Rostros de esperanza entre la angustia: los niños salvados de los escombros del terremoto en Turquía y Siria
Las historias de rescate han traído luz donde la desesperanza predomina
Esperanza y angustia dominan las historias de los millones de niños atrapados en el terremoto catastrófico en el que han muerto más de 11.700 personas en Turquía y Siria.
Equipos de búsqueda de más de dos docenas de países se han unido a decenas de miles de colaboradores de emergencia local en la búsqueda de sobrevivientes. Pero la escala de destrucción del terremoto y sus poderosas réplicas fue tan inmensa y se extendió por un área tan amplia que muchas personas aún esperan ayuda.
Con miles de edificios derribados, no está claro cuántas personas pudieron haber quedado atrapadas entre los escombros.
Mientras los abrumados equipos de emergencia trabajaban con temperaturas cercanas al punto de congelación, lluvias incesantes y cortes de energía, las imágenes de niños asfixiados por el polvo y conmocionados que eran sacados vivos de los escombros han arrojado luz donde la desesperanza predomina.
Entre dichas imágenes, está un bebé nacido bajo los escombros, que fue rescatado de debajo de un edificio derrumbado en Siria. Los hermanos, encajados entre las paredes de hormigón volado de la casa familiar, levantaron al bebé para ponerlo a salvo.
Algunos de los rescatados son los únicos sobrevivientes de sus familias o permanecen sin identificar. Otros se aferran desesperados a sus padres, hermanos y vecinos sobrevivientes.
Una niña recién nacida rescatada el martes de debajo de un edificio derrumbado en la pequeña ciudad de Jinderis, junto a la frontera turca, fue el único miembro de su familia que sobrevivió al derrumbe.
La bebé fue encontrada bajo los escombros con su cordón umbilical aún conectado a su madre, quien fue encontrada muerta.
Se suscitó otro rescate dramático en Jinderis el lunes por la noche cuando un niño pequeño fue sacado con vida de los escombros de un edificio derrumbado. Un vídeo de los Cascos Blancos, un grupo de defensa civil, muestra a un rescatista cavando a través de concreto triturado y metal retorcido hasta que se encontró a la niña, llamada Nour.
En Besnaya-Bseineh, un pequeño pueblo en Haram, dos niños atrapados bajo los restos de hormigón de su casa fueron rescatados después de soportar una gélida espera de 36 horas.
Mariam, la hermana mayor, fue encontrada acariciando suavemente la cabeza de su hermano menor mientras yacían encajados entre lo que parecen ser los restos de su cama y un muro de hormigón derrumbado.
Pudo mover su brazo lo suficiente para cubrir la cara de su hermano, ofreciendo cierta protección de las grandes nubes de polvo que se elevaban desde el grupo de edificios caídos.
Atrapados bajo los escombros de su casa, Al-Sayed dijo que su familia recitó el Corán y oró en voz alta para que alguien los encontrara.
“La gente nos escuchó y fuimos rescatados: mi esposa, los niños y yo. Gracias a Dios, todos estamos vivos y agradecemos a quienes nos rescataron”, dijo.
Casi dos días después del terremoto, los rescatistas sacaron a un niño de tres años, Arif Kaan, de debajo de los escombros de un bloque de apartamentos derrumbado en Kahramanmaraş, que no está lejos del epicentro del terremoto.
Debido a que la parte inferior del cuerpo del niño estaba atrapada bajo losas de hormigón y barras de refuerzo torcidas, los equipos de emergencia colocaron una manta sobre su torso para protegerlo de las temperaturas bajo cero mientras retiraban cuidadosamente los escombros de él, teniendo en cuenta la posibilidad de desencadenar otro colapso.
El padre del niño, Ertugrul Kisi, que fue rescatado antes, sollozaba mientras sacaban a su hijo y lo metían en una ambulancia.
“Por ahora, el nombre de la esperanza en Kahramanmaraş es Arif Khan”, proclamó un reportero de la televisión turca mientras se transmitía al país el dramático rescate.
Unas horas más tarde, los rescatistas sacaron a Betul Edis, de 10 años, de entre los escombros de su casa en la ciudad de Adiyaman. Acompañado por una ola de aplausos de los espectadores, su abuelo la besó y le habló en voz baja mientras la subían a una ambulancia.
Con agencias
Traducción de Michelle Padilla