Zelenskyy recibe apoyo en el Congreso mexicano
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, recibe un espaldarazo del Congreso mexicano en un encuentro que organizaron legisladores opositores, en abierto desafío a la distante postura que ha mantenido el mandatario de México, Andrés Manuel López Obrador, frente a la invasión rusa a Ucrania
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, recibió el jueves un espaldarazo del Congreso mexicano en un encuentro que organizaron legisladores opositores, en abierto desafío a la distante postura que ha mantenido el mandatario de México, Andrés Manuel López Obrador, frente a la invasión rusa a Ucrania.
Entre aplausos de los diputados, fue recibido Zelenskyy en una teleconferencia en uno de los salones del Congreso, quien solicitó a México un mayor apoyo ante el conflicto bélico.
“México defiende la coexistencia pacífica de los pueblos y aspira a la estabilidad para cada nación, aspira a la seguridad. Por eso, estoy seguro que los mexicanos van a comprendernos”, dijo el mandatario ucraniano a través de un traductor. Pidió a México que respalde la fórmula ucraniana para lograr la paz y la realización de una cumbre en Latinoamérica para consolidar una postura regional sobre la guerra.
Zelenskyy reconoció el papel preponderante que cumple México en el escenario internacional y dijo que su voto en las Naciones Unidas es fundamental para defender los principio y objetivos de la Carta de la ONU y la integridad territorial de Ucrania.
“¿Será que no condenamos de manera igual a los que matan a la gente civil y queman las casas?”, se preguntó el gobernante ucraniano que denunció que “el mundo desgraciadamente aún está lleno de hipocresía”. Y agregó que “a los bandidos y agresores hay que llamarlos bandidos y agresores”.
El presidente de la Cámara de Diputados, el opositor Santiago Creel, manifestó el abierto apoyo a Zelenskyy y solicitó, en un discurso, el cese inmediato de la invasión rusa a Ucrania, tal como lo ha exigido el gobierno mexicano.
“México no puede ante ninguna circunstancia aceptar que otro país sea también víctima de este tipo de agresión”, dijo Creel al asegurar que lo que ha enfrentado Ucrania en más de un año de invasión representa “un atentado contra nuestros principios y creencias más arraigadas, contra nuestra práctica política democrática, contra nuestra manera de concebir el estado de derecho”.
Desde el oficialismo, se marcó distancia con el encuentro organizado por el Grupo de Amistad México-Ucrania, dirigido por opositores. “Los discursos ahí vertidos son a título personal y no corresponden a un mensaje del Congreso mexicano”, dijo el coordinador de la bancada oficialista en la Cámara de Diputados, Ignacio Mier Velazco. Insistió en que el evento “no representa la posición consensuada de la Cámara de Diputados”.
La intervención del mandatario ucraniano en el Congreso mexicano coincidió con el viaje que realiza por Latinoamérica el canciller ruso, Serguei Lavrov, quien está de visita el jueves en Cuba en el final de una gira que realizó por Brasil, Venezuela y Nicaragua, países con los que Moscú mantiene estrechas relaciones.
El diputado opositor Sergio Barrera dijo a la AP que tras el diálogo con Zelenskyy se espera consolidar las posiciones dentro del Congreso mexicano, controlado por el oficialismo, para darle un mayor apoyo a Ucrania, aunque admitió que dudaba de que pueda haber cambios en el gobierno de López Obrador que ha mantenido distancia en relación al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania alegando la no intervención en los asuntos internos de otros países.
México tardó en mostrar una postura clara de rechazo a la invasión rusa a Ucrania y se negó apoyar cualquier sanción a Rusia que no fueran sanciones multilaterales aprobadas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
En marzo del año pasado, en pleno recrudecimiento de las acciones bélicas en Ucrania, el embajador ruso en México fue recibido en el Congreso por un grupo de diputados mexicanos, miembros del partido oficialista y sus fuerzas aliadas, lo que generó protestas de opositores quienes entre carteles que decían “no a la guerra” rechazaron el acto.