Miles de civiles evacúan del nordeste de Ucrania mientras Rusia presiona en la frontera
Miles de civiles más huyeron de la renovada ofensiva terrestre rusa en el nordeste de Ucrania, que ha golpeado ciudades y pueblos con fuego de artillería y mortero, según dijeron las autoridades el domingo.
Las intensas batallas han obligado a retirarse al menos a una unidad ucraniana en la región de Járkiv, cediendo más terreno a las fuerzas rusas en poblaciones menos defendidas de la llamada “zona gris” junto a la frontera con Rusia.
Entre tanto, un edificio de apartamentos de 10 plantas se derrumbó en la ciudad rusa de Belgorod, cerca de la frontera, con reportes de varios muertos y heridos. Las autoridades rusas dijeron que el edificio se había venido abajo tras ser blanco de proyectiles ucranianos. Ucrania no hizo comentarios sobre el suceso.
Al menos 4.000 civiles han huido de la región de Járkiv desde el viernes, cuando las fuerzas de Moscú iniciaron la operación, indicó el gobernador, Oleh Syniehubov, en un comunicado en redes sociales. El domingo se produjeron intensos combates en la línea nororiental del frente, donde las fuerzas rusas atacaron 27 poblaciones en las últimas 24 horas.
Los analistas dicen que la campaña rusa está diseñada para aprovechar la falta de munición del otro bando antes de que los suministros occidentales prometidos puedan llegar al frente. Los soldados ucranianos dijeron que el Kremlin está utilizando la táctica habitual rusa de emplear un fuego desproporcionado y ataques de infantería para agotar a sus tropas y su potencia de fuego.
El avance se producía después de que Rusia redoblara en marzo sus ataques contra infraestructura y poblaciones ucranianas, lo que según los analistas era un intento de Moscú de preparara el terreno a una ofensiva.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, dijo que frenar el avance ruso en la zona era una prioridad y que las tropas de Kiev continuaban con su contraofensiva en siete pueblos en la región de Járkiv.
“Desbaratar las intenciones ofensivas rusas es ahora nuestra tarea número uno. Que tengamos éxito en esa tarea depende de cada soldado, cada sargento, cada oficial”, afirmó.
El Ministerio ruso de Defensa dijo el sábado que las fuerzas de Moscú habían capturado cinco pueblos en la frontera de la región ucraniana de Járkiv y Rusia. Era probable que esas zonas estuvieran poco fortificadas debido al aspecto dinámico de los combates y al bombardeo constante, lo que facilitó el avance ruso.
Las autoridades ucranianas no han confirmado los avances de Moscú.
Una unidad ucraniana dijo que se había visto obligada a retirarse en algunas zonas y que las fuerzas rusas habían tomado al menos un pueblo más el sábado por la noche.
En un video el sábado por la noche, la unidad Hostri Kartuzy, parte de la sección de fuerzas especiales de la guardia nacional ucraniana, dijo que estaba luchando por el control del pueblo de Hlyboke.
“Hoy, durante intensos combates, nuestros defensores se vieron obligados a retirarse de unas pocas más de sus posiciones, y hoy otra población ha quedado completamente bajo control ruso. Para las 20:00, la lucha por el pueblo de Hlyboke sigue en marcha”, dijeron los combatientes en el video.
El Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Estados Unidos, dijo el sábado que veía fiables las afirmaciones de que Moscú había tomado Strilecha, Pylna, Pletenivka y Borsivika, y que las imágenes geolocalizadas también parecían indicar que las fuerzas rusas han tomado Morokhovets y Oliinykove. Describió las recientes ganancias rusas como “tácticamente significativas”.
En los primeros días de la guerra, Rusia hizo un intento fallido de tomar Járkiv con rapidez pero se retiró de sus alrededores tras aproximadamente un mes. En el otoño de 2022, siete meses más tarde, el ejército ucraniano expulsó de Járkiv a las tropas rusas. El audaz contraataque ayudó a persuadir a los países occidentales de que Ucrania podía derrotar a Rusia en el campo de batalla y merecía apoyo militar.