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Terremoto en Haití: cientos de muertos después de que un terremoto de magnitud 7.2 devastó la isla

El Servicio Geográfico de los Estados Unidos emitió una "alerta roja", advirtiendo que las víctimas mortales podrían ser miles

Chiara Giordano,Sabrina Johnson
Lunes, 16 de agosto de 2021 10:44 EDT
Los haitianos se enfrentan a las consecuencias inmediatas del devastador terremoto.
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Más de 300 personas han muerto después de que un terremoto de 7.2 grados de magnitud sacudiera Haití, a pocos días de que una tormenta tropical toque tierra en la isla.

Se ha confirmado la muerte de al menos 304 personas y más de mil 800 han resultado heridas tras el potente terremoto del sábado, según las autoridades haitianas.

El Servicio Geográfico de Estados Unidos ha emitido una “alerta roja” por la catástrofe, estimando que las víctimas mortales podrían llegar a ser miles.

“Es probable que se produzcan muchas víctimas y grandes daños, y es probable que la catástrofe se extienda”, dijo el Servicio Geográfico, añadiendo: “Las anteriores alertas rojas han requerido una respuesta nacional o internacional”.

El primer ministro del país, Ariel Henry, informó que estaba movilizando todos los recursos gubernamentales disponibles para ayudar a las víctimas en las zonas afectadas.

El epicentro se situó a unas 78 millas al oeste de la capital, Puerto Príncipe, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.

La agencia de protección civil de Haití dijo que se enviarían equipos de búsqueda a la zona.

Los trabajadores de rescate y los transeúntes pudieron sacar a muchas personas de los escombros, confirmó la agencia el sábado en Twitter. Detalló que los heridos seguían siendo trasladados a los hospitales.

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La ciudad grande más cercana era Les Cayes, donde muchos edificios se derrumbaron o sufrieron grandes daños, según las autoridades, que dijeron que estaban buscando supervivientes.

Jean Marie Simon, de 38 años, un residente de Les Cayes que estaba en el mercado cuando se produjo el terremoto, corrió a su casa para ver si su familia estaba a salvo.

“Vi cómo sacaban cuerpos de los escombros, heridos y quizás muertos. Oí gritos de dolor por todos los sitios por los que pasé”, expresó.

Su mujer y su hijo de dos años se estaban bañando y salieron a la calle, desnudos, justo antes de que se derrumbara la fachada de la casa. Simón le dio a su mujer su camisa y se refugiaron en el patio de una iglesia con otros vecinos. La casa de su madre también se había derrumbado.

“Hay muchas réplicas y cada vez que hay una, la gente corre y grita”, comentó. “Todavía me tiemblan las piernas”.

Henry publicó en Twitter que el “violento terremoto” había causado pérdidas de vidas y daños en varias partes del país, y también hizo un llamamiento a los haitianos para que se unan mientras “afrontan esta dramática situación en la que estamos viviendo ahora”.

Declaró el estado de emergencia durante un mes en todo el país. En una conferencia de prensa, declaró que no pediría ayuda internacional hasta que se conociera el alcance de los daños.

Mencionó que algunas ciudades estaban casi completamente arrasadas y que el gobierno tenía personal en la ciudad costera de Les Cayes para ayudar a planificar y coordinar la respuesta.

“Lo más importante es recuperar el mayor número posible de supervivientes bajo los escombros”, indicó Henry.

“Hemos sabido que los hospitales locales, en particular el de Les Cayes, están desbordados de heridos y fracturados”.

Comentó que la Cruz Roja Internacional y los hospitales de las zonas no afectadas estaban ayudando a atender a los heridos, y apeló a la unidad de los haitianos.

“Las necesidades son enormes. Debemos atender a los heridos y fracturados, pero también proporcionar alimentos, ayuda, refugio temporal y apoyo psicológico”, dijo.

Más tarde, mientras subía a un avión con destino a Les Cayes, Henry aclaró que quería una “solidaridad estructurada” para garantizar que la respuesta estuviera coordinada y evitar la confusión que siguió al devastador terremoto de 2010, cuando la ayuda tardó en llegar a los residentes después de que murieran hasta 300 mil personas.

Los vídeos publicados en las redes sociales mostraban edificios derrumbados cerca del epicentro y gente corriendo por las calles.

Entre los fallecidos en el terremoto se encontraba Gabriel Fortune, legislador de larga data y exalcalde de Les Cayes.

Murió junto con otras personas cuando su hotel, Le Manguier, se derrumbó, informó el periódico haitiano Le Nouvelliste.

Philippe Boutin, de 37 años, que vive en Puerto Rico pero visita anualmente a su familia en Les Cayes, indicó que su madre estaba rezando las oraciones de la mañana cuando comenzó el temblor, pero pudo salir de la casa.

Señaló que el terremoto coincidió con las festividades para celebrar el santo patrón de la ciudad, y añadió que probablemente el hotel estaba lleno y la pequeña ciudad tenía más gente de lo habitual. “Todavía no sabemos cuántas personas están bajo los escombros”, dijo.

Las labores de rescate se han visto obstaculizadas por un corrimiento de tierras provocado por el terremoto que ha bloqueado una importante carretera que conecta las localidades de Jeremie y Les Cayes, muy afectadas, según la agencia de protección civil de Haití.

Los trabajadores humanitarios comentaron que la actividad de las bandas en el distrito costero de Martissant, justo al oeste de la capital haitiana, también estaba complicando los esfuerzos de ayuda.

El sacerdote católico Fredy Elie, que comenzó a trabajar con la Congregación Misión en Haití tras el terremoto de 2010, pidió ayuda.

“Es hora de abrir el camino a los que quieren ayudar; necesitan la ayuda de todos nosotros”, expresó.

“Nadie puede viajar por la zona”, reiteró Ndiaga Seck, portavoz de UNICEF en Puerto Príncipe.

“Sólo podemos sobrevolar o tomar otra ruta”.

Seck mencionó que la información sobre las muertes y los daños llegaba con lentitud a Puerto Príncipe debido a la irregularidad del servicio de Internet, pero que UNICEF tenía previsto enviar suministros médicos a dos hospitales del sur, en Les Cayes y Jeremie.

Los habitantes de Puerto Príncipe sintieron el temblor y muchos se lanzaron a las calles por miedo, aunque no parecía haber daños en la zona.

El terremoto también envió ondas de choque hasta Cuba y Jamaica, aunque no se informó de daños materiales, muertos o heridos en ninguno de los dos países.

Naomi Verneus, de 34 años, residente en Puerto Príncipe, comentó que el terremoto la despertó y que su cama temblaba.

“Me desperté y no tuve tiempo de ponerme los zapatos”, dijo. “Vivimos el terremoto de 2010 y lo único que pude hacer fue correr. Después recordé que mis dos hijos y mi madre seguían dentro. Mi vecino entró y les dijo que salieran. Salimos corriendo a la calle”.

Paul Caruso, geofísico del USGS, previó que es probable que las réplicas continúen durante semanas o meses, y que la mayor hasta ahora ha registrado una magnitud de 5.2.

El empobrecido país, donde muchos viven en condiciones precarias, es vulnerable a los terremotos y huracanes.

Fue golpeado por un terremoto de magnitud 5.9 en 2018 que mató a más de una docena de personas, y un terremoto de magnitud 7.1 que dañó gran parte de la capital en 2010 y mató a unas 300 mil personas.

El Centro Nacional de Huracanes ha pronosticado que la tormenta tropical Grace llegará a Haití a última hora de la noche del lunes o la madrugada del martes.

El terremoto se produjo más de un mes después de que el presidente Jovenel Moise fuera asesinado, enviando al país al caos político, y los grupos de ayuda humanitaria dijeron que el terremoto aumentará el sufrimiento.

“Nos preocupa que este terremoto sea una crisis más que se suma a las que ya sufre el país, incluyendo el empeoramiento del estancamiento político tras el asesinato del presidente, la covid y la inseguridad alimentaria”, detalló Jean-Wickens Merone, portavoz de World Vision Haití.

También ha surgido la preocupación por la seguridad de los niños de Haití en medio de la “emergencia humanitaria masiva” creada por el terremoto.

Leila Bourahla, directora de Save the Children en Haití, informó: “El personal de la región está viendo una horrible devastación: decenas de casas derrumbadas, numerosos heridos y víctimas mortales.

“Aunque tardaremos días en evaluar la magnitud de los daños, está claro que se trata de una emergencia humanitaria masiva. Debemos responder con rapidez y decisión”.

“Los niños son siempre los más afectados y estoy muy preocupado por su seguridad inmediata”.

Información adicional de Associated Press

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