Querido Elon Musk, tu patrimonio neto es obsceno, deja de intentar justificarlo
El hecho de que existan multimillonarios en un mundo donde una de cada tres personas no tiene acceso a agua potable limpia es una burla
El director general de Tesla y experto en tecnología, Elon Musk, aparentemente no está contento con ser el hombre más rico del mundo; también necesita impresionarnos al resto de nosotros con cuán frugal es su estilo de vida.
En una entrevista para TED el lunes, Musk comentó: “Ni siquiera soy dueño de un lugar en este momento, literalmente me quedo en casa de amigos. No tengo yate, no tomo vacaciones, entonces no es que mi consumo personal sea alto. Una excepción es un avión, pero si no uso el avión, tengo menos horas para trabajar”.
¡Saca los pequeños violines! ¡El hombre más rico del mundo no tiene casa! ¡O un yate!
Aclaremos una cosa: si Elon Musk no es dueño de una casa en este momento, es por elección. Sus comentarios, tal vez en un intento equivocado de parecer más cercano, son una bofetada para cada persona que alguna vez experimentó la falta de vivienda o tuvo una vivienda insegura. No está batallando exactamente para juntar lo suficiente para un depósito en un departamento de una habitación. Decir que esto es insensible sería quedarse corto.
Musk salió con su discurso de “rotar por las habitaciones extra de los amigos” después de que Chris Anderson de TED le preguntara sobre las personas que están “enormemente ofendidas” por los multimillonarios. Él dijo: “Seguro que sería problemático si estuviera consumiendo miles de millones de dólares al año en consumo personal, pero ese no es el caso”.
Me temo que Musk ha perdido el punto. Olvidemos el “consumo personal”: su patrimonio neto (un estimado de £207 mil millones [US$270 mil millones]) es inherentemente ofensivo. La mayoría de las personas en el planeta viven actualmente en la pobreza. Dos tercios de las personas viven con menos de alrededor de £7,70 (US$10) diarios. Una persona de cada 10 vive con menos de £1,50 (US$2) al día.
Musk ha acumulado una fortuna personal más grande de lo que una persona podría gastar en su vida (incluso si gastara £1 millón [US$1,3 millones] todos los días durante un siglo), una fortuna que es mayor que el PIB de casi 100 países y de los cuales solo un se necesitaría una parte de £4.600 millones (US$6 mil millones) para acabar con el hambre en el mundo. El hecho de que existan multimillonarios en un mundo donde una de cada tres personas no tiene acceso a agua potable limpia es una burla.
Antes de que afilen sus plumas para escribir una respuesta informándome que solo estoy celosa, o que debo tener un problema con las personas que tienen éxito y les va bien, déjenme ser clara: ese no es el punto. Creo que es fundamentalmente erróneo acumular grandes cantidades de riqueza. Musk está defendiendo lo indefendible.
La desigualdad es un mal social. Significa sufrimiento y miseria y mala salud y muerte prematura. La pretensión de Musk de que su vida, con su avión privado que devora combustibles fósiles y su oferta de £33.000 millones (US$43.000 millones) para comprar Twitter, es de alguna manera simple o frugal, no debería debería tener ningún efecto en nadie fuera del club de los multimillonarios.
Musk es bien conocido por criticar a las personas en Twitter sobre el tema de la riqueza y los impuestos; los ejemplos notables incluyen a Bernie Sanders y Elizabeth Warren, por lo que podría ser un punto delicado para él.
Desafortunadamente, su historial de filantropía se considera pobre (¡lo siento!) en comparación con otros multimillonarios, y su donación de US$5,74 mil millones en acciones de Tesla en noviembre del año pasado tuvo el beneficio adicional de reducir enormemente su factura de impuestos, lo cual a mí no me indica exactamente un desinterés.
¿El nivel de riqueza extrema de Musk ha afectado su capacidad de razonamiento? ¿Cree seriamente que debido a que no posee una casa (o un yate) en este momento, y solo tiene un jet privado para trabajar, su riqueza no es problemática?
Se proyecta que Musk se convierta en el primer trillonario del mundo. Cuando alcance ese hito alucinante e incomprensible, me pregunto si optará por ahorrarnos las tonterías sobre lo poco problemático que es su “consumo personal”.
Mi mundo perfecto es aquel en el que no hay niños muriendo de hambre, o muriendo de cólera o disentería por beber agua sucia; donde nadie está obligado a dormir a la intemperie, envuelto en cartones. Y sin multimillonarios.