La ruta de los migrantes que condujo a la tragedia del camión en México y a más de 50 muertos
La ruta terrestre desde Centroamérica a EE.UU. es una de las más mortíferas del mundo, pero unos dos millones de personas han intentado recorrerla desde 2017, informa Chris Havler-Barrett desde la Ciudad de México
A pesar de las iniciativas duras de los gobiernos de EE.UU. y México, el 2021 fue testigo de un número récord de migrantes que intentaron cruzar desde países centroamericanos y caribeños para ingresar al sur de EE.UU.
El tramo final de esta ruta, desde la extensión de la Ciudad de México hasta las regiones fronterizas de Coahuila, Chihuahua y Tamaulipas, forma las secciones más infames del viaje, en donde hay ejecuciones masivas, casos de trata y delitos comunes. Sin embargo, las primeras etapas de la ruta no son menos peligrosas.
La muerte de al menos 54 migrantes en Chiapas es un claro recordatorio de que esta ruta con mucho tráfico está plagada de peligros desde el principio.
Según los informes, la mayoría de los muertos en el accidente del jueves procedían de Guatemala, Honduras y El Salvador, parte del infame “Triángulo Norte”, donde la grave violencia y la desigualdad económica llevan a los migrantes a buscar trabajo en EE.UU.
El Triángulo Norte, que también incluye a Honduras, se destaca por una gobernanza ineficaz y corrupta, y el predominio de pandillas organizadas, como la notoria MS-13, quienes dominan y controlan todos los aspectos de la vida diaria.
La región fue diezmada por una serie de brutales conflictos civiles en las décadas de 1980 y 1990, de los que nunca se recuperó por completo. Las cifras publicadas por el Migration Policy Institute sugieren que hasta el cincuenta por ciento de la población de la región vive en la pobreza.
El PIB de Honduras y El Salvador se contrajo un nueve y un diez por ciento respectivamente en 2020, por lo que hay pocos recursos disponibles para quienes eligen quedarse en casa.
El cambio climático también dañó de forma grave la región del Triángulo Norte, hubo una mayor actividad de huracanes en los últimos dos años los cuales mataron al ganado y arruinaron las cosechas a una escala devastadora. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU estima que 17,3 millones de personas que viven en la región enfrentan hoy en día una escasez de alimentos de moderada a severa.
Con pocas alternativas disponibles, aquellas personas que buscan seguridad y estabilidad financiera a menudo se ven obligadas a intentar recorrer el viaje de casi 2.000 millas (3.200 kilómetros) al norte, a EE.UU.
Con el mayor daño social y económico causado a la región por el covid-19 y el renovado optimismo de que la administración de Biden permitiría que un mayor número de centroamericanos ingrese a EE.UU. más de 228.000 migrantes intentaron realizar el viaje solo en 2021.
Aquellas personas que hacen el difícil paso hacia el norte también se sienten estimuladas por los rumores de que cualquiera que llegue a EE.UU. tendrá entrada sin restricciones y ciudadanía inmediata, difundida tanto por miembros del Partido Republicano como por los propios traficantes de personas, dice el gobierno mexicano.
El remoto estado de Chiapas es un punto importante para los viajeros, donde aquellos que buscan un pasaje a EE.UU. cruzarán a México por primera vez.
Chiapas lucha con una crisis humanitaria, pues hasta 50.000 migrantes haitianos que intentaron sin éxito cruzar la frontera de EE.UU. a principios de este año fueron atrapados en la ciudad de Tapachula en la frontera con Guatemala, con poco apoyo disponible.
Un número significativo de viajeros diarios que cruzan a la región ha abrumado a las autoridades, las cuales son incapaces de evitar migraciones decididas y a gran escala con recursos muy limitados y una corrupción desenfrenada dentro de sus filas.
El aislado estado del sur es también el lugar en el que muchas de las “caravanas”, uno de los temores recurrentes de la política estadounidense desde hace mucho tiempo, a menudo comienzan a formarse, ya que los grupos se unen para protegerse contra los cárteles y traficantes de personas que se aprovechan de los migrantes.
En diciembre también se relanzó la muy controvertida política “Permanecer en México”de la era Trump, la cual implica que quienes solicitan asilo en EE.UU. deben permanecer en el lado mexicano de la frontera hasta que sus solicitudes sean procesadas, algo que puede demorar años.
Una realidad de “Permanecer en México” son los enormes campamentos en la frontera con EE.UU. que se han convertido en caldo de cultivo para la actividad delictiva.
A pesar de las promesas de la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, de que las medidas reintroducidas buscarían “mejorar los componentes humanitarios” y de que la administración Biden ha tratado de implementar “cambios clave”, hay indignación debido a que el plan se reintrodujera. Tiene la oposición del director de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, quien afirmó que el esquema “no brinda el proceso justo y las protecciones humanitarias que todas las personas merecen”.
A pesar de esto, es poco probable que la política disuada a quienes buscan escapar de la violencia en sus países de origen.
Sin embargo, es fundamental mencionar que no solo EE.UU. trata de devolver a los migrantes a sus países de origen. Al ser la inmigración una piedra angular de las relaciones entre EE.UU. y México, las autoridades mexicanas también buscan detener y repatriar a quienes sospechan que son migrantes ilegales.
Esto solo ha llevado a que todo sea aún más clandestino, ya que las personas desesperadas ahora buscan evadir la detección en cada etapa de su viaje. Según los informes, más de 82.600 personas fueron detenidas y luego deportadas en México entre enero y octubre de 2021, según estadísticas oficiales.
A principios de esta semana, las autoridades mexicanas detuvieron a 143 personas, todas de Guatemala y Nicaragua, en Oaxaca. Al igual que las personas muertas el jueves, se descubrieron en condiciones de hacinamiento en la parte trasera de un camión.
La CNDH (Comisión Nacional de Derechos Humanos) de México estima que entre 2011 y 2020 más de 70.000 migrantes desaparecieron mientras intentaban realizar el viaje. Las regiones del sur de Chiapas y Tabasco, donde los migrantes a menudo cambian de manos entre grupos criminales, se encuentran entre las regiones con mayor número de desaparecidos.
Si bien los gobiernos de EE.UU. y México continúan presentando nuevas y duras medidas para combatir la migración, sin esfuerzos significativos para mejorar las condiciones de vida en el Triángulo Norte, casi no hay nada que disuada a quienes buscan una vida mejor en EE.UU.