Por qué la guerra de los talibanes contra las mujeres es la crisis de derechos de mujeres más grave del mundo
“Perdimos nuestra libertad, perdimos nuestros trabajos, perdimos nuestro estatus”, dice Marzia Babakarkhail, activista afgana
Un año después de que los talibanes tomaran el control de Afganistán, las libertades, las vidas y el bienestar de las mujeres en el país han sido destruidos y devastados.
Desde infringir el derecho de las niñas a la educación hasta ordenar a las mujeres que permanezcan encerradas en casa siempre que sea posible, el asalto a toda velocidad contra los derechos de las mujeres se ha incrementado de forma constante a lo largo del último año. Después de todo, estas son solo dos de muchas políticas muy restrictivas dirigidas a las mujeres.
Los expertos se reunieron para un evento muy emotivo organizado por mí misma, Maya Oppenheim, corresponsal de mujeres de The Independent, para discutir la espantosa guerra que los talibanes han librado contra las mujeres desde que llegaron al poder.
“No hay esperanza para las mujeres en Afganistán”, dijo a la audiencia Marzia Babakarkhail, una de las panelistas, quien antes trabajó como jueza de un tribunal de familia en Afganistán.
Babakarkhail, ahora activista con residencia en Manchester, señaló que las mujeres y niñas afganas lo habían perdido todo “de la noche a la mañana” y advirtió que su país ahora está “roto”.
Detalló que todos los días está en contacto con mujeres en Afganistán que sufren por su situación, y agregó que los talibanes se han vuelto cada vez más “peligrosos” para las mujeres a medida que pasa el tiempo.
Babakarkhail expresó su preocupación por las exjuezas que siguen atrapadas y escondiéndose de los talibanes en Afganistán. Añadió que temen por sus vidas mientras pedía ayuda a los británicos y a otras personas de todo el mundo.
“Abro mi WhatsApp todas las mañanas, me envían mensajes muy desesperados”, contó.
Babakarkhail acusó a los talibanes de intentar matarla en Afganistán en 1997 y de nuevo en Pakistán en 2007.
Durante la discusión de esta semana, la activista le dijo a los televidentes: “No es fácil ver que su gente muere, que los talibanes no los respetan, perdimos nuestra libertad, perdimos nuestros trabajos, perdimos nuestro estatus”.
Los talibanes han intensificado las restricciones desde que tomaron el poder de la capital afgana, Kabul, a mediados de agosto del año pasado, cuando las fuerzas estadounidenses y británicas se retiraron. El grupo islamista acérrimo, que antes había gobernado al país, eliminó a las mujeres de sus trabajos y la educación y les ha prohibido participar en todos los deportes.
Heather Barr, otra panelista, le comentó a los espectadores que al inicio hubo una gran discusión sobre la posibilidad de un “Talibán 2.0”, y algunos se aferraron a la esperanza de que el grupo islamista hubiera cambiado durante las negociaciones iniciales para la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán.
“La situación actual en Afganistán es la crisis de derechos de las mujeres más grave del mundo y es la crisis de derechos de las mujeres más grave del mundo desde 1996, cuando los talibanes tomaron el poder por última vez”, expresó Barr, directora adjunta de la División de Derechos de las Mujeres en Human Rights Watch.
La última vez que los talibanes gobernaron el país, a las mujeres se les prohibió trabajar, las niñas no pudieron ir a la escuela y a las mujeres las tenían que acompañar un pariente masculino si querían salir de la casa.
Barr señaló que había “muchos diplomáticos extranjeros en Washington y otras capitales” ansiosos por creer en las “promesas de los talibanes”, en que su actitud hacia los derechos de las mujeres había cambiado y ahora respetaban su derecho al empleo y la educación.
“Pero hubo otro grupo de personas que nunca creyeron en ninguna de las promesas de los talibanes y esas personas eran las mujeres afganas”, aseveró.