Portugal prohíbe a empresarios contactar a su personal fuera del horario de oficina
Las empresas se enfrentarían a multas y se verían obligadas a pagar los gastos domésticos
El Partido Socialista de Portugal introdujo una nueva ley que prohíbe a las empresas ponerse en contacto con el personal fuera de su horario de trabajo contratado, en una de las nuevas medidas para regular el trabajo a domicilio y recalibrar el equilibrio entre la vida laboral y familiar de los ciudadanos tras la pandemia de coronavirus.
Las empresas también se enfrentarán a multas por enviar correos electrónicos a su personal fuera de los horarios acordados y se verán obligadas a pagar los gastos domésticos ocasionados mientras sus empleados trabajan desde casa, incluidas las facturas de internet y electricidad.
Los empresarios no podrán controlar la productividad de sus trabajadores fuera de la oficina en aras de salvaguardar la intimidad personal y tendrán que organizar reuniones presenciales al menos una vez cada dos meses para atajar la soledad de sus equipos.
El personal con hijos también tendrá el derecho legal de trabajar desde casa hasta que sus hijos o hijas cumplan ocho años, sin tener que obtener la aprobación de la dirección.
La ministra portuguesa de Trabajo y Seguridad Social, Ana Mendes Godinho, presentó la nueva legislación laboral, que es una respuesta directa a los cambios en las prácticas de trabajo en los últimos 18 meses, durante la conferencia tecnológica Web Summit, celebrada en Lisboa a principios de noviembre.
“La pandemia ha acelerado la necesidad de regular lo que hay que regular”, dijo la semana pasada.
“El teletrabajo puede ser un cambio de juego si aprovechamos las ventajas y reducimos los inconvenientes”.
Godinho también expresó su esperanza de que estas condiciones favorables atraigan a los “nómadas digitales” a Portugal desde el extranjero.
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“Consideramos que Portugal es uno de los mejores lugares del mundo para que estos nómadas digitales y trabajadores a distancia elijan vivir. Queremos atraerlos a Portugal”, dijo.
Aunque el mayor énfasis en la calidad de vida de los empleados es ciertamente atractivo, cabe señalar que las nuevas condiciones sólo se aplican a las grandes empresas con 10 o más trabajadores.
La propuesta de “derecho a la desconexión”, que otorga al personal el derecho legal a apagar sus dispositivos de trabajo una vez finalizado su turno, y que ya está en juego en Francia, también fue rechazada por los diputados.
Otros países europeos, como Alemania, Italia y Eslovaquia, también han revisado sus normas sobre el trabajo en casa en los últimos meses, pero parece que aún falta mucho para que se adopten prácticas más ilustradas en el Reino Unido tras el Brexit, donde el Gobierno de Boris Johnson sigue aplicando una política de fomento de la vuelta a la oficina de los empleados, a pesar de las elevadas cifras de contagio diario de covid.
El primer ministro británico advirtió recientemente a los empleados que se arriesgaban a que se hablara de ellos en el refrigerador si se mostraban reacios a volver a su viejo y polvoriento escritorio y a su anticuado PC, aunque su preocupación parecía tener más que ver con el impulso a los negocios adyacentes a la oficina, como cafeterías, gimnasios y tintorerías, que dependen de los trabajadores que pasan por ahí cinco días a la semana y que se cree que suponen unos 30 mil millones de libras al año para la economía británica.