Líderes desfilan por COP28, que tiene el calentamiento global y los combustibles fósiles en la mira
Las conversaciones internacionales sobre el clima se convirtieron el viernes en un juego de poder: docenas de líderes mundiales, incluyendo el príncipe heredero saudí y el primer ministro indio, intervendrán en una cumbre de Naciones Unidas en la que destaca la ausencia de dos de los hombres más poderosos del mundo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su homólogo chino, Xi Jinping.
Mohammed Bin Salman, el heredero a la corona de Arabia Saudí, uno de los principales productores de petróleo del mundo, y Narendra Modi, primer ministro de India, cuyas grandes ciudades suelen verse asfixiadas por la contaminación del aire, estaban entre los más de 130 líderes que intervendrán en la Conferencia de las Partes en Dubái en los próximas días. La idea es impedir que el planeta se caliente en exceso a consecuencia de la actividad humana.
En un incendiario discurso que abrió el desfile de personalidades en la COP28, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, que acaba de visitar los glaciares en la Antártida y Nepal, afirmó el viernes que “las constantes vitales de la Tierra están fallando” y dijo los mandatarios que ellos “pueden evitar el colapso planetario”.
Además, hizo referencia a la desigualdad y a los conflictos y mencionó directamente la reanudación de los bombardeos en Gaza el viernes.
“El caos climático está avivando las llamas de la injusticia”, afirmó Guterres. “El calentamiento global está reventando los presupuestos, disparando los precios de los alimentos, trastornando a los mercados energéticos y alimentando la crisis del costo de la vida. La acción climática puede cambiar el rumbo”.
Guterres, crítico desde hace años con el uso de petróleo, gas y carbón por su papel en el cambio climático, lanzó sus dardos más duros hasta la fecha contra esa industria, que incluye al país anfitrión, Emiratos Árabes Unidos, alegando que “no podemos salvar un planeta en llamas con una manguera de combustibles fósiles”.
En una clara contradicción con las naciones alineadas con este tipo de energía e incluso con la presidencia de la COP28, apuntó que la única forma de limitar el calentamiento global de acuerdo con el objetivo pactado en 2015 exige eliminar el uso del petróleo, el carbón y el gas.
“No reducir, no disminuir, eliminar gradualmente”, manifestó.
Pero los líderes de las dos naciones más contaminantes — responsables de más del 44% de la emisiones globales — no estaban allí para recibir el mensaje en persona.
Xi y Biden no acudirán a la cumbre climática apenas unas semanas después de anunciar un acuerdo bilateral para ayudar a reducir las emisiones de metano. En su lugar acudirán sus vicepresidentes, Ding Xuexiang y Kamala Harris, respectivamente.
Entre los asistentes confirmados está Luiz Inácio Lula da Silva, el presidente de Brasil, que alberga la mayor zona natural de captura de dióxido de carbono del mundo, la Amazonía. El año pasado fue tratado como una estrella del rock tras derrocar al ultraderechista Jair Bolsonaro en las urnas.
Muchos de los mandatarios que intervendrán proceden de países muy azotados por las inundaciones, tormentas, sequías y olas de calor agravadas por el cambio climático, como las naciones insulares de Palaos y Maldivas o de Pakistán y Libia, devastados por inundaciones recientes que se cobraron la vida de miles de personas.
En la víspera, poco después de la inauguración de la cumbre, los países asistentes se unieron para crear formalmente un fondo de “pérdidas y daños” que ayudará a naciones más vulnerables, especialmente aquellas en desarrollo, a asumir los efectos de los fenómenos climáticos extremos.
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