Entre protestas, partido de ultraderecha alemán inicia convención tras su buen resultado electoral
El partido de ultraderecha Alternativa para Alemania inició el sábado una convención tras sus buenos resultados en las recientes elecciones europeas, mientras sus opositores celebraban manifestaciones a gran escala y algunos trataron de cortar carreteras o se enfrentaron a la policía.
AfD obtuvo el 15,9% de los votos y fue la segunda fuerza más votada en el país en los comicios al Parlamento Europeo del 9 de junio, a pesar de una serie de escándalos y reveses en los últimos meses. Sus buenos resultados en el este, antiguamente comunista, han avivado sus esperanzas de convertirse en la primera opción en las tres elecciones estatales que se celebrarán en la región en septiembre.
Se espera que en su congreso anual, que se celebra en la ciudad occidental de Essen, Alice Weidel y Tino Chrupalla salgan reelegidos para seguir al frente de la formación.
La ciudad contaba con una fuerte presencia policial. Las autoridades locales trataron de impedir la celebración del acto de AfD, pero perdieron el caso en los tribunales. En total, se espera que hasta 100.000 personas participen en una serie de contramanifestaciones y otros actos durante el fin de semana, según la agencia noticiosa alemana dpa.
El viernes en la noche, unas 5.000 personas asistieron a una rave pacífica contra AfD, dijo la policía. A primera hora del sábado, un grupo de manifestantes intentó superar una de las barreras instaladas en la ciudad y fueron repelidos por la policía con espray de pimienta y porras.
También se registraron incidentes en los que manifestantes enmascarados atacaron a agentes, según la policía, que reportó “varias” detenciones.
Los inconformes celebraron sentadas en las calles y los cruces próximos al centro de congresos. Varios legisladores de AfD contaron que la policía los recogió en su hotel y los escoltó hasta el lugar, mientras que otros delegados llegaron caminando sin problemas, apuntó dpa.
En la apertura del congreso, Weidel dijo a los asistentes que “lo que está ocurriendo ahí fuera no tiene nada que ver con la democracia” y prometió que “estamos aquí y nos quedaremos”.