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Rusia ante colapso bancario y drástica caída del nivel de vida por sanciones; poder de Putin en entredicho

Se han producido protestas públicas en Rusia que podrían ampliarse si la guerra no tiene éxito, aumentan las bajas y los ciudadanos de a pie se enfrentan a dificultades extremas

Ben Chapman
Lunes, 28 de febrero de 2022 15:30 EST
Los analistas redujeron el lunes sus previsiones para la economía rusa, pronosticando que se contraerá alrededor de un 10% este año, y dijeron que podrían llegar nuevas sanciones
Los analistas redujeron el lunes sus previsiones para la economía rusa, pronosticando que se contraerá alrededor de un 10% este año, y dijeron que podrían llegar nuevas sanciones (Sputnik/AFP via Getty Images)
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Rusia se enfrenta a una crisis bancaria, una profunda recesión y un dramático colapso del nivel de vida que podría socavar el poder de Vladimir Putin, según los expertos.

Los gobiernos occidentales aumentaron la presión sobre Moscú durante el fin de semana, luego de revelar una nueva ronda de sanciones punitivas que hicieron que el rublo se desplomara hasta un 30 por ciento cuando los mercados abrieron el lunes.

Los economistas advirtieron que los precios de los productos importados se dispararían, lo que provocaría una inflación del 20 por ciento y daría paso a un periodo de agitación que recordaría los trastornos que siguieron a la caída de la Unión Soviética.

Dado que la legitimidad de Putin se basa en su imagen de hombre fuerte que desterró el caos de la década de 1990 y restauró el orgullo ruso, cualquier signo de retorno a condiciones similares corre el riesgo de socavar el control de Putin sobre el poder, explicó Dan Arenson, analista de la consultora de riesgo político GPW.

“Si alguien se hacía ilusiones de que las sanciones iban a ser en gran medida desdentadas, es evidente que se han disipado”, afirmó Arenson.

“Esto va a tener un grave impacto en el ruso común y corriente”.

Los analistas redujeron el lunes sus previsiones para la economía rusa, pronosticando que se contraerá alrededor de un 10 por ciento este año, y señalaron que podrían llegar nuevas sanciones.

¿Qué sanciones se han anunciado?

Mientras que Rusia ha tratado de agudizar el uso de un nuevo tipo de guerra de información para debilitar a sus aliados, la rápida escalada de sanciones financieras representa el uso más ambicioso de su armamento económico por parte de Occidente.

Dos medidas podrían dañar seriamente tanto la capacidad de Rusia para comerciar con el resto del mundo como para apuntalar su economía.

En primer lugar, se va a bloquear a varios bancos rusos el uso del sistema de mensajería Swift, una parte clave de la infraestructura que utilizan los bancos para comunicar de forma segura los detalles de los pagos.

Sin él, el comercio se vuelve mucho más difícil. Aunque las exportaciones de energía están exentas, los comerciantes de materias primas se enfrentan a una considerable incertidumbre sobre su riesgo de estar expuestos a las entidades rusas sancionadas, lo que significa que las exportaciones rusas de petróleo y gas están amenazadas.

Y lo que es más grave, los activos de los bancos centrales rusos en el Reino Unido, EE.UU. y la Unión Europea quedarán congelados. La medida limita gravemente la capacidad de Rusia para sostener su moneda, que se está hundiendo.

Las consecuencias: una inflación galopante

Las grandes caídas del valor del rublo significan que la importación de bienes será mucho más cara, lo que provocará una rápida y dramática caída del nivel de vida.

Liam Peach, analista de mercados emergentes de Capital Economics, prevé que la inflación se eleve hasta el 20 por ciento.

El banco central de Rusia intervino para intentar combatir esta situación, duplicando los tipos de interés del 9,5 por ciento al 20 por ciento. Es probable que los préstamos caros reduzcan aún más el crecimiento económico.

“La combinación de una inflación muy alta y unos tipos de interés muy elevados afectará a la demanda en Rusia”, afirma Peach.

A su vez, se espera que esto ejerza más presión sobre los bancos del país.

Pánico y crisis bancarios

“El sector bancario parece estar ahora mismo al borde de una crisis total”, afirma Peach. El domingo ya se reportaron largas colas en los bancos rusos para retirar dinero.

“Una vez que comienza el pánico bancario, es muy difíciles de detener”. El Banco Central de Rusia trató de asegurar a los ciudadanos que su dinero estaba a salvo y les instó a no retirar su dinero.

La historia demuestra ampliamente que este tipo de medidas para tranquilizar los ánimos suelen tener precisamente el efecto contrario, y solo generan más alarma y alertan a la gente de un posible problema.

Peach espera que los bancos, bajo presión, empiecen a frenar los préstamos, lo que supondría una presión adicional para la economía rusa.

Las señales de tensión en el sistema financiero ruso son cada vez mayores. El lunes, el BCE (Banco Central Europeo) advirtió que el brazo europeo del mayor prestamista ruso, Sberbank, se enfrenta a la quiebra después de que los depositantes intentaran retirar su dinero rápidamente.

Más sanciones: ¿un embargo?

Rusia ya se enfrenta a algo no muy lejano a un embargo efectivo de su comercio con gran parte de la economía mundial, afirma Henry Smith, socio de la consultora de riesgos Control Risks.

Muchos expertos sostienen que es probable que las sanciones vayan más allá, apuntando directamente a los sectores energético y minero que proporcionan gran parte de los ingresos de Rusia.

Si Putin intensifica su campaña en Ucrania, sobre todo con una mayor pérdida de vidas civiles, entonces un embargo comercial en toda regla -que muchos consideraban inconcebible hace una semana- está ahora en juego.

No solo los gobiernos están actuando. Se espera que un número cada vez mayor de empresas retiren sus inversiones en Rusia en los próximos días. Incluso cuando esas inversiones no infringen las sanciones, los riesgos financieros y de reputación de permanecer en Rusia pueden considerarse demasiado grandes.

Shell, Exxon y otras compañías petroleras se encuentran entre las que se enfrentan a la presión de desprenderse de sus inversiones en Rusia después de que BP anunciara que venderá su participación del 20 por ciento en la petrolera rusa Rosneft.

¿Cómo podría Rusia hacer frente a esta amenaza?

Las opciones de Rusia para afrontar la crisis, apoyar su moneda y evitar el colapso económico, se han visto muy limitadas por las sanciones impuestas a su banco central.

Cuando el valor de la moneda de un país cae bruscamente, el banco central suele vender sus reservas de divisas y comprar su propia moneda para apoyar su valor.

Para protegerse de posibles sanciones occidentales, Rusia ha acumulado en los últimos años US$643.000 millones en reservas de divisas, como el dólar, el euro y el yuan. Pero ahora le resultará muy difícil utilizar estas reservas.

La mitad de los activos del banco central ruso en Occidente están congelados, y existen importantes obstáculos prácticos para vender la otra mitad que se encuentra en Rusia, China y otras jurisdicciones.

Por lo tanto, el banco central es incapaz de apoyar eficazmente el rublo, lo que significa que es posible que se produzcan nuevas caídas, arrastrando el nivel de vida aún más.

Consecuencias políticas: disturbios y protestas públicas

En Rusia se han producido protestas públicas a pequeña escala, que podrían ampliarse si la guerra no tiene éxito, aumentan las bajas y los ciudadanos de a pie se enfrentan a dificultades extremas, según los expertos.

“Hace falta una cantidad inimaginable de valentía para protestar en Rusia”, afirma Dan Arenson, de GPW. “Pero a medida que el nivel de vida de la gente se ve afectado, obviamente, su desesperación aumenta”.

Ha quedado claro que no hay una gran corriente de apoyo público ruso a la invasión de Ucrania, que se ha vendido a la gente a través de la propaganda del Kremlin como una operación defensiva limitada y necesaria.

El aumento de las bajas haría que esa posición pareciera cada vez más irreal a los ojos de los rusos de a pie, señala Arenson.

Si bien la perturbación económica masiva ejercerá presión sobre Putin, su poder sigue descansando en el apoyo de un pequeño cuadro de partidarios multimillonarios, muchos de los cuales han sido objeto de sanciones durante años.

En los últimos días, hay señales de que el apoyo entre este grupo puede estar deshilachándose. Dos oligarcas rusos, Mikhail Fridman y Oleg Deripaska, han denunciado la invasión de Ucrania por parte de Moscú. Puede que Putin piense que puede capear cualquier malestar en su país, pero hay un grupo que no puede permitirse perder.

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