Pese a exoneración, se divulga evidencia de EE.UU. contra general Salvador Cienfuegos
Cienfuegos fue arrestado en octubre y un mes después Estados Unidos lo devolvió a México tras retirar los cargos en su contra bajo presión del gobierno mexicano.
México divulgó el viernes 751 páginas de la evidencia que Estados Unidos usó para acusar de narcotráfico al exsecretario mexicano de la Defensa, general Salvador Cienfuegos Zepeda, quien fue detenido en Los Ángeles, luego liberado por una jueza y esta semana exonerado por las autoridades mexicanas.
La difusión del expediente de las autoridades estadounidenses, algo inédito en el país, ocurrió un día después de que la Fiscalía General de México anunció que no procesaría a Cienfuegos tras considerar que al revisar de la información proporcionada por Estados Unidos no encontró pruebas para incriminar al general.
Cienfuegos fue arrestado en octubre y un mes después Estados Unidos lo devolvió a México tras retirar los cargos en su contra bajo presión del gobierno mexicano.
El presidente Andrés Manuel López Obrador demeritó el viernes la evidencia de Estados Unidos contra Cienfuegos y acusó a la agencia antidrogas estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés) de fabricar el caso contra el exsecretario y de mostrar una falta de profesionalismo en su investigación.
No estaba claro de inmediato si la divulgación de los documentos podrían afectar otras investigaciones en Estados Unidos.
El documento contiene transcripciones de mensajes de Blackberry intercambiados presuntamente entre miembros de un cartel de las drogas y Cienfuegos, que según fiscales estadounidenses era identificado como “El Padrino”, “Zepeda” y/o “Sepeda”. Todas las páginas tienen una leyenda que dice: “Compartido por orden judicial, no para su distribución”.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos informó el viernes que se reservaba el derecho de reanudar el caso contra Cienfuegos. Fiscales estadounidenses habían dicho que Cienfuegos habría aceptado sobornos del cartel del H-2 a cabo de no realizar operaciones en su contra, pero sí tomar acciones contra sus rivales. También fue acusado de presentar a presuntos líderes del cartel a otros funcionarios mexicanos.
El expediente comienza con mensajes de texto con faltas de ortografía e intercambiados en diciembre de 2015 supuestamente entre Daniel Silva-Gárate, alias el H-9, y Juan Francisco Patrón Sánchez, el H-2, quien era una figura del narcotráfico en el estado occidental de Nayarit, en el Pacífico mexicano. Ambos murieron dos años después en tiroteos con la Marina mexicana.
En el intercambio de mensajes, Silva-Gárate, un lugarteniente de Patrón Sánchez, describe que asiste a una reunión con “El Padrino”.
Silva-Gárate dice que lo recogieron hombres con el pelo muy corto y que usan boinas. Describe que van viajando en tres camionetas con vidrios oscuros, “y van como lokos”, escoltados por motocicletas
En un momento, Patrón Sánchez dice a su subordinado que “El Padrino” es “el segundo presidente” y le pide que “hable tranquilo” con él. Silva-Gárate dice que comerá con un hombre “güero” (rubio) y grande edad (Cienfuegos es moreno) y que es llevado a una casa en el barrio de Las Lomas, una de las zonas más ricas de la capital mexicana.
En otra parte del intercambio, Silva-Gárate dice que lo llevan hacia la Secretaría de la Defensa Nacional. Patrón Sánchez le pide que le dé un “abrazo” y que le diga que “es un orgullo poder saludarlo” y que jamás “lo perjudicaremos”.
Silva Gárate dice que el hombre “güero” portaba uniforme. “Este sr. sí es el que sale en la tele”, escribe más adelante y luego redacta mal su nombre: Salvador Sinfuego Sepeda.
“Que quiere trabajar para que aga dinero”, escribe con faltas de ortografía Silva-Gárate a su jefe. “Ocupamos hacer algo de Colombia”, le responde Patrón Sánchez.
Silva-Gárate también describe una conversación con Virgilio Daniel Méndez Bazán, el asistente del secretario de la Defensa, aunque escribe mal su segundo apellido y lo pone como “Vazan”.
Dice que “El Padrino” está preocupado por su seguridad y quiere que borren las referencias a él y los dos acuerdan tirar sus teléfonos después de que acaba una reunión.
Patrón Sánchez bromea y dice que no hay manera de que no lo reconozcan.
Después de que Patrón Sánchez le cuenta que un bote que salía de Colombia y transportaba droga fue aparentemente detenido, Silva-Gárate le dice a su jefe que “El Padrino” le ha dicho que tiene “amistades” en Colombia.
En un momento, Silva-Gárate le pregunta a su jefe qué quiere de “El Padrino” y le contesta que desea que no los molesten en las rutas martítimas para traer droga desde Colombia. El hombre responde que aquél le manda decir que mientras él esté, será “libre” y que “nunca le van a hacer operativos fuertes”.
“Que usted duerma tranquilo”, añade Silva-Gárate a su jefe sobre la respuesta de “El Padrino”.