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El Parlamento de Kirguistán respalda el estado de emergencia declarado por el presidente Jeenbekov

El presidente de Kirguistán ha conseguido el respaldo parlamentario de su decreto para introducir el estado de emergencia en la capital de la nación centroasiática que se ha visto sacudida por los disturbios provocados por una disputada elección parlamentaria.

Via AP news wire
Martes, 13 de octubre de 2020 15:41 EDT
Protestas en Kirguistán.
Protestas en Kirguistán. (Copyright 2020 The Associated Press. All rights reserved)
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El presidente de Kirguistán obtuvo el martes el respaldo parlamentario por su decreto de introducir un estado de emergencia en la capital de la nación de Asia Central, que se ha visto sacudida por los disturbios provocados por una disputada elección parlamentaria.

El presidente Sooronbai Jeenbekov anunció por primera vez un estado de emergencia en la ciudad de Bishkek el viernes, pero el parlamento no aprobó la medida dentro de los tres días que exige la ley. El lunes, Jeenbekov hizo un segundo intento de imponer la medida y los legisladores la respaldaron el martes.

El presidente de Kirguistán se ha enfrentado a los llamamientos para dimitir de miles de manifestantes que irrumpieron en edificios gubernamentales una noche después de que, según informes, los partidos progubernamentales barrieron los escaños parlamentarios en la votación del 4 de octubre.

Horas después de la votación, los manifestantes también liberaron al ex presidente Almazbek Atambayev, quien fue sentenciado a 11 años de prisión en junio por cargos de corrupción y abuso de poder que él y sus partidarios describieron como una venganza política de Jeenbekov. Atambayev fue arrestado nuevamente el sábado por cargos de organizar disturbios.

La agitación marca la tercera vez en 15 años que los manifestantes se movilizan para derrocar a un gobierno en Kirguistán, una nación de 6,5 millones de personas que es una de las más pobres que emergen de la ex Unión Soviética.

Al igual que en los levantamientos que derrocaron a los presidentes de Kirguistán en 2005 y 2010, las protestas actuales han sido impulsadas por rivalidades de clanes que dan forma a la política del país.

Después de varios días de manifestaciones que en ocasiones se tornaron violentas, las autoridades desplegaron tropas en la capital durante el fin de semana e introdujeron un toque de queda. La medida alivió las tensiones en la ciudad, donde los residentes temían una ola de saqueos que acompañó a levantamientos anteriores y comenzaron a formar grupos de vigilantes para proteger su propiedad. Las tiendas y los bancos que cerraron la semana pasada han reabierto sus operaciones.

La semana pasada, la Comisión Electoral Central anuló los resultados de la votación parlamentaria y los líderes de las protestas se movieron rápidamente para formar un nuevo gobierno, nombrando al legislador Sadyr Zhaparov como el nuevo primer ministro.

Pero Jeenbekov usó las luchas internas entre sus enemigos para atacar. El martes, se negó a respaldar la nominación de Zhaparov, señalando que el parlamento carecía de quórum cuando hizo la designación el sábado.

Kirguistán está estratégicamente ubicado en la frontera con China y una vez fue el hogar de una base aérea estadounidense utilizada para reabastecimiento de combustible y logística para la guerra en Afganistán. El país es miembro de alianzas económicas y de seguridad dominadas por Rusia, alberga una base aérea rusa y depende del apoyo económico de Moscú.

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