Esfuerzos “verdes” de los Juegos Olímpicos de Tokio socavados por la caza de ballenas japonesas
Exclusiva: “Estás matando a algunos de los guardianes del medio ambiente más importantes de nuestro planeta”, le dicen los conservacionistas al primer ministro del país
Los Juegos Olímpicos de Tokio no pueden ser ecológicos mientras el país mate a las ballenas, que desempeñan un papel clave en la lucha contra la crisis climática, se advirtió al primer ministro japonés.
Los juegos, que comienzan el viernes, se anuncian como los más ecológicos de la historia, gracias a compromisos como el uso de energía 100% renovable y vehículos eléctricos.
Las medallas olímpicas de oro, plata y bronce se fabricarán con metales reciclados, los podios serán de plástico reciclado y las comidas de los espectadores se servirán en contenedores de papel reciclable.
Pero los conservacionistas han escrito al primer ministro japonés, Yoshihide Suga, diciendo que la “cruel e insostenible” caza comercial de ballenas del país está matando a algunos de los guardianes medioambientales más importantes del planeta.
La carta, remitida por seis organizaciones ecologistas y vista por The Independent, afirma que las ballenas desempeñan un papel fundamental en la captura y almacenamiento del dañino dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero que es el principal contribuyente a la emergencia climática.
Firmada por Humane Society International, Whale and Dolphin Conservation, Environmental Investigation Agency, Four Paws, el Animal Welfare Institute y la organización benéfica Orca, la carta explica: “Una forma de hacerlo es cuando se alimentan en la profundidad y luego defecan cerca de la superficie del agua, proporcionan nutrientes vitales al plancton vegetal, o fitoplancton, que crece en las aguas superiores iluminadas por el sol”, dice la carta.
“A nivel mundial, el fitoplancton absorbe hasta el 35% de todo el dióxido de carbono antropogénico producido”.
Las ballenas también almacenan toneladas de carbono en sus cuerpos, por lo que cuando mueren y sus cadáveres se hunden en el lecho marino, guardan de forma segura una media de 33 toneladas de carbono durante cientos de años, dice la carta, que pide a Japón que detenga la caza comercial de ballenas.
En 2019, Japón reanudó esta práctica después de no poder anular la prohibición de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), tras décadas de sobrepesca que habían llevado a las poblaciones de ballenas al borde de la extinción.
Japón justifica su caza anual de ballenas en nombre de la “caza científica”, matando 331 ese año. Se cree que la cifra del año pasado fue similar.
La “caza científica de ballenas” ha sido condenada tanto por la CBI como por la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
Las organizaciones conservacionistas advierten: “Nos encontramos en un momento crucial en nuestros esfuerzos globales para evitar un colapso climático catastrófico, y los eventos internacionales de alto perfil como los Juegos Olímpicos proporcionan una plataforma vital para promover la protección del medio ambiente.
“Como uno de los pocos países del mundo que sigue practicando la cruel e insostenible caza comercial de ballenas, Japón no puede ganar el oro para el medio ambiente hasta que sus compromisos se extiendan también al océano.
“Matar ballenas no sólo provoca un inmenso sufrimiento animal, sino que también está matando a algunos de los guardianes medioambientales más importantes de nuestro planeta”.
Los autores añaden que las ballenas desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento de los ecosistemas marinos. “Proteger a estas majestuosas criaturas no sólo es lo correcto desde el punto de vista ético, sino que también es lo más sensato desde el punto de vista ecológico. Tienen un valor ecológico intrínseco”.
Los científicos afirman que antes de que comenzara la caza industrial de ballenas, éstas absorbían hasta 1.9 millones de toneladas de carbono al año, pero al matarlas y procesarlas se devuelve el carbono a la atmósfera.
Claire Bass, directora ejecutiva en el Reino Unido de Humane Society International, aseguró: “Estos leviatanes oceánicos desempeñan un papel vital en el mantenimiento de la salud de los océanos y del clima, y en lugar de dispararles con arpones explosivos, Japón debería unirse a las naciones unidas en los esfuerzos por salvaguardar sus poblaciones y hábitats”.
The Independent ha pedido a la embajada japonesa en Londres que responda.