Incautan metanfetamina y heroína en Tailandia por valor de 8,2 millones de dólares
La policía tailandesa dijo el jueves que incautó uno de los mayores alijos de drogas ilícitas de su historia, con metanfetamina y heroína por un valor de calle estimado en 8,2 millones de dólares.
Las drogas fueron incautadas el miércoles por la noche durante el allanamiento de una casa en Nakhon Pathom, al oeste de Bangkok, en la que fueron arrestados cuatro hombres por posesión de drogas ilegales. Supuestamente confesaron que rentaron la casa para ocultar las drogas antes de distribuirlas a vendedores de la zona suburbana de la capital.
El alijo incluía 15 millones de tabletas de metanfetamina, 443 paquetes de heroína, 420 kilos de metanfetamina cristalizada y una cantidad de drogas que habitualmente se utilizan para recreación en fiestas, como el “agua feliz" —un polvo compuesto por sustancias psicoactivas que se disuelve para beber— y ”cinco-cinco", un sedante fuerte con el nombre farmacéutico de Nimetazepam, dijo la policía.
La incautación fue el resultado de una investigación de dos años que comenzó con el arresto de un miembro de la banda, según la policía. No revelaron el origen de las drogas, pero expertos de la ONU y otras organizaciones han dicho que la mayor parte de la metanfetamina y heroína en la región proviene de Myanmar.
“La operación de incautación en Nakhon Pathom sin duda es importante, un gran resultado. Pero también es un resultado directo del colapso de la seguridad y la expansión de la provisión de metanfetamina en el vecino Myanmar”, dijo a la Associated Press el representante de la Oficina de la ONU contra las Drogas y el Delito en el sudeste asiático y el Pacífico, Jeremy Douglas. “No vemos que mejore la situación, y es probable que se produzcan más de estos sucesos".
Myanmar es históricamente el mayor productor de drogas de la región, debido en parte a las medidas de seguridad laxas en las zonas e frontera donde grupos étnicos minoritarios luchan por una mayor autonomía. Algunos de los poderosos grupos étnicos armados se dedican a la producción de narcóticos desde hace décadas.