El ministro ruso de Exteriores visita Beijing para recalcar los lazos con su aliado político
El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, llegó el lunes a Beijing para demostrar los estrechos lazos con China, una cercana aliada, en plena guerra de desgaste de Rusia contra Ucrania.
Los dos estados, ambos autoritarios y del tamaño de continentes, chocan cada vez más con países democráticos al tiempo que intentan ganar influencia en África, Oriente Medio y América del Sur. China ha respaldado las afirmaciones rusas de que el presidente, Vladímir Putin, inició su invasión de plena escala en 2022 debido a las provocaciones occidentales, sin presentar pruebas sólidas.
Los ministros tenían previsto “comentar la situación en Ucrania y la región Asia-Pacífico, asuntos de cooperación bilateral e interacción en el plano internacional”, indicó la agencia estatal rusa de noticias Tass, que citaba a la vocera del Ministerio ruso de Exteriores, María Zajárova.
Se esperaba que Lavrov se reuniera con su homólogo chino, Wang Yi, que ha visitado Rusia durante el conflicto y mantenido la posición china de no describir la guerra rusa en Ucrania como una invasión.
La visita de Lavrov coincidía con la de la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, que el lunes concluyó cuatro días de reuniones con funcionarios chinos y dijo en Beijing que había mantenido “conversaciones difíciles” sobre seguridad nacional, incluidas las preocupaciones en Washington sobre que empresas chinas estén respaldando a Rusia en su guerra en Ucrania.
Yellen también dijo que el gobierno de Joe Biden presionará a China para que cambie una estrategia industrial que supone una amenaza para empleos en Estados Unidos.