde las personas molestas dicen “la prostituta está escribiendo otra vez”. ¿No podemos algunas de nosotras ser putas felices?

Cherry explica su experiencia personal, en particular, “la forma en que, de repente, mis amigas que eran mis amigas en la preparatoria ya no querían serlo más porque creían que iba a acostarme con su novio. Yo pensaba ‘no quiero tener nada que ver con tu novio’”.

Desafortunadamente, este tipo de suposiciones no son infrecuentes. Muchas trabajadoras sexuales han perdido amigos, familia, seguridad financiera, vivienda y oportunidades de trabajo debido a tales prejuicios. Es un temor común que seamos súcubos hipersexuales que quieren acostarse con sus padres, esposos, novios o hermanos. No hace falta decir que ese casi nunca es el caso.

Kaiia Eve, una galardonada dominatriz y estrella porno, toca un punto importante cuando habla sobre las consecuencias de tales prejuicios en la vida real: “Por lo general no soy alguien que critica a las personas que no aprueban mi trabajo, no es su problema. Pero es difícil cuando la aprobación se traduce en oportunidades. Me gradué de la universidad con la intención de dedicarme al trabajo social. Me iban a incluir en algunos proyectos de investigación futuros, [pero] tuve que rechazarlo debido a asuntos familiares difíciles. Empecé con el trabajo sexual, y cuando regresé a continuar con mi carrera en trabajo social, básicamente me dijeron que ya no había lugar para mí y me desearon buena suerte. No puedo decir con certeza que no fui invitada por ser una trabajadora sexual, pero esa es la única cosa que cambió profesionalmente”.

Brielle Day, una reconocida cam model, agregó otra dimensión inquietante a la conversación: “Cuando empecé en la industria para adultos, hace más de una década, mi novio se enojó irracionalmente, dijo que debí haberle pedido permiso para embarcarme en esta carrera. Tener que pedir “permiso” para hacer cualquier cosa, y sobre todo para empezar un trabajo bien pagado, era ridículo. Preferí mi carrera sobre nuestra relación. Fue una de las mejores decisiones que he tomado”.

Kaila Eve señaló que recurrió al trabajo sexual debido a que el que era su esposo en ese momento sufrió una lesión que lo dejó incapaz de caminar: “[Él] se casó conmigo cuando yo era trabajadora sexual, pero también lo dejé porque mi carrera en el trabajo sexual se volvió una lucha diaria. Empecé a hacer trabajo sexual en línea desde casa porque mi familia necesitaba dinero y que estuviera físicamente en casa para proveer atención. Con el paso del tiempo, me di cuenta de que estaba ganando más dinero del que hubiera hecho como trabajadora social. Sin embargo, a medida que me hacía más famosa en la industria, este hombre pasó de haberse casado conmigo a gritarme a la cara que era una puta tonta por la oportunidad que asumí para salvar a nuestra familia”.

La gente abandona rutinariamente a las trabajadoras sexuales como amigas, compañeras y familiares debido a su “moral”, lo que parece muy hipócrita. Casi todos tienen sexo, entonces ¿qué tiene de malo exactamente hacerlo frente a una cámara o a cambio de dinero? ¿La gente que trabaja en Wal-Mart es cuestionada sobre su moral personal todos los días?

“Mi mamá me dijo que el trabajo sexual es lo más bajo que una persona puede hacer”, comentó Chloe Cherry mientras contaba su experiencia. “Y esa es la única cosa que compartiré con la que estoy profundamente en desacuerdo. Y no sé si hay otras personas que estén de acuerdo con eso, pero creo que tratar de menospreciar a tu propia familia es más bajo”.

Estoy de acuerdo con Chloe. Cuando hablé por primera vez con mi madre para explicarle que era una dominatriz profesional, ella no se sintió contenta de ninguna manera. Afortunadamente, cambió de opinión con el tiempo. La mayoría de las personas lo hacen cuando ven que los trabajadores sexuales son igual a todos mientras no están “actuando sobre el colchón”. La realidad es que el trabajo sexual es trabajo, y podemos separar los negocios del placer. No hacemos porno o trabajo sexual para que tu novio lo vea o nos contrate, lo hacemos por la misma razón por la que otros trabajan en las corporaciones estadounidenses. Lo hacemos para poder tener comida en la mesa. La atención y los orgasmos no pagan las cuentas.

Me duele que Chloe Cherry no haya tenido el nivel de apoyo y reconocimiento que merecía en sus primeros trabajos como actriz, pero hay un ejército de trabajadoras sexuales detrás de ella que están agradecidas por su honestidad y su voluntad por desestigmatizar nuestro trabajo. Podrá haber perdido algunas amistades a lo largo del camino, pero las personas como yo estamos listas para ser sus amigas y apoyarla en lo que sea que escoja hacer en el futuro.

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