Exjefe de inteligencia de Venezuela se declara culpable de narcoterrorismo antes de su juicio
Un exdirector de inteligencia venezolano que fue cercano al fallecido presidente Hugo Chávez se declaró culpable el miércoles de cargos de narcotráfico, una semana antes de que comenzara su juicio en un tribunal federal de Manhattan.
El general de brigada retirado Hugo Carvajal fue extraditado desde España en 2023 tras pasar más de una década prófugo de las autoridades estadounidenses, incluido un fallido arresto en Aruba mientras representaba al gobierno del actual presidente venezolano Nicolás Maduro.
Carvajal se declaró culpable en el tribunal de los cuatro cargos penales, incluido narcoterrorismo, en una imputación que lo acusa de encabezar un cártel compuesto por altos oficiales militares venezolanos que intentaron "inundar" Estados Unidos con cocaína, en complicidad con guerrilleros izquierdistas de la vecina Colombia.
En una carta esta semana al abogado defensor, los fiscales dijeron creer que las pautas federales de sentencia exigen que Carvajal, de 65 años, cumpla un mínimo obligatorio de 50 años de prisión.
Apodado "El Pollo", Carvajal asesoró a Chávez durante más de una década. Posteriormente rompió con Maduro —el sucesor elegido por Chávez— y brindó su apoyo a la oposición política respaldada por Estados Unidos, en un llamativo cambio de posición.
En una grabación realizada desde un lugar no revelado, Carvajal exhortó a sus antiguos compañeros militares a rebelarse, un mes después de que surgieron protestas masivas en las que se exigía reemplazar a Maduro con el legislador Juan Guaidó, quien encabezaba la Asamblea Nacional, elegida democráticamente. El primer gobierno de Trump reconoció a Guaidó como gobernante legítimo de Venezuela.
La esperada revuelta en los cuarteles nunca se concretó, y Carvajal huyó a España. En 2021 fue capturado mientras se ocultaba en un apartamento de Madrid, luego de que hizo caso omiso de una orden de extradición española y desaparecer.
La declaración de culpabilidad sin reservas de Carvajal, sin ir acompañada de ninguna promesa de clemencia por parte de las autoridades, podría formar parte de una apuesta para ganar créditos en el futuro por cooperar con las iniciativas de Estados Unidos contra Venezuela, que posee las mayores reservas de petróleo del mundo.
Aunque Carvajal carece de poder desde hace años, sus simpatizantes dicen que puede proporcionar información que podría ser valiosa sobre el modus operandi de la expansión de la banda venezolana Tren de Aragua en Estados Unidos, al igual que sobre las actividades de espionaje de los gobiernos de Cuba, Rusia, China e Irán, todos aliados de Maduro.
Además podría estar tratando de atraer la atención de Trump con información sobre Smartmatic, una empresa de tecnología electoral. Uno de los subordinados de Carvajal desempeñó un papel importante en la autoridad electoral de Venezuela cuando esa compañía iniciaba operaciones.
Smartmatic, con sede en Florida, dice que su negocio global fue diezmado cuando Fox News transmitió afirmaciones falsas de aliados de Trump de que ayudó a manipular las elecciones estadounidenses en 2020. Uno de los fundadores venezolanos de la empresa fue acusado posteriormente en Estados Unidos, en un caso de soborno relacionado con su trabajo en Filipinas.
Gary Berntsen, un exfuncionario de la CIA en América Latina que supervisó comandos que cazaban a Al Qaeda, envió una carta pública esta semana a Trump, en la cual instó al Departamento de Justicia a retrasar el inicio del juicio de Carvajal, de forma que las autoridades puedan interrogar al exjefe de inteligencia.
"No es un ángel, es un hombre muy malo", expresó Berntsen en una entrevista. "Pero necesitamos defender la democracia".
El abogado de Carvajal, Robert Feitel, dijo que los fiscales anunciaron en el tribunal este mes que nunca le extendieron una oferta de declaración de culpabilidad a su cliente ni intentaron reunirse con él.
"Creo que eso fue un error enorme", le dijo Feitel a The Associated Press, y declinó hacer más comentarios. "Tiene información que es extraordinariamente importante para nuestra seguridad nacional y las labores policiales".
En 2011, los fiscales alegaron que Carvajal utilizó su oficina para coordinar el contrabando de aproximadamente 5.600 kilogramos (12.300 libras) de cocaína en un avión desde Venezuela a México en 2006. A cambio, aceptó millones de dólares de los traficantes de drogas, indicaron los fiscales.
Supuestamente él organizó el envío, siendo uno de los líderes del llamado Cártel de los Soles, una referencia a los insignias del sol adheridas a los uniformes de los altos oficiales militares venezolanos. La cocaína fue suministrada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, a las que Estados Unidos ha calificado de ser una organización terrorista y que durante años se refugió en Venezuela mientras intentaba derribar al gobierno de Colombia.
Carvajal "explotó su posición de director de inteligencia militar de Venezuela y abandonó su responsabilidad hacia el pueblo de Venezuela para causarle intencionalmente daño a Estados Unidos", manifestó el administrador interino de la DEA, Robert Murphy. "Después de años de intentar evadir la ley, (él) probablemente pasará el resto de su vida en una prisión federal".
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El periodista de The Associated Press Larry Neumeister contribuyó desde Nueva York.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.